Ricardo Georgini
Geminis
"la dualidad como unidad en relación"
El trabajo de Hércules relacionado al signo de Géminis es la obtención de las manzanas de oro de las Hespérides. Es un trabajo muy largo, lleno de un rico simbolismo, representando el desafío de traer las elevadas ideas y aspiraciones para la vida práctica, así manifestando así sabiduría.
En el mito, las Hespérides eran tres ninfas que habitaban un jardín secreto, donde crecía un árbol que daba frutos de oro. Hércules recibió la tarea de conseguir tales frutos, pero nadie sabía dónde quedaba el jardín. El héroe inició su búsqueda yendo para el norte, en busca de la ayuda del sabio Nereo. Se encontró muchas veces a Nereo sin reconocerlo, así como tampoco reconoció las pistas que el sabio sutilmente le proporcionó. Luego, Hércules se dirigió al sur y se enfrentó con la serpiente Anteo, invencible cuando estaba en contacto con la tierra. El héroe tuvo que levantarla en vilo y estrangularla en lo alto para alcanzar la victoria y poder proseguir. Entonces fue para el oeste y conoció a Busiris, que afirmaba ser el único portador de la verdad. Hércules le creyó y se convirtió en su seguidor, olvidándose de su búsqueda y perdiendo mucho tiempo. Finalmente recordó y comprendió las palabras de Nereo: “la verdad está dentro de tí”. Así se liberó y retomó la búsqueda de las manzanas de oro.
En seguida, Hércules encontró a Prometeo encadenado a una roca, con buitres comiéndole el hígado. Y de nuevo se olvidó de su búsqueda, pero esta vez para ayudar a alguien que necesitaba socorro. Ahuyentó a los buitres, liberó a Prometeo y cuidó de sus heridas. Y he aquí que Prometeo le indicó la dirección en que debía buscar el jardín. Para el este, por lo tanto, se dirigió Hércules, pero cuando finalmente halló el árbol, vio a Atlas allí próximo, sosteniendo el peso del mundo sobre sus hombros. Y una vez más, Hércules se olvidó de su objeto de deseo y fue a auxiliar a Atlas en su tremenda tarea. Transfirió el peso de los hombros de Atlas a los suyos. Liberado, Atlas y también las Hespérides trajeron las manzanas de oro para Hércules, y así el trabajo fue realizado.
El oro representa el alma, así como la plata representa la personalidad. Un fruto de plata simbolizaría el conocimeinto mental; las manzanas de oro del mito simbolizan la sabiduría espiritual. El fruto es la última cosa producida por el árbol, como resultado de todas las etapas anteriores de su ciclo vital. La sabiduría, semejantemente, debe ser producida por el propio individuo, aprendiendo con sus experiencias en la vida. Sin embargo, el árbol no puede producir el fruto para sí mismo, sino para el mundo. La sabiduría también: existe para ser compartida.
En su búsqueda de la sabiduría, Hércules comienza por el norte, símbolo de su interioridad o subjetividad. El sabio Nereo representa el alma de cada individuo, que le proporciona muchas directrices sutilmente, muchas veces sin que éste las reconozca como tales. En el sur (el mundo externo y concreto), Hércules se enfrenta con la serpiente de los poderes psíquicos y dones espirituales de todo tipo, que atrapan cuando se enfatiza en la apariencia (la tierra o el suelo), en vez de en el significado. En el oeste (el contacto con los otros), Hércules se permitió creer que sólo por formar parte de cierto grupo y seguir cierta autoridad (Busiris) estaría más próximo a la sabiduría.
Pero la única y verdadera autoridad es la sabia voz de la propia conciencia dentro de cada individuo.
Gradualmente, a través de intento y errores, el individuo comprende que nadie puede darle la sabiduría, sino que ella va a florecer en su interior a medida que él procure aliviar el sufrimiento de la humanidad (Prometeo) y cooperar con el trabajo de los Instructores de la humanidad (Atlas). Cuando estamos empeñados en servir, la sabiduría viene como una consecuencia natural.
Ricardo A. Georgini
ricardogeorgini@yahoo.com.br
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¿Las manzanas de oro simplemente llegaron a sus manos cuando relevó a Atlas? Así lo entiendo, es una sorpresa, después de tanto trabajo que casi ni pensaba en la meta. Parece como si simplemente hiciera lo que tenía que hacer, aquello que sentía como una necesidad, había dejado de pensar en sí mismo. Me recuerda el wu wei. Gracias Ricardo
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