Los tres niveles del horóscopo

28.6.10

Cáncer, la encarnación de la intuición


Por Martín Dieser



Pensar en el aporte que el signo de Cáncer hace a la humanidad, en el lugar que ocupa en nuestra conciencia, inmediatamente nos conduce a una palabra: construcción, muy afín por cierto al lema esotérico de este signo, que es:

“construyo una casa iluminada y moro en ella”

Conviene sin embargo no tomar superficialmente al término, y más bien reflexionar acerca de qué se entiende por construcción. Desde la perspectiva corriente, nos indica una actividad de “hacer”, sea física, emocional (“manejar” emociones) o mental (lo mismo con los pensamientos). Pero aquí la teoría esotérica nos recuerda que el plano mental, donde nosotros intentamos afianzarnos, es apenas el subplano gaseoso del plano físico cósmico, y por lo tanto no es un principio, como recurrentemente dice El Tibetano. Eso significa que la verdadera actividad y el impulso más puro no emana de nuestro plano mental (el gaseoso cósmico), sino de los subplanos etéricos cósmicos, de cual el búdico es el primero.

Y nos recuerda asimismo que el alma es una gran constructora, pero que a diferencia de la personalidad “construye sin tocar”; la actividad, la intención y el esfuerzo del yo es necesario, pero el alma inspira, no hace; ésta es una gran clave para la creación espiritual, y una palabra afín que suele ayudar a mantener a raya la personalidad es “naturalidad” en la acción que se quiere resulte espiritual.

Hablar entonces de construcción desde una perspectiva más profunda nos lleva directamente al plano búdico, al reino de la intuición y la razón pura, del cual el plano mental es un reflejo condicionado. Es allí donde se generan las causas que oportunamente movilizarán a constructores de los planos inferiores y, desde un punto de vista oculto, los esfuerzos realizados en estos niveles son parte de la Gran Ilusión, y si bien son válidos hasta tanto se comience a vivir en la intuición, oportunamente se develarán como insuficientes, oscuros y aprisionantes. Es interesante ver que Cáncer rige también la construcción en los tres planos inferiores, y la Luna es su regente; también suele hacerse referencia al mal empleo de las energías cancerianas, que terminan atrapando al yo en la oscuridad de su propio karma.

Al mismo tiempo, la evolución lleva a que esos niveles de conciencia se revelen como una prisión para el ser, que ahí toma conciencia de su situación e intenta acercarse más a lo que ahora percibe como la verdadera luz. Se aprecia aquí otro triángulo: Cáncer (prisión) – Leo (conciencia) – Capricornio (luz, salida) que tiene un rol definido en esta fase del progreso interno, esté o no visible en la carta natal.





Sentada la idea de que Cáncer puede también interpretarse desde el plano búdico, será bueno profundizar en la medida de lo posible. Poco se conoce en verdad de este nivel de conciencia: la literatura esotérica nos habla profusamente del movimiento en el plano mental, el estudio, la iluminación, la concentración, etc., todo tipo de miradas desde esta perspectiva. Al contrario, casi no se conocen las leyes del plano búdico, cómo se entra en contacto con él, cómo se lo domina, cómo se puede prestar servicio desde allí. Más aún: en la percepción de quienes lo han experimentado se habla de la intuición como algo amorfo y demasiado elevado como para distinguirlo de otra cosa, como si no tuviera un sentido en sí misma, y como si no estuviera sometida a una Ley superior, sino que fuese una especie de fin.

Como base teórica para comprender más prácticamente lo expuesto, es importante que consciente e inteligentemente nos conozcamos como la Mónada (Espíritu), como partes de la Vida Solar, en contacto con la materia de los seis mundos que constituyen los seis subplanos del plano físico cósmico (monádico, átmico, búdico, mental, astral y físico) a través de distintos vehículos. El contacto más fuerte es con los planos mental inferior o concreto, astral y físico, los cuales deben ser dominados por el uso de la voluntad, el amor y la luz, para revelar la realidad velada tras estos estados de conciencia. En la actualidad, la humanidad en su conjunto tiene por delante conocer y dominar el plano mental, y solamente en la medida en que las Eras pasen ocurrirá lo mismo con el búdico, al cual sólo es posible acceder a través de la mente iluminada, y que hoy, comparativamente hablando, es la meta de unos pocos.

Cáncer rige lo que El Tibetano denomina “las aguas” y no es casual que represente a este elemento. La conciencia masiva, que lógicamente tiene aplicación directa en ese estado indiferenciado que es la conciencia instintiva, también tiene una dimensión intuitiva. En efecto, si se invita al corazón a acompañar a la mente y luego se afina la atención, se apreciará que la percepción sintética no tiene un límite definido, como sucede con la mental, sino que resulta más bien difusa y omniabarcante, a la vez que profundamente clara. La energía que llega se vierte a través de Neptuno, que así demuestra por qué rige esotéricamente al signo.

A la vez, si aún la sensibilidad permite “dar una vuelta alrededor”, se notará que existe algún grado de abstracción o de dominio sobre ese plano, y ese estado posiblemente tenga que ver con la frase del Tibetano de “el Espíritu sobre las aguas”. Allí comienza la construcción subjetiva de Cáncer, desde el centro del corazón, paseando la conciencia a través del plano etérico cósmico, lo cual pone al ser en contacto con distintos tipos de energía, porque el plano etérico es siempre el plano de la energía, de los rayos enfocados a través de las estrellas, las constelaciones, los signos y sus planetas regentes, que según la afinidad con el rayo del propio ser se van a expresar a través de los distintos chakras, humanos y planetarios según la evolución.

Lo interesante es que en ese proceso de búsqueda el estado de la conciencia no es personal o individual, sino sutilmente grupal, porque es claro que se entra en contacto con energías que están más allá del yo, y para ello, aunque sea inconscientemente, es necesario conectarse con otros que no son el yo, pero que tienen una afinidad vibratoria que permite una invocación de energía como la que se alcanza. No por nada en Los Rayos y las Iniciaciones se habla del progreso grupal y se dan reglas muy profundas conectadas con el plano búdico.

Y siguiendo con la idea del contacto con energías elevadas, se puede ver que se trata de un estado creativo, de un Idealismo creativo, y ello explica por qué el 6º rayo de Devoción (expresada por Marte) e Idealismo se manifiesta a través de Neptuno. E incluso en un determinado momento cesa ese divino idealismo, y se “encuentran los límites de la creación”, que no es sino la Voluntad de los Seres que dan vida a las energías con las que se entró en contacto. Eso hace que conscientemente se obedezca Su intención, una Ley interna más elevada que las que conocemos, y ello “cierra” la creación y precipita la forma al plano mental, produciendo la encarnación.

Surge de lo anterior que la encarnación es un proceso grupal, nunca individual, porque siempre es el resultado de la Intención de una Vida Divina, a la que el ocultismo divide en estrellas, un sistema solar, un planeta, un reino de la naturaleza y demás, cada uno cualificado por un rayo determinado, que le da un “color” especial a la manifestación, y en términos concretos un matiz a la forma mental que se quiera expresar en el mundo. Dicho en otras palabras, el Plan (y sus analogías superiores) es el que produce la encarnación, y el resultado del contacto del alma con ese Plan es el que la precipita al mundo, junto a la oleada de energía que se ha liberado al planeta en ese momento.

De ahí que las interpretaciones individuales sobre el tema de las vidas pasadas tenga poca claridad, porque opera en los tres planos inferiores, el físico, el astral y el mental, y en gran medida se halla supedita a lo que ocurra a nivel grupal, donde sí algún día podrá encontrarse la verdadera clave y no sólo retazos de la verdad.

El período presidido por Cáncer es, por lo tanto, un momento propicio para aprovechar la conexión interna alcanzada gracias a Géminis, elevarse al reino de la intuición y ser parte silenciosa del verdadero proceso de creación, del cual lo acontecido en los planos físico, astral y mental no es sino un reflejo, así como el subplano etérico es el principio y los subplanos sólido, líquido y gaseoso se hallan bajo su regencia.

Es también un buen período para vivenciar la masividad especial del plano búdico, abrir el ser a nuevas energías, un plano que es grupal e indistinto en forma muy diferente a lo que ocurre en el plano astral, que no por nada es su analogía inferior y tiene aguas mucho más densas (y oscuras) que el primero. Y en todo caso se impone aquí tener en mente el triángulo Cáncer – Leo – Capricornio señalado, y hacer primar la conciencia y la luz, la humildad y la razón, antes que el espejismo.

Por último, destaquemos que la influencia de Cáncer y el servicio bastante desconocido que se realiza a través del plano búdico también tienen que ver con la construcción de una morada iluminada, aquella esplendente forma mental donde podrá habitar segura y evolutivamente la humanidad durante la Era de Acuario y durante otros ciclos tan misteriosos que por ahora sólo podemos imaginar.

21.6.10

Cáncer: Construir con Luz

Por Ricardo Georgini

 

De todos los signos del Zodíaco, Cáncer o el Cangrejo es el que está más asociado a lo material y lo concreto. Y nuestra experiencia en el mundo material siempre involucra la construcción y la utilización de formas. ¿Qué formas hemos construido y cómo las estamos empleando? ¿Qué formas queremos construir y cómo queremos utilizarlas? Cuestiones como estas, de un modo u otro, son traídas a nuestra atención en el mes de Cáncer, que este año va del 21 de junio al 22 de julio.

La primera forma que construimos para manifestarnos en este mundo es nuestro propio cuerpo. El mismo es construido a lo largo de la vida y reconstruido diariamente, a través de nuestros hábitos de alimentación, de respiración, de higiene, de sueño y de ejercicio físico. Y construido también de acuerdo a nuestros hábitos emocionales y mentales, que influencian la constitución del cuerpo más de lo que generalmente suponemos. Es importante atender a todos esos factores, pues el cuerpo es, necesariamente, nuestro primer y principal instrumento en el mundo; todas nuestras experiencias materiales se realizan a través de él.

La segunda forma que construimos es la casa. Es nuestro puerto seguro en medio del mundo, y nuestro lugar de refugio, recogimiento y restauración. Otra forma fundamental es la familia, sea la biológica o aquella que escogemos a lo largo de la vida. Ella es nuestro primer núcleo de relaciones humanas, de apoyo mutuo, acogimiento e incentivo.

Cuerpo, casa, familia – a partir de estas formas básicas, todas las demás son construidas: grupos, instituciones, Estados. Y así construimos colectivamente aquella gran forma que llamamos sociedad. Pero si, por un lado, la sociedad es un producto de los individuos y las familias, por el otro es en el seno de la sociedad donde ellos nacen y crecen, amparados por toda la estructura y las facilidades que la sociedad provee. Cuerpo, casa, familia y sociedad – tales las formas básicas que tornan posible, segura y fructífera toda la existencia humana en este mundo.

La influencia de Cáncer contribuye para que nos mantengamos siempre debidamente anclados al cuerpo y para que jamás nos apartemos del mundo, da la sociedad y de la vida humana común. Nos impulsa a no cambiar las experiencias concretas y mundanas, sino más bien utilizarlas apropiadamente, para que finalmente alcancemos un estado de conciencia capaz de incluir lo interno y lo externo, el espíritu y la materia, el ideal posible y la realidad actual. Así, el estímulo de Cáncer nos ayuda a no hacer de la espiritualidad una vía de escape sino un verdadero camino de realización integral.

Cáncer nos alienta a que manifestemos en la vida humana diaria todas nuestras visiones, ideas y sueños elevados. Y la herramienta más poderosa de que disponemos para construir en nuestras vidas aquello que queremos es la imaginación. Es en la imaginación donde comienzan todas las construcciones. Imaginar es construir con energía mental y emocional, y las formas así construidas subjetivamente siempre terminan concretizándose. A través de la imaginación, con enfoque y claridad, podemos reconstruir enteramente nuestras vidas y volverlas la expresión de todas nuestras aspiraciones superiores.

La vida en el mundo material puede ser una experiencia de limitación, oscuridad y aislamiento, pero también puede ser una experiencia de libertad, luminosidad y compartir. Las formas que vamos construyendo pueden terminar convirtiendo nuestra vida en una prisión que nos confine y separe de los demás. O podemos construir formas que, finalmente, conviertan nuestra vida en una estación de luz, en la que todo lo que tenemos sea libremente compartido con los demás. En el mes de Cáncer, somos llevados a reflexionar sobre esta cuestión: ¿Qué tipo de vida estamos construyendo?

19.6.10

Viviendo tiempos intensos



Por Joanna García

 
Viviendo tiempos intensos

Esa es una de las sensaciones más reales que una gran mayoría de la humanidad está experimentando. Intensidad en lo positivo y en lo friccional. Sentimiento de que todo cambia y el cambio si no se vive desde el centro, desorienta y crea temor.

¿Qué puede significar vivir desde el Centro?

Quiere decir vivir conscientes de que existe un Plan que se torna  cada vez más lúcido en nuestro interior.

Quiere decir aceptar las ideas que vienen desde lo alto y que crean un santuario interior  desde donde el Alma emite  su nota  y tranquiliza, activa y energetiza todas nuestras células.

En ese bendito santuario interior, nuestra personalidad es afinada y preparada para nuestro personal servicio  en estos tiempos marcados intensamente desde el Firmamento, los cuales nos hacen priorizar los esfuerzos de la mente superior, viviéndolos especialmente desde el corazón.

Géminis se aleja ya y este mes entre unos acontecimientos y otros, no se ha podido hablar de él.

Géminis es la dualidad y la Mente Superior, es el Amor a través de esa Mente y es el Signo que controla Esotéricamente el corazón de nuestro Sistema Solar y que junto con Mercurio como Regente Exotérico y Venus como Regente Esotérico, ha preparado cuanto menos a dos tercios de la Humanidad, para comprender y colaborar con los Mensajes que el Universo emitirá durante largo tiempo.

La Astrología existe desde el principio del Todo, pero partiendo desde hace  cinco mil años, ella ha observado la creación de grandes y aparentemente  indestructibles imperios, convertirse con suerte, en sitios meramente turísticos; religiones que creaban dioses convertirse en supersticiones y desaparecer. Demonios convertirse en santos y santos en demonios. La Astrología ha visto que la vida es como las de un mar imprevisible que vienen y van al igual que lo hacen los ciclos.




Observemos atentamente la potencia de tres elementos que ya están en nuestra vida.

URANO  el Dios del Cambio  situado en los primeros grados del Signo que contiene en potencia la energía de todos ellos,  ARIES  y junto a él JUPITER considerado “el gran benéfico, la Energía en la que Dios se apoya, el creador y motivador de avances ideológicos y de búsquedas interiores.

Por estar precisamente en el Signo mencionado, se ha hablado mucho de esta conjunción y aquí aparece la memoria de la Astrología, recordando el ciclo que insume Urano en dar la< vuelta al Sol que es de 84 años aproximadamente.

En 1784 se produjo exactamente esta misma situación. Urano conjuntó a Júpiter en el primer decanato de Aries y el mundo cambió al comenzar a dejar dejando de  ser España el país con una mayor potencia naval, entregando a Inglaterra ese poder. El imperio ibérico iba hacia su fin y surgía el imperio anglosajón. Un ciclo acaba y otro comienza. La humanidad de ese momento empieza a conocer lo que ahora llamamos un nuevo paradigma.

En 1845 se produce la misma situación. Esos intensos primeros grados de Aries provocan que el parlamento británico promulgue lo que se llamó la “Ley Aberdeen” que inició algo casi imposible de imaginar en aquella época  –la liberación de la esclavitud-  que impactó e hizo estallar los más profundos patrones de esa época cambiando relaciones sociales y económicas.

Bien podemos comentar con los ojos de hoy, que la energía imparable y libertadora de Urano, unido al respeto jupiteriano y a la innovación Ariana en ese ciclo en cuestión, han permitido, sin entrar en valoraciones políticas, que un Presidente negro esté en la Casa Blanca.

En Julio de 1927, otra nueva y exacta unión confiere la técnica unida al valor necesario para que Charles Lindbergh llevara a cabo la primera travesía en el Atlántico consiguiendo que universo se viera más pequeño al poder conectar unos con otros con facilidad.

La fuerza guerrera Ariana en Agosto de ese año cambió la historia de  China después de la revuelta del ejército chino y la formación del “Ejercito Rojo. Mussolini convirtió a Italia en un país fascista y Stalin al expulsar a León Trotsky se convierte en del PC y de la URSS. El planeta tiene que adaptarse a la convulsión de los cambios. Extensos son los cambios vividos desde esa pasada conjunción de fuerzas. Las comunicaciones en todos los sectores  y tantos y tantos adelantos, bien empleados a veces e intensamente dolorosos en otras ocasiones.

Este paseo por la historia nos demuestra que los ciclos son importantes y van transformando la vida y la consciencia de todos nosotros. Forzosamente los anteriores ciclos mencionados,  tienen que haber influido en ir hacia la comprensión del forzoso cambio de actitudes.

Saturno desde otro Signo Cardinal, Libra además de poner cierto límite a la expansión de los hechos que han de cambiar los derechos y las ideologías, nos hace patente el eterno conflicto del Yo y el Nosotros. El Yo de la opulencia y la vida fácil y el Nosotros, de la enfermedad y la total pobreza.

El otro Gran Dios del Cambio, Plutón, forma una cuadratura para asegurar que lo que como Almas hemos podido desarrollar a través de un mejor sentido y búsqueda de valores, así como todo el trabajo hecho con especial intensidad en este último ciclo  por la Jerarquía de Maestros, ofrezca los resultados esperados.

No podemos proyectar en ninguna persona, en ningún suceso, en nada ajeno a nosotros mismos, el no formar parte de la colaboración en estos Tiempos Intensos. Relaciones personales, actividades grupales, oración, sentido equilibrado de lo que es la devoción y en definitiva el Amor que es parte inseparable de nuestro Planeta por pertenecer nuestro Logos Solar al Segundo Rayo, a través de servicio, enseñanza, entrega, es lo que exigen esos grandes Dioses que desde el Firmamento tocarán con suavidad o en forma traumática cada una de nuestras vidas, dependiendo siempre, de lo que libremente aceptamos en la vida actual. Nada está ya separado. Nadie puede ser ya una Isla. La ola nos llevará hasta la orilla que este ciclo nos depara o nos engullirá en el caos que precederá una vez más en el Universo, al equilibrio.

Observemos desde la total confianza en el Plan divino, en qué Casa de nuestro tema está Aries indicando que la liberación, la inventiva, el proyecto nuevo, nos pide sus derechos, nos avisa de los potenciales de esa unión en nuestro propio plan de vida como Almas.

Desde la Casa opuesta estará Libra con todos esos “otros de nuestra vida” y Saturno desde allí espera ética, derechos auténticos, colaboración sin manipulaciones, pactos hechos desde el amor incondicional.
Capricornio, el gran Signo de los Iniciados con Plutón situado en él durante largos años, estará en tensa observación de los otros puntos mencionados,  para hacer caer todo cuanto no esté de acuerdo con las normas que tanto precisa la humanidad.

Más que nunca el desapego es el camino del medio para transitar y poder crecer, a través del diálogo de estos Dioses del Cambio.

Que desde ese santuario interior que nos lleva al sentimiento de paz en el corazón, solamente dirigiendo nuestra atención hacia él, podamos ser parte activa y positiva de los Tiempos Intensos.


Desde el corazón siempre,

Joanna