Por Joanna García
La profunda atención del discípulo puede captar desde hace tiempo, la intensidad de las energías que están convirtiendo a nuestro planeta en un escenario vívido de cambios de paradigmas y de estructuras que se derrumban al no poder resistir las embestidas de todo cuanto de liberador y nuevo, fluye a través del espacio.
La fuerza de esta Luna llena de Aries, la Luna del Cristo, será posiblemente una lunación muy especial para nosotros que como humanidad ya hemos desarrollo un amplio potencial mental e intelectual y que desea unir a todo ello, el mensaje de Amor vertido a través de Piscis por Él.
Si Aries, ese Hijo amado por Dios es el lugar del nacimiento de las ideas divinas, los movimientos planetarios están energetizando ese espacio para un despertar con diferentes niveles de conciencia pero que están haciendo vibrar todos ellos a la humanidad.
Cada ciclo completo de Urano ha perfilado de forma incontenible un nuevo reto y el que comenzamos a vivir ahora será más regenerador y constatable que nunca, debido a ese despertar de tantos millones de seres que ya no están en el rebaño, porque han conocido el principio divino del discernimiento.
Cada ciclo completo de Urano ha perfilado de forma incontenible un nuevo reto y el que comenzamos a vivir ahora será más regenerador y constatable que nunca, debido a ese despertar de tantos millones de seres que ya no están en el rebaño, porque han conocido el principio divino del discernimiento.
En cada uno de los grandes ciclos de Urano desde su descubrimiento en el signo de Aries, Júpiter ha caminado durante el primer año siempre junto a él. Libertad y tradición, rebeldía y respeto, todo ello se une para marcar un principio, una profunda respiración que desde el aparente caos y dolor implanta las semillas de los nuevos derechos que la sociedad en ese momento exige.
Aries intenso, creador, espiritual, Fuego eléctrico y primigenio que prepara la tierra ardiente y en la que ha entrado su regente exotérico Marte, provocando la pugna en el discípulo para no caer en inercia alguna y la guerra en la masa que como unidad planta cara a la opresión para poder encontrar su sentido de individualidad primero para sentirse como un Todo mucho después.
Marte forma una cuadratura precisamente con Plutón, compañeros ambos de vivencias de una misma energía, la que conduce al rebaño al encuentro regenerador del propio karma; ellos en si son los Señores del Karma siendo ese Planeta de la transmutación quien a su entrada en Capricornio comenzó a poner a la luz potente del mundo, todo cuanto era falso en estamentos políticos, religiosos y sociales.
Mercurio el Regente Esotérico de Aries, está también uniendo fuerzas a este nuevo nacimiento, debiendo observar que su movimiento en retroceso hasta el 24 de Abril puede retardar o crear confusiones en pactos o proyectos formados en este tiempo de aceleración.
Vivimos pues momentos históricos que debemos observar desde “el Plan de Dios sobre la Tierra”, ya que de otra forma tan solo veríamos devastación y desolación, debiéndonos centrar en el sentido de las palabras del Mantram de la Unificación “el amor que subyace en los sucesos de la vida”.
Cristo mencionó que los discípulos debían encontrarse en una casa en la cual verían a un hombre con un cántaro en el hombro.
Él hablaba no para quienes en aquel momento podían escuchar, sino para los que siglos después, trabajando la bendita esencia que nos regaló, estuviésemos despiertos a las Aguas de Vida de Acuario.
Cristo es Acuario. Él, entre todos, dijo Yo volveré.
Cristo es Acuario. Él, entre todos, dijo Yo volveré.
Él, Instructor de la Humanidad y que en esos días dramáticos hace aproximadamente dos mil años, comprendió y aceptó Su misión y compromiso con el Planeta.
Resurrección, alegría, amor a la vida en todas sus vertientes; inclusión, aceptación, servicio, entrega, anhelo y aspiración hacia la vida auténtica…todo ello es la Luna Llena, la Pascua de Resurrección en su auténtico sentido.
Millones de almas nos reuniremos a Su llamado en la Luna Llena de Aries, compartiendo Su compromiso basado en las Fuerzas de la Restauración implantadas en los éteres del Planeta en aquella Luna Llena de 1945, tal como nos dice Saraydarian, “bajo la dirección de los Maestros de Sabiduría y la supervisión del Cristo. ¿Realmente somos conscientes de la importancia que cada uno de nosotros tenemos en ese compromiso?
En cada uno de nosotros está el gran regalo de la Luz, el Amor y especialmente el Poder.
Ahora, en estos momentos, en esta época, ya no podemos pensar que no estamos involucrados en la administración de esas mágicas bases de La Gran Invocación.
En esta Luna Llena nuestra proximidad a Él, al Cristo, a Maitreya es más fuerte que en cualquier otro momento del año. Todo ello y mucho más, hace de ésta, una lunación especial.
La primera de las tres lunaciones más importantes del año.
A Cristo se le llamó también el Señor de Acuario en momentos en los que aparentemente poco podía expresar ese Signo que hoy representa a nuestra Era.
Urano abre avenidas insondables pero liberadoras, Júpiter lo impregna de su búsqueda y respeto al sentido de la religiosidad y de las tradiciones; Marte le entrega su inmenso sentido de devoción, de ser el mártir necesario, del guerrero que acepta sus cicatrices y Mercurio nos intenta llevar al discernimiento total.
Todo tiene su jerarquía y su lugar en el mundo y en Aries, el Dios de nuestro Dios, Sanat Kumara, recibe la energía de Su propio Dios, Sirio abriendo avenidas de luz para que la Tierra, nuestro amado hogar, pueda florecer a los nuevos retos de la misma forma que explota en un sonido de alegría y ofrenda, las flores, los árboles, la vida en si, en estos momentos.
Que todo ese intenso movimiento que en el Planeta está naciendo, nos haga ser en cada instante ese Grupo de Servidores del Mundo que ansía nuestra alma.
Desde el corazón, siempre,
Joanna
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