David C. M.
Alma y Personalidad
En los textos ocultistas, esotéricos y también en los poemas de clara tendencia mística se puede leer que la primera obligación de todo buen "discípulo en el sendero" es lograr la integración entre el Alma y la Personalidad, sin este primer paso no puede haber un segundo.
La personalidad es una fuerza que consta de tres fuerzas menores, la llamada tríada básica inferior físico/etericas, emocional y mente concreta, todas ellas unidas crean un personalidad fuerte, una personalidad con un cuerpo emocional y mental expresándose con "poder" (exito) en el plano físico/eterico.
Es evidente que en el mundo no todas las personalidades son así, sino que en su gran mayoría los desajustes y aspectos separativos son mas que evidentes y muchas adolecen de la “debilidad” o el “exceso” de alguna de sus partes. Por ejemplo, se puede dar el caso de una personalidad emocional y sensiblemente muy fuerte pero de mente débil y que por tanto muchas veces mal interpretará sus capacidades de “sentir”, llegando incluso a padecer en su cuerpo vital (físico/etérico) el erróneo resultado de este “mal pensar”; esta persona tendrá la mente excesivamente supeditada a la presión de su poderoso cuerpo emocional. O por otro lado se podrá dar el caso de un cuerpo mental poderoso que por reflejo tendrá la sensibilidad excesivamente controlada o inhibida portando con ello, todo y poseer una gran inteligencia, tristeza o/i frialdad emotiva para consigo mismo y su entorno material. Entre los dos ejemplos y debido a las tendencias del grado evolutivo del la conciencia en cuestión + su karma, existen infinidad de matices.
¿Pero qué papel juega el Alma en estos procesos de integración de la tríada inferior en un todo llamado Personalidad?
En los libros de Alice Bailey se nos dice a menudo que el Alma es el hijo o aspecto Amor de la divinidad, "aquello" que está entre la Personalidad y el Espíritu, siendo Ella, con su capacidad flexible amorosa y comprensiva, el resultado a la misma vez que la promotora de la relación e unión entre los dos.
También se nos dice que un Alma empieza a relacionarse de "tu a tu" con la personalidad cuando la conciencia está en "el camino de retorno", es decir, solo existe la posibilidad de tal relación cuando "el hijo pródigo" arrepentido decide volver al "Padre". Antes sólo existe la necesidad de saciar nuestra tríada inferior plena de deseos y expansión material.
Pero cuando una personalidad empieza a flaquear y ya no siente la suficiente atracción (con sus respectivas necesidades) por ciertos aspectos de "la vida de deseos" sino que más bien está saciada, aborrecida o se siente agresiva, ofendida triste e impotente, es cuando se inicia el retorno, es cuando "la mirada se enfoca en el interior" y el Alma puede utilizar este estado “crítico” como la oportunidad para relacionarse constructivamente con la triada inferior desilusionada, confundida y por ello receptiva a dicha relación.
De alguna manera el disgusto personal es el poder que invoca al Alma y esta da muestras de alivio a través de su poderosa energía o cualidad principal, el Amor incondicional e Inteligente, procurando con ello hacer contacto con las fuerzas inferiores según sea la cualidad y poder receptivo de éstas. Es decir si el “hijo pródigo” en cuestión tiene un cuerpo emocional fuerte procurará hacer contacto a través del cuerpo sensitivo o Corazón, convirtiendo a la personalidad en una fuerza mística, magnética, amorosa y plena de aspiración. Si en cambió su cuerpo mas sano es el mental procurará hacer contacto a través de la Mente Superior, convirtiendo al afectado en un buen ocultista pleno de poder, dinamismo dirigido e irradiante.
De alguna manera el disgusto personal es el poder que invoca al Alma y esta da muestras de alivio a través de su poderosa energía o cualidad principal, el Amor incondicional e Inteligente, procurando con ello hacer contacto con las fuerzas inferiores según sea la cualidad y poder receptivo de éstas. Es decir si el “hijo pródigo” en cuestión tiene un cuerpo emocional fuerte procurará hacer contacto a través del cuerpo sensitivo o Corazón, convirtiendo a la personalidad en una fuerza mística, magnética, amorosa y plena de aspiración. Si en cambió su cuerpo mas sano es el mental procurará hacer contacto a través de la Mente Superior, convirtiendo al afectado en un buen ocultista pleno de poder, dinamismo dirigido e irradiante.
Todos estos procesos son necesarios para la evolución de cualquier Alma/Conciencia, y así en muchas vidas se dará preponderancia a la emoción-Corazón y en otras muchas a la mente – Voluntad, pero es en la paulatina fusión de ambos donde se forja El Camino, lo que llamamos en su culminación un Maestro de Sabiduría en acción.
Y qué es la sabiduría sino la amorosa inteligencia que une la mente y el corazón. Por tanto observémonos y adquiramos experiencia y conocimiento a través de nuestra parte de la personalidad más poderosa pero sin olvidar nunca la parte más débil*, ya que seguramente ella es "la piedra angular" o aspecto complementario de nuestra correcta expresión en el plano físico.
Y qué es la sabiduría sino la amorosa inteligencia que une la mente y el corazón. Por tanto observémonos y adquiramos experiencia y conocimiento a través de nuestra parte de la personalidad más poderosa pero sin olvidar nunca la parte más débil*, ya que seguramente ella es "la piedra angular" o aspecto complementario de nuestra correcta expresión en el plano físico.
Dejar al Alma hacer su trabajo es algo que nos vincula con las palabras generosidad, discriminación, discernimiento, aceptación y desapego para posteriormente conocer mas de cerca el silencio, la paz interior y la constante atención como antesala para el inspirado servicio activo, todos pasos esenciales para profundizar mas y mejor sobre las verdaderos significados de nuestro si-mismo o Alma en relación con su hermano la Personalidad.
Un abrazo
* A menudo la parte mas débil es la que nos pensamos que es la mas fuerte. Esto es un auto-engaño inducido muy a menudo inconscientemente por la necesidad compensatoria que tiene la personalidad de mostrar aquello de lo que carece, de ahí la importancia de ser honestos en el auto-análisis. Aquello que es correcto o verdadero no necesita auto afirmarse.
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