Los tres niveles del horóscopo

21.5.09

Hércules en Tauro





TAURO 
La potencia del deseo

El trabajo de Hércules correspondiente al signo de Tauro es el segundo trabajo de la serie luego del fracaso inicial de Aries y de acuerdo a la Ley el proceso que ha comenzado en el plano mental pero ahora el impulso del pensamiento debe ser seguido por la potencia energetizadora del deseo.

El mito señala que Rey Minos, poseía un toro sagrado que guardaba en la isla de Creta. Euristeo mandó a buscar a Hércules y le dijo que era necesario capturar al toro y traerlo desde la isla a la tierra firme. No fueron dadas instrucciones de cómo debía ser ejecutado esto, y todo lo que Hércules sabía era que el toro era sagrado, que había nacido del mar, y que su destino era ser ofrecido en sacrificio a Minos. Hércules, viajó allí y buscó por toda la isla, persiguiendo al toro de lugar en lugar hasta que por último lo acorraló. Entonces, se nos relata, que él condujo al toro como si fuera un caballo, al otro lado de la isla y a través de las aguas que separaban a Creta de la tierra firme, y así lo trajo a la ciudad de los cíclopes. Estos cíclopes eran seres peculiares de quienes se afirmaba que poseían sólo un ojo colocado en el medio de la frente. Eran gobernados por tres figuras sobresalientes, cuyos nombres eran Brontes, que significa trueno, Steropes, que significa relámpago, y Arges, que significa actividad remolineante. Cuando Hércules llegó con el toro a las puertas de la ciudad, se encontró con los tres cíclopes, quienes recibieron al toro sagrado y se hicieron cargo de él. 

Si comenzamos el análisis de la historia, hay que advertir que el Rey Minos, dueño del toro sagrado, también poseía el laberinto en el cual vivía el Minotauro, y el laberinto ha sido siempre el símbolo de la gran ilusión. Creta esta separada de la tierra firme, y la ilusión y el aturdimiento son características del yo separado, pero no del alma en su propio plano, donde las realidades del grupo y las verdades universales constituyen su reino. El toro, para Hércules, simboliza el deseo animal, y los muchos aspectos del deseo en el mundo de la forma, que en su totalidad, constituye la gran ilusión. El discípulo, como Hércules, es una unidad separada, dividida de la tierra firme, el símbolo del grupo, por el mundo de la ilusión, y el laberinto en el cual él vive. El toro del deseo y también su expresión externa, el sexo, tiene que ser asido y dominado y perseguido de un lugar a otro en la vida del yo separado, hasta que llegue el momento en que el aspirante pueda hacer lo que Hércules logró hacer: cabalgar al toro. 

Montar un animal en los mitos antiguos, significa control. El toro no es matado, es montado y guiado, bajo el poder del hombre. El desafío consiste en seguir el ejemplo de Hércules y conducir al toro del deseo a la tierra firme, donde, en el Templo de Dios, lo entregará al cuidado de los Cíclopes que fueron los primitivos iniciados, teniendo el único ojo acerca del cual hemos estado hablando, el ojo de Shiva, el ojo del Toro en la constelación de Tauro. Pues Hércules mismo no fue sólo el discípulo, sino que fue, en su naturaleza inferior, el toro, y en su naturaleza superior los Cíclopes.

Cuando el toro del deseo ha sido entregado a los Cíclopes, al iniciado de un solo ojo, que es él mismo, el alma, los tres aspectos divinos, empezarán a manifestarse: Brontes, Steroptes y Arges guardarán al toro sagrado, y Hércules, el discípulo, no tendrá más ninguna responsabilidad. Brontes es el símbolo del primer aspecto de Dios, el padre que habló y es el sonido creador. Steroptes significa relámpago o luz, y es el segundo aspecto, el alma. Arges significa actividad remolineante, el tercer aspecto de la deidad, expresándose en la intensa actividad de la vida en el plano físico. Estos aspectos divinos constituyen el factor controlador y una vez que ellos han logrado la posesión del toro sagrado, el problema de Hércules está resuelto.

También es interesante observar que Tauro controla el cuello y la glándula tiroides, la región donde debe emanar la actividad creadora del hombre que se encuentra en el Sendero, debiendo controlar el método de la palabra como forma de expresión. Esto es resultado de la transferencia de energía sexual una vez que se ha controlado el llamado toro del deseo. La característica visión otorgada por este signo debe ser materializada por el trabajo creador y demostrada efectivamente por las pruebas en el signo opuesto de Escorpio.


LOGOS – Grupo de Investigacion en Astrologia Esoterica
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2 comentarios:

  1. Una muy interesante e importante simbología astrológica que nos describe el signo de Tauro, descubriéndonos el proceso espiritual.

    Destaco este fragmento:

    "Tauro controla el cuello y la glándula tiroides, la región donde debe emanar la actividad creadora del hombre que se encuentra en el Sendero, debiendo controlar el método de la palabra como forma de expresión."

    Nada es casualidad y todo es a causa de nuestro trabajo y esfuerzo en el sendero evolutivo.

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    1. La energía de Tauro trae consigo el aspecto deseo, la motivación tan y tan necesaria para la acción - evolución.

      En una conciencia con tendencia espiritual dicho deseo es expresado como aspiración: el anhelo por alcanzar algún tipo de logro espiritual.

      Aspirar o inspirar en verdad es coger el aire (Vida) necesario para posteriormente, (desde el silencio o Conciencia situada en el intervalo que se produce entre el aspirar y el expirar), expresar como Palabra lo deseado o el anhelo espiritual que nos inspiro o nos hizo aspirar.


      Gracias por tus palabras!

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