Géminis, dos en uno
El mantra espiritual de Géminis es:
“reconozco a mi otro yo y en el menguar de este yo crezco brillo”
Géminis es el signo de las dualidades,
y para el ser humano la principal dualidad esta entre su pequeño yo
y el Yo superior. El pequeño yo es el que normalmente conocemos como
nuestra personalidad: cubriendo a la mente naturaleza emocional y el
cuerpo físico. El Yo superior es nuestra alma: la esencia espiritual
en nuestro interior, o el ser puro, pura conciencia.
El pequeño yo es el vehículo o
instrumento del Yo superior para el desarrollo de la conciencia. Es a
través de las experiencias del mundo materia que la conciencia
superior va gradualmente despertando, se desarrolla y consolida. Y
llega finalmente un punto en que esa conciencia superior puede
conocer al pequeño yo por lo que es. Entonces el individuo percibe
la vivencia de su personalidad como apenas una parte de su ser en
lugar de la totalidad. El sabe que es mas que su propia personalidad.
El mantra de los Gemelos habla de esta
posibilidad de que el Yo superior reconozca al otro yo. En este
reconocimiento a partir de lo mas elevado que hay en nosotros, existe
siempre una actitud de aceptación, comprensión, buena voluntad con
uno mismo. Hay una gran diferencia entre lo que la personalidad
percibe de si misma, con sus limitaciones y imperfecciones, y lo que
el Alma percibe de su personalidad, como las limitaciones e
imperfecciones de ella. En el primer caso, es común el surgimiento
de insatisfacción. frustración, culpa, lucha, etc ... En el segundo
caso, estas distracciones estas ausentes, y existe simplemente la
comprensión del trabajo de perfeccionamento que todavía precisa ser
hecho.
La energía de Géminis estimula el
perfeccionamento de todo tipo de relaciones, inclusive las relaciones
internas entre eso dos yoes en nosotros.. Cuando el mantra habla
sobre el menguar del pequeño yo, no se refiere a una discapacidad o
empobrecimiento de la personalidad. Sencillamente dice que la
personalidad pasa a un segundo plano par a que el Alma pueda vivir en
un primer plano. La personalidad es el agente del alma en el ajetreo
del mundo, y debe ser un instrumento fuerte, hábil y luminoso. Todo
lo que se necesita es que este instrumento se mantenga siempre al
servicio del alma y no de los intereses egoístas y egocéntricos.
Sin embargo muchas veces en la vida
humana, no hay espació para que el alma pueda actuar a través de su
instrumento, porque la propia personalidad sobre sale todo el tiempo.
El pequeño yo se mantiene ocupado consigo mismo, interesado en si,
buscando sus propios objetivos, hablando de si mismo, procurando
afirmarse y destacarse. La personalidad se olvida de que apenas es un
instrumento … el Yo superior, al contrario, sabe que un uno con el
todo, y su vida es puro amor y consagración para el bien común.
Cuando el alma se está expresando a través de la personalidad, y el
individuo no está hablando de si mismo, pero hable de ideas; no vive
para si mismo, vive para las ideas, verdades, justicia, libertad …
De esta manera, las ideas espirituales
pueden crecer y brillar a través de la personalidad. Y este es el
grandioso papel que el pequeño yo tiene que desempeñar. Cuando la
personalidad pretende ser importante por si misma, solo existe
ilusión y distorsión; mas cuando la personalidad se permite ser
grande para servir a algo mayor, es ahí donde ella encontrará la
verdadera y plena autorealización.
Ricardo
Georgini
ricardogeorgini@yahoo.com.br
Gracias a todos los que colaboráis en estos artículos, los cuales nos permiten aprender y reflexionar en profundidad.
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