Los tres niveles del horóscopo

21.5.09

El Trabajo bajo Tauro




Llegamos a un signo muy especial, ya que hasta donde nos es dado entender las energías de Tauro son importantes no sólo para los tres centros principales del planeta (Shamballa, la Jerarquía y la Humanidad) sino también para nuestro propio Logos Planetario; podríamos entonces suponer que durante la regencia del Signo del Toro se produciría un alineamiento cósmico de grandes oportunidades para el progreso del Plan. 

El rayo que distribuye Tauro es el Cuarto de Armonía a través del Conflicto, el cual se expresa a través de Vulcano (1º rayo) como regente jerárquico, nuevamente Vulcano pero como regente esotérico y Venus (5º rayo), el alter ego de la Tierra, como regente exotérico. 

Esta relación estrecha con Venus nos da otro indicio acerca de la importancia que tiene para nuestro esquema planetario la energía de Tauro: como en general se conoce, no todos los doce planetas activos físicamente en nuestro sistema (siete sagrados y cinco no sagrados) son empleados por una Constelación para su expresión. Uno de ellos, la Tierra, se encuentra ausente, y la relación kármica de nuestro esquema con Venus nos sugiere que en algún momento de Su evolución, nuestro Logos Planetario podría tomar el lugar de ese planeta como expresión de Tauro. Ese destino lejano se va cumpliendo lentamente (Wesak es su analogía inferior), y es nuestro compromiso espiritual colaborar con el mismo.

Hablando ya del signo en sí, Tauro es la expresión de una cualidad espiritual que es la atracción, atracción que viene a colaborar con el fogoso impulso naciente en Aries y le otorga lo que es necesario para que cumpla la meta elegida. 

Durante el período de Tauro es propicio el afianzamiento de las ideas nacidas en Aries; gracias a la poderosa atracción de la materia ejercida por el signo, los fines son forjados por la acción de Vulcano y formulados en forma de ideas en el plano mental gracias a Venus. 

Se afirma que es también durante Tauro que el Buda realiza un gran sacrificio y toma contacto con nuestro esquema planetario, y que lo mismo hacen los Maestros con la Humanidad, encabezados por Sus más eminentes miembros. 

En ese sentido, la atracción generada por Tauro facilita el contacto con lo inferior y produce la revelación del espíritu oculto en la materia, una de las metas del 4º rayo. La analogía inferior podría la experiencia cotidiana de “descender” la vibración al tratar de ayudar a nuestros compañeros menos aventajados en el Sendero espiritual; en ambos casos tenemos la idea de un sacrificio en aras de lo superior, sea planetario, solar o cósmico.

¿Qué es lo que sucede durante ese sacrificio? 

Tal vez algo podamos vislumbrar viendo el rol de los regentes. En ese sentido, vemos que el 1º rayo de Vulcano es el rayo de la Síntesis, en la que el Pensador permanece fuera del tiempo, con el aislamiento propio del rayo y debido a que ha podido abarcar totalmente en su conciencia ese aspecto de la realidad que observó y comprendió.

Cada Wesak, es posible que los Maestros estén más cerca que nunca de ese enorme Kurukshetra que es la conciencia humana; es posible que Ellos se vean atraídos, por ciclos o por karma, a “descender” hacia los turbulentos y densos estados de conciencia propios del cuarto reino.

Una vez que han sido atraídos, Su armonía, expresada de forma incomprensible para la humanidad común (recordemos que Vulcano no es conocido aún), hace que los hombres dejen de luchar dentro de la materia. Dicho de otra manera, los Maestros gracias a Su poder de síntesis (dado por la comprensión del Plan para la Humanidad) aunarían la miríada de conciencias diminutas que batallan ciegamente en la ilusión y los atraerían entre sí y hacia sí. 

Se podría así decir que Wesak, el momento cumbre del signo, sería como un gran abrazo entre la Jerarquía y la Humanidad, cuya función sería la de incluir cada vez más cerca del aura jerárquica a la conciencia humana, o dicho en otros términos de acercar a cada hombre a su ser superior. Esto sólo es posible a partir del nivel mental, y Venus como regente exotérico (que rige la acción en los tres mundos) es símbolo de ello.

Es precisamente tarea de la humanidad el “subir” al plano mental a esas personas que sentirán directamente el contacto. Para eso trabajamos en cada momento, pero al parecer el Festival de Wesak es la gran oportunidad del año zodiacal.

A su vez, y volviendo con el rol de Vulcano, ese contacto superior parecería operar fuera del tiempo y de la conciencia normal, ya que Vulcano aún no ha sido “descubierto” y el 1º rayo es el del aislamiento. Esto haría que ese acto de amor, de verdadera atracción espiritual que es la acción de Tauro se viera “desde afuera” y como una síntesis de conciencias dispersas, en una unidad que siempre se hace apuntando a algo específico: ese algo, ese epicentro hacia el cual se arrastra a todas esas conciencias es el Plan, o en una vuelta más elevada de la espiral, el Propósito Divino. 

Una analogía puede ilustrar lo dicho anteriormente: cada vez que pensamos sobre un asunto, generalmente “vemos” lo que queremos desde el principio, y ésa es la esperanza de gloria de nuestro diminuto Plan. Hasta donde nos es dado entender, en mucha mayor escala y poder ocurriría algo similar con los Planes y Propósitos superhumanos.

El Cuarto Rayo sería empleado con Maestría para armonizar tendencias contrapuestas, y generar un punto de equilibrio espiritual desde y hacia el cual atraer a cuantos estén preparados para ello. Es así como la comprensión, ejercitada con total desapego pero con igual amor, literalmente comprime, achica o hace sencillo al pensamiento y a la vez “expande el equilibrio de adentro hacia fuera, rodeándolo de luz”; por la fuerza de su atracción, la luz encerrada en la materia es revelada con más pureza.

Esto nos permite arrojar más luz sobre una de las interpretaciones de la nota clave del signo: “Veo, y cuando el Ojo ve, todo se ilumina”. Por siquiera un instante “todo es luz”, ese gran sacrificio que es Wesak (y que todos llevamos en nuestro corazón con cada acto de comprensión) revela la gloria oculta y nos deja forjado el resplandor de esa Luz que luego Géminis nos ayudará a reconocer. 

Sería Tauro entonces el signo en el cual se experimente la atracción por lo inferior y de lo inferior por lo superior, en un proceso de redención espiritual, donde literalmente Aquellos que velan por la Humanidad enfocan Su mirada sobre sus unidades de conciencia, comprenden los conflictos en que ella está inmersa sin poder resolver y, gracias a esa atracción hacia el Plan, la conducen un paso más hacia esa Armonía que siglo tras siglo es expresada cada vez con mayor belleza.


LOGOS – Grupo de Investigacion en Astrologia Esoterica
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1 comentario:

  1. Anónimo07:33

    Una fantástica descripción que merece estudio, atención y análisis, pero lo que en verdad nos dice es la importancia de la astrología que según nos dice el Maestro Tibetano es la ciencia del futuro, y es que yo creo que nos será de gran utilidad el conocimiento profundo de la astrología esotérica que nos está hablando aunque no lo entendamos, y podremos entenderlo.

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