Sagitario
Sagitario cumple una función que nos resulta muy familiar a quienes vivimos la vida del discípulo; la misma está oculta en la palabra clave del signo que es reorientación. A través de Sagitario es que encontramos el rumbo, la meta hacia la cual apuntan nuestros esfuerzos, primero mundanos y luego espirituales; esto es muy importante porque esa certeza de estar en el camino correcto nos permite viajar y oportunamente llegar allí sin pérdida de tiempo ni de oportunidades de servicio.
A fin de conocer mejor la función del signo, nos parece ilustrativo mirar brevemente a los otros reinos de la naturaleza. Como ya hemos señalado anteriormente, los signos zodiacales influencian no sólo a la humanidad sino a toda la evolución planetaria.
En ese sentido podría decirse que Sagitario es la causa subjetiva de una serie de fenómenos usuales en el reino vegetal y el animal: en el primer caso, cabría afirmar que es la energía sagitariana la que impulsa al girasol a torcer su orientación y buscar la presencia del Sol, a fin de obtener su sustento astral y pránico. En el segundo caso, Sagitario bien puede ser el fundamento esotérico del olfato, que como sabemos es el sentido por excelencia en el tercer reino.
Por supuesto que en el cuarto reino la función es distinta en potencia y en forma, pero la nota clave de la orientación permanece.
Sabemos por la literatura esotérica que la característica distintiva de la humanidad es la existencia de la mente, y fruto de ella es la generación de la dualidad, la cual primero debe presentirse, luego acentuarse para finalmente sintetizarse gracias a una paulatina identificación con la Supermente. En este proceso juegan un rol Sagitario y también Géminis, el signo opuesto y complementario de aquél. En esa línea, Géminis es el momento de la separación y Sagitario el de la búsqueda del camino para la unión; comienza a operar cuando se siente la necesidad de ir “a otra parte” para lograr la realización, es decir tras pasar por las duras pruebas de Escorpio se reafirma el compromiso de esforzarse a fin de alcanzar una verdad interior.
En la astrología exotérica, Sagitario rige la religión y los viajes al extranjero. Esto puede interpretarse como la expresión material de la misma verdad; la energía del signo parte de una dualidad, dirigiéndose hacia fuera y (espiritualmente) “hacia arriba”, es la consecuencia de la dualidad de Géminis. Esta función se relaciona con los rayos que distribuye el signo, el Cuarto, Quinto y Sexto, todos rayos de aspecto que trabajan más con la expresión en los tres mundos que con la identificación divina, con lo que las metas espirituales son exteriores a la conciencia presente.
Tal función no es de por sí negativa, más bien la llamaríamos indispensable para la salida y el encaminamiento hacia una meta superior. Cuando la persona recién emite destellos de espiritualidad, el regente que emplea para desarrollar el Propósito del signo es Júpiter, que con su 2º rayo garantiza la atracción de todo lo necesario para satisfacer los deseos, que son la gran meta en esta etapa.
Cuando la persona comienza a transitar por el Sendero espiritual los signos de la Cruz Mutable previos conducen a Sagitario y le permiten actuar en todo su poder: así, el desarrollo de la potencia de Venus (la mente, regente esotérico de Géminis) y la conciencia de que la forma vela al alma (la Luna en Virgo) hacen emerger en la persona la necesidad de seguir una vida espiritual y llegar a ser lo que presiente que puede ser.
Ese momento de búsqueda está regido esotéricamente por Sagitario, y el regente en ese nivel es la Tierra, planeta de 3º rayo. Esto es apropiado, ya que generalmente comienza aquí ese período de búsqueda ansiosa, de experimentar distintas enseñanzas, pareciendo todas atractivas y de valor, queriendo sentir y conocer todo lo divino al mismo tiempo, así como “hacer algo” en la Tierra por quienes aún caminan en la oscuridad de los tres mundos.
Esta regencia puede durar muchos ciclos de vida, como lo vemos a diario, y eso indica que por más que no figure en la carta natal Sagitario estará activo esotéricamente en una etapa definida como la de la búsqueda espiritual.
Pero aún existe otra función en lo que a la humanidad concierne, que se enlaza con el 6º Rayo distribuido a nivel jerárquico por Marte. Como sugeríamos antes, el 6º Rayo se encuentra activo en todos los niveles y es uno de los impulsores a la búsqueda de algo más allá de la conciencia, sea externo o interno en la forma.
Cuando el 6º se expresa a través de Marte, la energía de Sagitario rige esa etapa subjetiva en que la persona consagra absolutamente toda su conciencia, que es todo lo que realmente tiene, al servicio planetario. Ya no se trata de la búsqueda de un Sendero, sino de la unión de todas las partes del Ser al silencio, a la realidad supraconsciente que fundamenta toda búsqueda; se trataría así de fundir la vibración de los vehículos con la de ese estado de conciencia, de “apuntar” hacia esa meta.
Este viaje es muy breve y termina en el plano búdico, que es el plano de la intuición; las flechas son mentales y el arco debe ser dejado en la puerta del reino de la razón pura; la llegada a esta puerta indica que se está (al menos en ese fugaz momento) bajo las energías de Capricornio, que como sabemos rige la “puerta de salida” de la evolución, la máxima culminación humana, así como su opuesto y complementario Cáncer rige la puerta de entrada.
Otra faceta de esto tiene que ver con la manera en que nos aproximamos al alma: es sabido que siempre utilizamos uno de nuestros vehículos para la recepción de la guía interna, y en las etapas iniciales de “oír y tomar conciencia” la información primero es recibida y luego conceptualizada, es decir que vamos detrás de la voz interior. Ahora bien, Sagitario nos da la oportunidad de corregir la meta, con lo cual tal vez haya una línea de menor resistencia para estudiar acerca esos procesos de desarrollo espiritual que van desde el oír la voz del alma a “mirar hacia arriba y no hacia abajo”, y así directamente fundir nuestra conciencia con su fuente dimanante. Es otra manera de entender la metáfora de apuntar la flecha y correr tras ella, en este caso a una velocidad divina.
Es así como Sagitario puede regir con especial énfasis en caso de estar presente en la carta exotérica como Ascendente, Sol o Luna principalmente, pero además preside una etapa muy particular del desarrollo de la conciencia como la de orientación o reorientación, que todos vivimos a diario en distintos niveles y duración, y que tiene incluso analogía con el traspaso de las energías de los centros inferiores a los superiores.
Se trata en suma de un buen período para examinar cuál es la meta que tenemos en nuestra vida, hacia dónde estamos yendo en nuestra vida espiritual y cuán coherentes somos con ese compromiso interno.
Es asimismo un período propicio para ajustar la meditación, que se nutre de un propósito bien definido y que en caso contrario hace a la mente dispersa y poco irradiativa, ya que las energías de este signo nos pueden ayudar a mejorar con menos esfuerzo todo lo atinente al enfoque, emocional y mental.
Por último repasemos las notas claves del signo: exotéricamente es “Busca el alimento”, y hace referencia a la necesidad expresada por el signo de conseguir un complemento que solucione la dualidad conocida en Géminis, si bien en esta etapa suele expresarse en niveles materiales. Sí es más clara la nota esotérica: “Veo una meta. Alcanzo esa meta, y luego veo otra”, dado que refleja la búsqueda interior y la vivencia de la iluminación que produce la llegada, que en última instancia no es otra cosa que la meta para la cual todos nos estamos preparando, la iniciación.
A fin de conocer mejor la función del signo, nos parece ilustrativo mirar brevemente a los otros reinos de la naturaleza. Como ya hemos señalado anteriormente, los signos zodiacales influencian no sólo a la humanidad sino a toda la evolución planetaria.
En ese sentido podría decirse que Sagitario es la causa subjetiva de una serie de fenómenos usuales en el reino vegetal y el animal: en el primer caso, cabría afirmar que es la energía sagitariana la que impulsa al girasol a torcer su orientación y buscar la presencia del Sol, a fin de obtener su sustento astral y pránico. En el segundo caso, Sagitario bien puede ser el fundamento esotérico del olfato, que como sabemos es el sentido por excelencia en el tercer reino.
Por supuesto que en el cuarto reino la función es distinta en potencia y en forma, pero la nota clave de la orientación permanece.
Sabemos por la literatura esotérica que la característica distintiva de la humanidad es la existencia de la mente, y fruto de ella es la generación de la dualidad, la cual primero debe presentirse, luego acentuarse para finalmente sintetizarse gracias a una paulatina identificación con la Supermente. En este proceso juegan un rol Sagitario y también Géminis, el signo opuesto y complementario de aquél. En esa línea, Géminis es el momento de la separación y Sagitario el de la búsqueda del camino para la unión; comienza a operar cuando se siente la necesidad de ir “a otra parte” para lograr la realización, es decir tras pasar por las duras pruebas de Escorpio se reafirma el compromiso de esforzarse a fin de alcanzar una verdad interior.
En la astrología exotérica, Sagitario rige la religión y los viajes al extranjero. Esto puede interpretarse como la expresión material de la misma verdad; la energía del signo parte de una dualidad, dirigiéndose hacia fuera y (espiritualmente) “hacia arriba”, es la consecuencia de la dualidad de Géminis. Esta función se relaciona con los rayos que distribuye el signo, el Cuarto, Quinto y Sexto, todos rayos de aspecto que trabajan más con la expresión en los tres mundos que con la identificación divina, con lo que las metas espirituales son exteriores a la conciencia presente.
Tal función no es de por sí negativa, más bien la llamaríamos indispensable para la salida y el encaminamiento hacia una meta superior. Cuando la persona recién emite destellos de espiritualidad, el regente que emplea para desarrollar el Propósito del signo es Júpiter, que con su 2º rayo garantiza la atracción de todo lo necesario para satisfacer los deseos, que son la gran meta en esta etapa.
Cuando la persona comienza a transitar por el Sendero espiritual los signos de la Cruz Mutable previos conducen a Sagitario y le permiten actuar en todo su poder: así, el desarrollo de la potencia de Venus (la mente, regente esotérico de Géminis) y la conciencia de que la forma vela al alma (la Luna en Virgo) hacen emerger en la persona la necesidad de seguir una vida espiritual y llegar a ser lo que presiente que puede ser.
Ese momento de búsqueda está regido esotéricamente por Sagitario, y el regente en ese nivel es la Tierra, planeta de 3º rayo. Esto es apropiado, ya que generalmente comienza aquí ese período de búsqueda ansiosa, de experimentar distintas enseñanzas, pareciendo todas atractivas y de valor, queriendo sentir y conocer todo lo divino al mismo tiempo, así como “hacer algo” en la Tierra por quienes aún caminan en la oscuridad de los tres mundos.
Esta regencia puede durar muchos ciclos de vida, como lo vemos a diario, y eso indica que por más que no figure en la carta natal Sagitario estará activo esotéricamente en una etapa definida como la de la búsqueda espiritual.
Pero aún existe otra función en lo que a la humanidad concierne, que se enlaza con el 6º Rayo distribuido a nivel jerárquico por Marte. Como sugeríamos antes, el 6º Rayo se encuentra activo en todos los niveles y es uno de los impulsores a la búsqueda de algo más allá de la conciencia, sea externo o interno en la forma.
Cuando el 6º se expresa a través de Marte, la energía de Sagitario rige esa etapa subjetiva en que la persona consagra absolutamente toda su conciencia, que es todo lo que realmente tiene, al servicio planetario. Ya no se trata de la búsqueda de un Sendero, sino de la unión de todas las partes del Ser al silencio, a la realidad supraconsciente que fundamenta toda búsqueda; se trataría así de fundir la vibración de los vehículos con la de ese estado de conciencia, de “apuntar” hacia esa meta.
Este viaje es muy breve y termina en el plano búdico, que es el plano de la intuición; las flechas son mentales y el arco debe ser dejado en la puerta del reino de la razón pura; la llegada a esta puerta indica que se está (al menos en ese fugaz momento) bajo las energías de Capricornio, que como sabemos rige la “puerta de salida” de la evolución, la máxima culminación humana, así como su opuesto y complementario Cáncer rige la puerta de entrada.
Otra faceta de esto tiene que ver con la manera en que nos aproximamos al alma: es sabido que siempre utilizamos uno de nuestros vehículos para la recepción de la guía interna, y en las etapas iniciales de “oír y tomar conciencia” la información primero es recibida y luego conceptualizada, es decir que vamos detrás de la voz interior. Ahora bien, Sagitario nos da la oportunidad de corregir la meta, con lo cual tal vez haya una línea de menor resistencia para estudiar acerca esos procesos de desarrollo espiritual que van desde el oír la voz del alma a “mirar hacia arriba y no hacia abajo”, y así directamente fundir nuestra conciencia con su fuente dimanante. Es otra manera de entender la metáfora de apuntar la flecha y correr tras ella, en este caso a una velocidad divina.
Es así como Sagitario puede regir con especial énfasis en caso de estar presente en la carta exotérica como Ascendente, Sol o Luna principalmente, pero además preside una etapa muy particular del desarrollo de la conciencia como la de orientación o reorientación, que todos vivimos a diario en distintos niveles y duración, y que tiene incluso analogía con el traspaso de las energías de los centros inferiores a los superiores.
Se trata en suma de un buen período para examinar cuál es la meta que tenemos en nuestra vida, hacia dónde estamos yendo en nuestra vida espiritual y cuán coherentes somos con ese compromiso interno.
Es asimismo un período propicio para ajustar la meditación, que se nutre de un propósito bien definido y que en caso contrario hace a la mente dispersa y poco irradiativa, ya que las energías de este signo nos pueden ayudar a mejorar con menos esfuerzo todo lo atinente al enfoque, emocional y mental.
Por último repasemos las notas claves del signo: exotéricamente es “Busca el alimento”, y hace referencia a la necesidad expresada por el signo de conseguir un complemento que solucione la dualidad conocida en Géminis, si bien en esta etapa suele expresarse en niveles materiales. Sí es más clara la nota esotérica: “Veo una meta. Alcanzo esa meta, y luego veo otra”, dado que refleja la búsqueda interior y la vivencia de la iluminación que produce la llegada, que en última instancia no es otra cosa que la meta para la cual todos nos estamos preparando, la iniciación.
Grupo Logos
No hay comentarios:
Publicar un comentario