Por Ricardo Georgini
Las ideas centrales del signo de Géminis son dos: dualidad y relación. Toda la existencia está compuesta de pares de opuestos, tales como el bien y el mal, atracción y repulsión, el yo y el no-yo. La influencia de Géminis nos estimula a percibir claramente las dualidades presentes en nuestra experiencia; mas, por otra parte, nos estimula también a unir las dos partes en una relación armoniosa.
La primera dualidad es la de espíritu y materia. También podemos llamarla energía y sustancia, vida y forma, sujeto y objeto. Esta dualidad fundamental origina todas las demás. En el ser humano, la misma se expresa subjetivamente como alma y cuerpo, y objetivamente como el yo y el no yo. Después vienen otras más específicas de la experiencia humana, como amor y odio, placer y dolor, masculino y femenino, etc.
Pero, más allá de toda dualidad, siempre está presente la unidad esencial de todos los seres. Las dos caras de la moneda son facetas de un mismo objeto. Esta unidad sólo puede ser experimentada subjetivamente, en los niveles más profundos de la conciencia. En cambio, en el mundo concreto y externo reinan siempre la dualidad, los contrastes, la diversidad.
Con todo, la unidad interna esencial puede y debe ser reflejada en el mundo de las apariencias. Esto es realizado a través de las relaciones. Las relaciones armoniosas reflejan externamente la unidad que existe en lo interno. Ese es el sentido más profundo del amor: la conciencia de la unidad esencial. El amor es la energía de nuestra esencia una, y cuando fluye a través de la red de relaciones reconcilia todas las aparentes separaciones.
La experiencia humana está marcada por una ilusoria sensación de aislamiento, separación e independencia. Muchas veces, la vida nos enfrenta con las dualidades y diversidades, pero no llegamos a dar el paso delante de relacionar y unir. La energía de Géminis nos incita a dar ese paso, abandonando el desconocimiento, la indiferencia, los preconceptos, etc.
Son muchas las relaciones a establecer y perfeccionar, tanto dentro como fuera de nosotros. Hay una relación entre el alma y la personalidad, o entre nuestra esencia espiritual y nuestra identidad personal material; entre la mente y el cuerpo; entre razón y sensibilidad o cabeza y corazón. Existen las relaciones con los distintos familiares, con los amigos, los compañeros de estudio y de trabajo. ¿Y cómo olvidar nuestra relación con el dinero, la política, el planeta, el sufrimiento mundial?
Resulta primordial establecer relaciones, pues ellas son el campo para el cultivo de la expresión del sentido de unidad interna. Cuando encaramos las mismas a partir de un nivel emocional o mental raso, siempre se encuentra presente una separación entre uno y otro – el yo se siente incompleto, cadenciado, dependiente, apegado. Pero cuando las relaciones son tejidas a un nivel más profundo de conciencia, ahí sí experimentamos la unidad esencial, con un natural sentido de realización y libertad.
El mes de Géminis, este año, comienza el 21 de mayo y se extiende hasta el 20 de junio. Durante este período, la intensa circulación de energías geminianas en el planeta nos inspira a estar atentos a nuestras múltiples relaciones, procurando perfeccionarlas y profundizarlas, para así expresar mejor la belleza, la armonía y la unidad de toda la vida.
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