Virgen:
la gestación de la conciencia amorosa
El
mantra espiritual de Virgo es:
“Yo soy la madre y el hijo, Yo,
Dios, materia soy”
La
enseñanzas esotéricas nos muestra el proceso evolutivo del ser
humano como una gestación. Es una manera simbólica de decir que, en
la vida humana, hay algo que se desarrolla internamente, gradualmente
siendo formado, nutrido y preparado. Este algo es la conciencia, es
el amor, la sabiduría.
Una
gestación es el resultado de la relación entre el padre y la madre.
En la símbologia esotérica, el padre es el espíritu, que fecunda a
la materia. Por tanto, el espíritu es la causa de la evolución,
pero es la materia la que proporciona el campo donde toda evolución
puede suceder. Son las experiencias en medio de la materia y la vida
del mundo las que permiten el desarrollo de la conciencia.
Durante
la gestación, el hijo permanece escondido y protegido dentro del
cuerpo de la madre. Lo mismo ocurre con las cualidades amorosas de la
conciencia que en su proceso inicial de desarrollo ellas permanecen
ocultas en el interior del individuo y no consiguen salir a la luz o
mostrarse en la vida de este. Mas esta ausencia de demostración
externa no significa que las estas cualidades no estén siendo
lentamente cultivadas y aprendidas. Todos los seres humanos no son
mas que las madres de la conciencia amorosa, la única diferencia es
que algunos ja dieron a luz y otros aun están esperando …
A
lo largo del embarazo, el cuerpo de la madre va a ser alterado para
acomodar y nutrir al niño del interior. Si no supiéramos que se
trata de un embarazo podríamos pensar que estas alteraciones son los
síntomas de alguna enfermedad. Del mismo modo, en el desarrollo de
la conciencia interna del ser humano, muchas veces parece que hay
algo errado en relación al individuo. Surgen preguntas, dudas,
insatisfacción, nuevos intereses … Toda su estructura de vida
(interna y externa) que estaba tan bien establecida ahora empieza a
sufrir la influencia de esta conciencia interna que esta creciendo.
Es un proceso delicado de reajustamiento, muchas veces lento, y la
nueva conciencia que está emergiendo precisa ser protegida para que
pueda surgir con éxito. Cuando no comprendemos lo que está
sucediendo y simplemente queremos corregir las cosas, resolver lo
todo y ver los resultados, terminamos por estropear el embarazo.
La
hora del nacimiento es el momento mas delicado de todos, es la hora
de mayor dificultad y es cuando mas se siente el dolor. Similarmente,
en el proceso de maduración de la conciencia de cada individuo,
llega un momento en que la sabiduría y el amor deben ver la luz y
demostrar su practica en la vida. En este punto, los acontecimientos
y situaciones de la vida acostumbran a ser difíciles, ofreciendo al
individuo un desafio o prueba que requiere justamente una gran
demostración de energía amorosa. La vida se le presenta al
individuo como una crisis o impas, que solo podrá ser resuelto por
la aplicación de toda la sabiduría que en el hay. Cuando esta
situación crítica es reconocida y aceptada como una inestimable
oportunidad evolutiva, entonces podrá ser encarada sin mas
sufrimiento que el necesario y por tanto resuelta con mas sencillez.
El
mantra de Virgo nos enseña que nosotros somos la madre, pero somos
también el hijo; somos lo pasado y también lo nuevo. La maduración
de la conciencia espiritual nos trae la percepción de que somos uno
con el todo, como la divinidad. Y entonces la divinidad, que es amor
y sabiduría, pasa a ser vista en todas las cosas, en todos los
acontecimientos y en todas las personas, incluso mientras está
germinando silenciosamente ...
Ricardo
Georgini
ricardogeorgini@yahoo.com.br
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