Por Ricardo Georgini
El signo de Sagitario confiere
sentido de propósito y dirección en la vida.
Estimula el idealismo, el pensamiento reflexivo profundo, la visión global y la intuición. En el mes de Sagitario (este año entre el 22 de noviembre y el 21 de diciembre), somos animados a reflexionar sobre cuál es el propósito de la vida, cuál es nuestro propósito de vida y cuánto estamos viviendo por él.
La vida humana puede tener un sentido mayor, y de cierto modo, siempre lo tiene, aunque no lo percibamos. Pero muchas veces, la vida del ser humano es como una caminata sin rumbo. La persona vive sin saber adónde llegará, o hasta sin importarle. Simplemente sigue viviendo, procurando garantizar su subsistencia, respetando las convenciones sociales y buscando placer, de una u otra forma. Las circunstancias y los acontecimientos acaban determinando para dónde irá una persona o en qué se transformará su vida. Otras veces, incluso tenemos algún objetivo en la vida y hacemos esfuerzos en su dirección, pero nos dejamos distraer con otras cosas y dejamos pasar el tiempo, permaneciendo inertes. La influencia de Sagitario nos ayuda a mantener la visión de nuestra meta final, y ayuda también a ver cuál es el paso inmediato para un día llegar a ella, y ayuda incluso a dar este paso ahora.
Esto es posible porque Sagitario estimula poderosamente la mente humana. Ella nos permite establecer prioridades, y distinguir lo que es realmente necesario y lo que es indispensable, y distinguir también lo que podemos transformar y lo que debemos simplemente aceptar. Nos permite elaborar planes y conducirnos hacia su realización con flexibilidad, haciendo las necesarias adaptaciones. Nos permite organizar nuestro tiempo, organizar nuestro dinero, y todos los demás recursos a nuestra disposición.
Generalmente, la causa de nuestros fracasos es la distracción de nuestra atención y la dispersión de nuestras fuerzas. Sagitario promueve la capacidad de enfocarse. Cuando conseguimos seguir adelante en nuestro camino sin detenernos por las preocupaciones, incertidumbres y ansiedades; cuando conseguimos liberarnos de tantas pequeñas distracciones y mantener el enfoque, sin desvíos, en la meta; cuando conseguimos concentrar nuestras fuerzas, habilidades y recursos y aplicarlos a nuestro objetivo – entonces, podemos realizar casi cualquier cosa y alcanzar incluso lo que parecía imposible.
La mente humana puede dirigir su mirada hacia abajo o hacia lo alto. Al volverse hacia abajo, ve el cuerpo, con sus necesidades, instintos y apetitos; ve las relaciones sociales y las circunstancias del mundo. Un objetivo de vida que surja sólo de esta visión será, naturalmente, materialista y egoísta. Esto es ambición. Pero al orientarse hacia lo alto, la mente puede vislumbrar las ideas eternas y universales. Un objetivo de vida basado en esta visión será, naturalmente, espiritual y altruista. Esto es idealismo. Una vida sin cualquier ambición es una vida aparentemente sin sentido, pero una vida movida sólo por ambición es aún una vida con un sentido pobre y superficial. Una vida de idealismo incluye todo aquello que hace a una vida rica y plena. Entonces, vivir deja de ser sólo subsistir y reproducir las tradiciones heredadas; se vuelve una experiencia creativa y cultural.
La energía de Sagitario estimula especialmente las facultades superiores de la mente, que nos posibilitan buscar el bien, la verdad y la belleza; nos posibilitan producir cultura, filosofía, arte, religión, ciencia; nos posibilitan comprender el sentido mayor de la vida y vivir para manifestar este propósito mayor.
Ricardo A. Georgini
ricardogeorgini@yahoo.com.br
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