La Dualidad
En el “mundo” podemos reconocer
claramente dos poderes:
Dios en el Corazón -versus- Dios
en el Universo
El Corazón es el “mundo” interior,
aquello que nos es propio, el “si mismo”.
El Universo es el “mundo”
exterior, las energías, revelaciones e impulsos que nos llegan.
Ahora bien, si atendemos a esta
poderosa dualidad podemos pensar que no dependemos
únicamente de aquello que intrínsecamente hemos reconocido como propio, nuestro
“sí mismo”, sino que también dependemos del como percibimos, nos identificamos
y gestionamos aquellas energías que nos
llegan del exterior, y que, (y en esta afirmación está la clave), la claridad
de esta percepción depende en gran medida del nivel evolutivo de la conciencia
que percibe.
El nivel evolutivo de la conciencia
se mide por la capacidad que esta tiene para potenciar actitudes altruistas en
detrimento de las más egoístas. La “bondad” de una personalidad, desapegada, flexible, descentralizada e impersonal en detrimento de “aquello” más apegado,
inflexible, cristalizado o personal.
Los Tres Niveles del
Horóscopo
Astrológicamente hablando este
proceso psicológico tiene su reflejo en el horóscopo como:
Las
12 constelaciones como las energías o nuevas realidades que llegan del universo, y con las que a mayor
impersonalidad y desapego mejor
percepción de las mismas.
El
significado del signo ascendente con su
regente esotérico, y en menor medida, la del signo solar y su regente exotérico,
como aquel tipo de comprensión que permite la adquisición de mayor impersonalidad
y desapego.
La cualidad del signo ascendente es el aspecto mediador, aquel tipo de significado
que, en determinada vida, la Conciencia o Alma necesita reconocer para su correcta
evolución.
Los
planetas y su posición por casas y aspectos (sextil, cuadratura, etc.) como la fuerza que mantiene sujeta a la
conciencia en la materia, sujeción, apego o dificultad que en si mismo amaga la
oportunidad. Toda dificultad o crisis, en una conciencia evolucionada, es creadora de la “divina necesidad”.
Podemos entender por “divina
necesidad” como aquellas fuerzas básicas que, una vez han sido reajustadas y
redirigidas por la conciencia a través de los principios y valores más espirituales,
son el combustible capaz de mantener la constante “visión” o aspiración motivadora
en el camino espiritual.
Ni afuera ni adentro está la unión, sino más bien en la interrelación consciente
que permite la disminución del aspecto material
gracias al reconocimiento del aspecto espiritual.
David C.M. (logos.astrologiaesoterica@gmail.com)