Los tres niveles del horóscopo

13.2.11

Acuario, la realidad del grupo Uno

Por Martín Dieser

El período gobernado subjetivamente por Acuario, y en particular el plenilunio, nos trae a la conciencia una certeza, y es que todos formamos parte de un grupo. Así como Leo brinda noción y sentido de pertenencia a un centro, Acuario permite la fluidez hacia lo similar, de corazón a corazón, horizontalmente.

La energía de Acuario, por medio de su regente esotérico, Júpiter, estimula potentemente el centro cardíaco y nos abre la conciencia a la naturaleza misma de lo grupal, de los cuales los grupos esotéricos son importante parte.

Un grupo esotérico no es una mera agrupación de individuos con intereses comunes y una mente potente, es en su raíz una realidad viviente que mana del corazón, que desde ese mismo centro se alimenta e inunda con su Presencia cada una de las actividades del discípulo, que así encarna al Plan en su totalidad y desempeña una parte, volviéndose literalmente el Amor en acción en los tres mundos.

Normalmente esa función expresiva de Acuario como agente del Plan está simbolizada en el Aqua Vitae. El agua de la vida es una fuente de eterna juventud y renovación que se halla al alcance de todo servidor sincero; para el acceso a la misma corresponde no esforzarse en obtenerla, sino tomar conciencia de que en el centro de nuestro ser existe un manantial rebosante de Vida, que constituye el fundamento oculto del acto de verter el agua tan propio del signo. Todos estamos llamados a compartir esa agua.Compartir es la esencia del mensaje acuariano y la nota clave de la energía que, según se dice, encarnará el Instructor del Mundo cuando (pronto) reaparezca en la Tierra. La influencia de Urano, planeta de 7º rayo y regente de Acuario en los tres mundos, está llevando a este principio a una expresión física, y sin dudas una de sus manifestaciones más claras es Internet.

Pero compartir puede entenderse también en un sentido más directo, como un “compartir sin compartir”. Cuando la conciencia cede, impotente, para dejar lugar a la Vida, cuando el Amor es absorbido por la Voluntad, se accede a una nueva dimensión un punto de confluencia desde el cual se empieza a apercibir, ya no sólo a conocer conceptualmente, que el Portador de Agua, el cántaro y el agua son Uno, que en realidad nada (y todo) hay para compartir cuando es el Uno que se realiza a sí mismo; a la vez la noción de dualidad existe y la irradiación se presenta como la forma primordial de servicio.

La verdadera energía Una demanda que la conciencia se agote a sí misma, se revele como insuficiente y clame por la asistencia de un factor más: la Vida. Cuando Vida y conciencia se conocen como Uno, los dos grandes ríos pueden ser aunados, y el flujo resultante barre con todas las limitaciones de la forma, realizando la simbólica limpieza de los establos de Augías según se relata en Los Trabajos de Hércules.

Esa fuerza irresistible es la fuerza de Shamballa, la fuerza que hunde continentes y forja razas enteras. La humanidad es capaz de invocar esta indetenible energía, en forma de fuego eléctrico puro, mediante la conciencia grupalmente enfocada en el plano átmico, y su correcta utilización será nota distintiva de la Era de Acuario para lo cual la tercera fase de la revelación de la Sabiduría Eterna será preparatoria. Es la fuerza que liberará a la humanidad y abrirá las puertas a su dimensión cósmica.

Observando la actualidad, podría decirse que en Egipto la energía de Shamballa ha llevado el triunfo de la libertad al plano físico, impulsando al alma de este gran país (donde funcionará la más elevada de las Escuelas de Misterios) a un renovado ciclo de actividad.
El tiempo dirá si se trata de un evento aislado o de una serie de impactos grupalmente invocados y dirigidos bajo un propósito unificado y definido…

En todo caso, Acuario es siempre un buen período para vivenciar esa gran realidad que es el grupo, en cuyo centro reside la esencia de lo que el Portador de Agua comparte, reside la Vida misma.

29.1.11

Acuario: servir a la humanidad

Por Ricardo Georgini

El signo de Acuario promueve la expansión de conciencia desde lo individual hacia lo colectivo. Sus notas clave son servicio y universalidad. Es el signo que regirá la Nueva Era en la que estamos entrando, por eso es especialmente importante comprender sus cualidades e influencias.
Todos los seres son partes de un todo mayor. En este todo, cada ser desempeña un papel único y vital. Pero nosotros, seres humanos, prestamos atención no al todo mayor, sino a nosotros mismos, como individuos. El signo opuesto complementario a Acuario, Leo, representa este autocentramiento y el desenvolvimiento de la autoconciencia. Es una base indispensable y el punto de partida para toda la ampliación. A medida que el punto de conciencia individual es fortalecido y estabilizado, podemos proseguir con su expansión hacia esferas de conciencia cada vez mayores: un grupo, una nación, la humanidad, el planeta...esta ampliación es estimulada por la energía de Acuario.
Cuando un individuo comprende la manera en que su vida integra un todo mayor, descubre cuál es su función en este todo y puede pasar a desempeñarla conscientemente. A esto llamamos servicio. Muchas veces, el ideal de servicio se ha interpretado de modo superficial, como si fuese simplemente ayudar a los otros. Es algo más amplio y más profundo que esto. El servicio es una expresión de conciencia. Significa que el individuo alcanzó una visión de un propósito mayor – el propósito de todo, sea un grupo, una nación o la humanidad – y entonces se coloca al servicio de este propósito, procurando participar inteligentemente en su realización.
Acuario no sólo estimula al servicio, estimula para servir en grupo. Sin embargo, no se trata meramente de afiliarse a alguna organización. De nuevo, es una cuestión de conciencia. Siempre que un individuo se aproxima a su propia esencia, también se aproxima a sus semejantes. Y cuando un individuo verdaderamente se encuentra a sí mismo, también encuentra a su grupo – aquellos que piensan como él, aspiran como él y sirve como él. Los grupos acuarianos se reúnen en torno a ideas e ideales comunes, y no por afinidades personales. Existen para servir un propósito mayor y cumplir una función dentro de la humanidad.
Estamos viviendo un largo período de transición entre la antigua Era de Piscis y la nueva Era de Acuario. Y podemos esperar por el surgimiento cada vez mayor de grupos con inclinación acuariana, provocando grandes transformaciones en la cultura y civilización humanas. Estos grupos están trabajando para promover la cooperación entre las naciones, la aproximación y el reconocimiento mutuo entre las religiones, la circulación y la distribución de los recursos económicos y la integración entre los distintos pueblos y culturas. La influencia de Acuario gradualmente disolverá el exclusivismo y la separatividad, y llegaremos a comprender que somos todos una gran familia humana.
Anualmente, en el mes de Acuario (este año desde el 20 de enero al 18 de febrero), somos invitados a servir a la humanidad, participando inteligentemente en la construcción de las nuevas cultura y civilización acuarianas.
Ricardo A. Georgini 
ricardogeorgini@yahoo.com.br

15.1.11

Capricornio: ascendiendo a la montaña de la iniciación

Por Martín Dieser


Una vez más entramos bajo la potente influencia de Capricornio, que aportará, no sólo a quienes tengan el Sol o el Ascendente en él, sino a todos los sensibles a la iniciación, la cualidad que atraerá hacia la luz y permitirá dejar atrás los impedimentos para su libre afluencia.

Es un período propicio para reflexionar sobre el esfuerzo y la naturaleza de la personalidad, sobre los logros mundanos y los espirituales, aunados en la iniciación. Normalmente se cree que la iniciación es alcanzada mediante la disciplina y el trabajo duro en el frente interno, a través de los sacrificios y el firme seguimiento de una meta. Esto es así desde una perspectiva pero no desde otra: bien visto, quien se preocupa por “llegar” es la personalidad, que tiene como uno de sus objetivos principales el consagrarse al alma y a la vida espiritual; esa gran reorientación se afianza mediante la influencia de Sagitario. El alma no se esfuerza de esa manera, el alma es claridad, seguridad, magnetismo, ritmo, pero no esfuerzo; bajo Capricornio es oportuno apercibirse de esa diferencia.

Llegado un punto la personalidad se vuelve un obstáculo, porque su naturaleza misma no es conciencia sino forma; el yo inferior de alguna manera intentará “retener” la energía del alma a fin de seguir elevando su vibración con sutil egoísmo. Una de las lecciones más interesantes que aporta el período regido por Capricornio tiene que ver con la energía vertida mediante Saturno, que rige al signo tanto a nivel de la personalidad como del alma. Saturno limita, conformando el círculo-no-se-pasa (simbolizado por sus famosos anillos) después del cual sólo llega un estado de conciencia superior, y distinto en calidad.

En el primer nivel de regencia, de alcance personal, Saturno permite tomar conciencia de que el gran obstáculo para la iniciación es en realidad el propio yo demasiado sintonizado con los mundos superiores, lo cual es correcto hasta precisamente tener que transponer los portales de conciencia, hacia dimensiones más amplias. Es fructífero entender no sólo intelectual sino también vivencialmente que la personalidad es el Morador en el Umbral, y que necesariamente debe producirse un traspaso de identidad a fin de conectarse con energías más elevadas, un cambio que no desoiga ni soslaye a la personalidad, pero que la ponga en su lugar ante la vastedad del mundo que nos rodea, cuya esencia es encarnada por el alma. La personalidad identificada con lo superior no es lo superior; clave sencilla y compleja a la vez.

Más sutilmente, Saturno también aporta limitación a la personalidad radiante, que ya integrada con el alma debe aprender a silenciarse a fin de dejar espacio a la Mónada.

Este relacionamiento superior nos conduce al tema de la luz, simbolizado por el lema esotérico 
“estoy perdido en la luz suprema, y a esa luz doy la espalda” 

¿Qué es la luz suprema? ¿Cuál es el tipo de experiencia al que hace referencia el lema esotérico? Curiosamente, cabe realizar dos interpretaciones delestoy perdido en la luz suprema, y a esa luz doy la espalda”. En principio podría decirse que la entrada en estadios superiores de conciencia implica más desapego pero paralelamente más compromiso, más energía a disposición y un mayor poder condicionante, fruto de una vinculación más estrecha con el Ashrama y el Maestro con cuyas energías se tenga afinidad. Eso hace que la percepción de la luz, lejos de evocar apego a la misma, también revela el grado de sufrimiento y de oscuridad del mundo que rodea al discípulo y así evoca su corazón y su servicio. No se trata de una cuestión afectiva (aunque generalmente también lo es) sino magnética; la percepción de la oscuridad inmediatamente es complementada por la luz, y los discípulos en contacto con el alma son eminentemente los portadores de la Luz y el Amor.

Y desde otro ángulo, la “luz suprema” no es la del alma sino la que algunos autores llaman “la oscura luz”, un punto negro sin dimensión en el espacio ni tiempo, que atrae al discípulo fusionado con el alma y lo impulsa a revelar desde lo más cercano de sí la Vida que está más allá de la luz del alma. A esa luz se termina dando la espalda, porque su Mandato es exteriorizarse y demostrar el Poder de Dios y su Unidad en todos los planos.




Este vínculo entre alma y mónada se enlaza con el misterio del León y el Unicornio referido en el libro Astrología Esotérica, en donde respectivamente se vincula a tales animales con los signos de Leo y Capricornio. Se dice que existe una relación muy especial entre ambos; parte de la respuesta podría estar en que Leo representa a la conciencia en su afianzamiento, mientras que Capricornio es la síntesis de la misma; cuando la mónada se hace presente atraviesa el corazón del León, porque toca directamente a la personalidad, e irrumpe con todo su poder, el poder de la Voluntad de Dios, impeliendo a la forma a la evolución y atravesando la conciencia como el cuerno único, unidireccional y enfocado, del Unicornio, el punto de la Vida Una.

Otro fenómeno interesante de Capricornio tiene que ver con sus rayos: hay varias energías que fluyen a través del signo, aportándole su cualidad terrena y elevada a la vez. Se trata de los rayos 1º, Voluntad o Poder; 3º, Inteligencia Activa; 5º, Mente Concreta y 7º, Orden Ceremonial y Magia.

Se observa que los rayos 3º y 5º son propios de Saturno y Venus, respectivamente, que son los regentes del signo y como analogía sus vehículos de expresión. Por otro lado existe una relación muy especial entre los rayos 1º y 7º; entre ambos conforman el principio y el fin de un ciclo energético, y cuando se combinan crean una conexión directa entre “el cielo y la tierra”, lo cual conlleva una realización sintética y omnicomprensiva del proceso evolutivo, una nota que está más allá de la suma de ellas. Esta cualidad sintética tiene que ver con la iniciación, cualquiera sea la que cada uno tenga por delante, y subjetivamente esa cualidad capricorniana es  la que permite esa (siempre relativa) perfección.

Se facilita asimismo un importante trabajo mental gracias al influjo de los rayos 3º y 5º, posibilitando el afianzamiento en el nivel mental (el quinto plano) que es donde mora el alma; el tercer plano es también el átmico, donde mora el vehículo monádico, en una vuelta superior de la espiral. De una forma misteriosa es este conjunto de energías el que permite el aprisionamiento, la muerte y por ende la iniciación.

Es que la iniciación tiene mucho que ver con la muerte, con el dejar atrás dimensiones de la conciencia, trátese de la “oscuridad física”, las emociones o la mente. Es necesario un grado de cristalización que aprisione a la vida interna y permita apercibirse del grado de aislamiento, de separatividad, de debilidad en que se vive, a fin de invocar la energía superior que traerá la liberación de las limitaciones. Ese factor cristalizante tiene mucho que ver con Capricornio.

Valga entonces reflexionar, especialmente en el período de plenilunio pero durante todo el mes, acerca del rol que Capricornio juega en la vida de la humanidad, en la vida del alma; hacer el esfuerzo por ascender a la cima de la montaña y descubrir que en realidad lo que se necesita es un fracaso, a fin de sacudirse las ataduras y dejar a la conciencia mejor alineada entre la cumbre, el caminante y el cielo, o la personalidad, el alma y la mónada, encontrando al Uno siquiera por un instante.

29.12.10

Asimilando energías

Por Joanna García

¿Somos realmente capaces de asimilar todo cuanto fluye desde el Universo?
Estamos todavía viviendo e intentando incorporar a nuestra capacidad humana una importante lunación, una intensa –quizás la más importante- respiración de nuestro amado universo, el Solsticio de Invierno,  unido a un eclipse lunar ¿Cómo reaccionamos ante todo ello?
Lo hacemos y no hay duda de ello, a través de nuestras experiencias astrológicas. ¡¡ Cuánto podríamos adelantar en nuestro camino conociéndolas !!
 Mí más fuerte énfasis está aparentemente en Tauro; los cambios no suelen ser lo que más desea este Signo, pero mi Luna en Sagitario sacude siempre en el momento oportuno el deseo de estabilidad obligando a la intensa búsqueda de las flechas lanzadas en otros ciclos para encontrar respuestas más allá de lo conocido.
Mi mente, tesoro inapreciable concedido solamente al ser humano tras inimaginables esfuerzos a través de la lucha entre otras especies que anhelaban al igual que el ser semianimal al que pertenecíamos, está situado en Géminis casi fundido con mi Ascendente, formulando constantemente preguntas e inquietudes.
Tierra….Fuego….Aire… ¿por qué Elementos determinados nos hacen actuar de una forma u otra en este ciclo? ¿Cuál es la razón de todo ello? ¿Por qué no indagamos más profundamente en ese código?
Vivimos un momento mágico. Al mismo tiempo que nos alejamos de Sagitario a través de esta Magnífica Luna, nos adentramos en el impactante silencio de todo cuanto significa Capricornio.
¿Cómo olvidar el efecto vivido y aceptado en mi interior cuando leyendo al Maestro Tibetano, medité en las palabras “Dios dibuja su firma en el rostro de Capricornio”?
Posiblemente hasta ese momento –hace ya muchos años- no había comprendido el arquetipo de energía de ese Signo. Es el discípulo. Ya ha llegado. Depende de su grandeza permanecer en esa cima que tanto esfuerzo ha  exigido, o dejarse inundar por el amor en su más puro estado y volver al valle junto a los hermanos que no consiguen encontrar el camino.
Los tiempos se precipitan y el Firmamento parece considerar que la mayor parte de la humanidad está ya capacitada para comprender el profundo mensaje que esos Dioses que son los Planetas, comunican.
Nos acercamos al punto máximo de oscuridad y también al momento de conseguir el principio de la luz anhelada.
Siempre que levantemos un tema natal a las 24 horas del día 24 de Diciembre, observaremos que el Sol está en Capricornio y el Ascendente en la Constelación de Virgo, La Virgen. Tan solo hay que meditar en el misterio para ir de lo cercano a lo cósmico.
Desde tiempos inmemoriales, se ha asociado estas coordenadas a los Grandes Seres de Luz que han ayudado profundamente al avance de nuestra humanidad.
L U Z… ese es el Mantram de Capricornio. Sumergirnos en la luz inmensa del nacimiento de Cristo en la cueva de nuestro corazón.
Cada minuto ganado a la oscuridad temporal, significa un avance en nuestro camino espiritual y hemos de observar desde esa bella serena expectación o desde la observación profunda, qué circunstancias, qué personas, qué oportunidades presenta ante nosotros la vida, considerando la semilla plantada en el corazón, confiando en que el Universo moverá sus hilos de acuerdo a ese anhelo.
Parece que desde las energías cósmicas, los grandes Dioses del Cambio, no permiten que nada quede  oculto a la mirada de nadie.
Activos como nunca Plutón, Urano, Júpiter arrastran hasta la  temida luz los más oscuros secretos de las potencias que dominan los senderos de política, religión, comunicación etc.
Grandes son los cambios y grandes son las oportunidades y quizás, solamente quizás, sean menores las fuerzas que pueden crear espejismos a la masa, ya que esa masa tiene, afortunadamente cada vez un mayor discernimiento.
Voluntad, Luz, Discernimiento, Amor… todo ello puede tomar su lugar de poder en nuestras vidas.
Que así sea.
Desde el corazón, siempre,
Joanna

24.12.10

Capricornio: la iniciación de la humanidad


Por Ricardo Georgini


 

CAPRICORNIO

Capricornio es un signo de realización. Su energía estimula el triunfo del espíritu humano por sobre todas las condiciones limitantes y circunstancias adversas. Promueve el pleno florecimiento de todo el potencial humano, prevalenciendo sobre todo lo que pudiese asfixiarlo o aprisionarlo. Del 21 de diciembre de este año al 19 de enero de 2011, las energías capricornianas estarán especialmente activas, invitándonos a renovar nuestros esfuerzos para manifestar nuestras más elevadas posibilidades.

Este décimo signo del Zodíaco representa la apoteosis de lo humano. Capricornio demuestra la capacidad humana de abrir camino, hacer su destino, aprovechar las oportunidades, superar las dificultades, transformarse, recrearse y persistir en dirección de su objetivo. Es un signo de extremos, y produce lo mejor o lo peor del ser humano. Las cualidades capricornianas pueden expresarse como mentalidad estrictamente materialista, egoísmo exacerbado y fervorosa ambición por el éxito mundano; o bien como sabiduría, abnegación y consagración a la evolución espiritua.

La realización es posible en Capricornio debido al gran don de este signo: la disciplina. Es lo que marca la diferencia y propicia la conquista, material o espiritual. Implica un sentido de prioridades, empleo de método y técnica apropiados, empeño constante, economía del tiempo y los recursos, renuncia y capacidad de sacrificar lo menor en favor de lo mayor. Muy a menudo, nuestros propósitos mayores se pierden, eclipsados por asuntos menores o trivialidades. La disciplina nos permite colocar cada cosa en su debido lugar y proporción, de modo que lo menor no compita con lo mayor, pero sea, verdaderamente, un paso en su dirección.

Cuando una disciplina es aplicada al desarrollo espiritual, conduce finalmente a lo que es llamado iniciación. Una iniciación es una gran expansión de conciencia, que marca un paso significativo en el Sendero Espiritual. Cada iniciación produce un mayor grado de integración externa, con la humanidad, y el individuo se coloca más y más al servicio de la comunidad. Cada iniciación es una entrada en un nuevo ciclo de experiencia, desarrollo y servicio.

El proceso de iniciación implica un período de crisis. Ocurre cuando un individuo llega a un punto, en su desarrollo, en el que llega a agotar todos sus recursos disponibles, habiendo sacado el máximo provecho de ellos. Sólo entonces necesita más, sólo entonces merece más. En ese punto, el individuo se enfrenta conscientemente con problemas que, de momento, no tiene cómo resolver; da lo mejor de sí, hace todo lo que está a su alcance, y sin embargo, no es suficiente. Tal condición de impasse y crisis es justamente el suelo propicio para que germine el poder latente en el individuo. Una crisis invoca al espíritu humano y extrae de él nuevas capacidades, antes dormidas. Este despertar del poder interno es la iniciación.

Actualmente, toda la humanidad está pasando por un proceso global de iniciación. La crisis mundial generalizada (social, política, económica, religiosa y científica) indica que estamos listos para un extraordinario paso adelante. Muchos de los problemas que enfrenta la humanidad están más allá de su capacidad actual de solución, y por ello mismo, estamos haciendo despertar su potencial más profundo. La iniciación de la humanidad es inminente, y producirá una mayor integración interna – entre sus diversos pueblos – y externa – con otras formas de vida en el planeta. Cuando menos lo pensemos, la humanidad nos sorprenderá con un desarrollo de sabiduría y amor que muchos de nosotros ni siquiera imaginábamos.
Ricardo A. Georgini
ricardogeorgini@yahoo.com.br

16.12.10

Sagitario, la búsqueda del Propósito

 
Por Martín Dieser



SAGITARIO

Durante todo el período regido por este gran signo, pero especialmente hacia el plenilunio, es importante reflexionar sobre las cualidades internas desplegadas en Sagitario, lo cual nos permitirá afinar nuestra conciencia a su vibración y aprovechar mejor la oportunidad energética que nos ofrece.

En la actualidad es un signo clave para la humanidad; las Guerras Mundiales fueron símbolo de la realidad en Escorpio, y si bien no es descartable un nuevo conflicto global, tal signo ha cumplido su rol porque en gran medida ya existe conciencia acerca de los problemas mundiales, sean la guerra, el cambio climático, la crisis financiera, la libertad de expresión, etc. Se sabe en líneas generales qué debería hacerse y eso es resultado de Escorpio; la elección es siempre interna, así como el efectivo accionar en pos de lo percibido.

Como ningún otro, Sagitario es el signo de los viajes, de las búsquedas; es el tipo de energía que mueve hacia lo percibido fuera, y por eso se complementa con Géminis, que es precisamente el que da origen a esa dualidad. Siempre que Sagitario está activo en una carta natal, existe una meta previamente captada en el corazón del ser, sea la satisfacción del deseo en niveles mundanos (simbolizado por el Centauro) o la aspiración hacia objetivos amplios y espirituales (el arquero sobre el caballo blanco).

Esto es más acentuado cuando Sagitario ocupa el Ascendente, ya que el Sol refiere más a lo ya adquirido; en todo caso, ínsita en la forma hay una meta superior y este signo lleva primero a emprender el viaje, para luego caminar hasta el gran objetivo, que espiritualmente es la expansión de conciencia para la cual nos estamos preparando según nuestra evolución. Ser sensible a las energías sagitarianas es ser sensible a un objetivo, objetivo espiritual en este caso.

Vinculado al tema de los rayos, puede pensarse que cuando el 1º o 6º Rayos se encuentran activos en Sagitario, la tarea posiblemente sea buscar un nuevo objetivo, en tanto que tendría más que ver con su desarrollo en los casos restantes, denotando acaso un trabajo ya emprendido en encarnaciones previas.

En todo caso, se afirma que el signo del Arquero rige al Sendero del Discipulado, y es interesante considerar por qué. Ante todo, discípulo es aquel que ha consagrado su vida a lo espiritual (entendiendo al término en sentido amplio), a la verdad interna de su corazón. No se trata de una condición que pueda ser dicha superficialmente, sino de un compromiso hacia lo superior, meta que al principio no es claramente discernida, pero que conforme se cumplen los requisitos prescriptos por la conciencia va emergiendo como un silencioso e invisible faro que siempre guía por el camino correcto.

Como se decía antes, se trata de una analogía superior de la dualidad generada en Géminis, y lleva dentro de sí al alma queriéndose exteriorizar en el mundo y demostrar en el plano físico la Verdad de su Presencia. Este énfasis puede ser la causa de que así como Júpiter rige al signo exotéricamente (en los planos físico, emocional y mental), permitiendo manifestar amor a la materia mezclado con amor espiritual, es la Tierra su regente esotérico (a nivel del alma), indicando que para el alma ese ascenso enfocado de la personalidad es un descenso para ella.

Una vez que se entra en contacto con el Yo Superior, la batalla simbolizada por Escorpio está ganada y se entra bajo la influencia de Sagitario; el desafío es ahora seguir adelante, “lanzar las flechas y recoger lo cazado”; generar pensamientos y emociones y consumirlos en el vacío de la comprensión amorosa; cada acto de comprensión es una pequeña llegada a la meta, cuyo ascenso final se produce bajo Capricornio. Gradual, pero lúcidamente, se va haciendo (como personalidad) el esfuerzo de abrirse camino hacia esa luz, y la conciencia se va infundiendo de mayor claridad.

Eventualmente, Sagitario sirve ya no a la personalidad que despierta a la vida espiritual, o al discipulado consciente que se dirige hacia la meta, sino al discípulo activo que debe descender de la Cruz Fija para ascender a la Cardinal, o dicho en otras palabras, dejar de ser el alma y empezar a buscar el contacto con la mónada.

Esto tiene una analogía en la conciencia, que podría describirse de la siguiente manera: la luz plena conduce a una suave mutación en la naturaleza mental; el proceso del pensar continúa, pero gradualmente empieza a quedar bajo el umbral de la conciencia; antes que pensar, se sabe, lo cual acorta notablemente el tiempo de muchos procesos emocionales y mentales, subsumiendo todo en un estado de comprensivo equilibrio que lentamente se va revelando como silenciosa pero angustiosamente insuficiente, no pleno. Es evidente que allí las “flechas” de Sagitario ya no cumplen su función primigenia, pero en un sentido misterioso puede rastrearse aquí la función del signo y así usar sus energías inteligentemente.

Es que la búsqueda espiritual no cesa: lejos de la meta, se empieza a percibir esa luz como insuficiente, se la reconoce como comprensiva y vinculante, pero a la vez con sutiles límites en su poder, que no es total; se conoce parte del Plan (la que kármicamente corresponda) pero se anhela ser Uno con el Propósito que le da impulso y del cual el Plan es formulación. Dicho de otro modo, Shamballa pasa a ser la meta.

Empero, es una búsqueda peculiar, no en la dualidad sino en la unidad; es la búsqueda “desde una unidad menor a una unidad mayor”, de un todo menor a un todo mayor, con el cual existe resonancia en la vibración y así una vía directa para el descenso de la Vida; es reducir el Todo a un punto a través de la atracción comprensiva. Por eso, podría decirse que en este nivel todas las flechas se reducen a una, la flecha de la identificación, y todos los caminos a uno, el camino del corazón, que es la gran puerta de entrada a Shamballa.

¿Cuál es la gran meta (interna, no materializable) a la que nos dirigimos en nuestra vida? ¿Cuán fiel y decididamente estamos hollando el Sendero? El período regido por Sagitario resulta especialmente propicio para clarificar estas cuestiones, para dar paso tras paso en pos de esa meta a la que anhelamos llegar, y acabar descubriendo que siempre hemos sido la Vida misma que se buscaba a sí misma.

Martin Dieser

7.12.10

Cruces y Cualidades


Por Joanna García



CRUZ MUTABLE

La perfección hacia la que el ser humano presiente que debe ir, es un camino lento, en el cual el tiempo no cuenta, tan solo el espacio toma la dirección.

La Sabiduría Antigua dice que durante innumerables v idas, la experiencia humana transcurre en los Signos que conforman la Cruz Mutable, a través de los Signos de Géminis – Sagitario  -  Virgo y  Piscis.

Bajo su mensaje, somos influenciables a todo cuanto nos llega de nuestro entorno. Se vive la intensa curiosidad por todas las cosas, conocimientos, estudios, relaciones, comunicación, todo ello componente de Géminis que lleva con el tiempo a la profundidad casi mesiánica de Sagitario, ampliando todo lo emprendido en su Signo complementario y formando con todo ello la base de ideales, de misticismo y sentido de religión.

Bajo Virgo, el deseo de perfección se lleva a través del silencio, con un cierto sentido de reserva, desarrollando un deseo de servir, de ayudar, obteniendo evolución interior a través de todo ello, llevando todo ello a la fusión de la personalidad y la entrega de la propia esencia para un bien mayor en el Signo de Piscis.

El problema puede ser el exceso de influenciabilidad a las opiniones de los demás, pero el deseo de saber y de amar está enfatizado en esta Cruz.



CRUZ FIJA

Lo aprendido bajo los anteriores ciclos, han consolidado nuestras seguridades, teniendo ideas formadas, opiniones y seguridades que pueden llevar a la terquedad total bajo las experiencias de la Cruz  Fija.

Estas experiencias pueden ser difíciles de asumir.

En Astrología Esotérica se denomina a esta Cruz La Crucifixión del discípulo o la muerte de la personalidad. Todas nuestras seguridades son puestas a prueba una y otra vez, aprendiendo especialmente de la gran escuela que representan las relaciones. También los deseos, los apegos y todo lo que contribuye a darnos un sentido de identidad pasa por períodos de transformación y transmutación.

El Eje de Tauro – Escorpio, en cuyas experiencias se haya involucrada toda la humanidad, producen la comprensión de la limitación de los apegos, los temores que de ellos emanan, llevando finalmente a la comprensión de que la única pertenencia auténtica es la propia persona, el ser interior.

La entrega al amor por el amor en sí, es la liberación de Tauro cuando comprende la belleza de Venus, su Regente.

La pasión y el drama intenso de Escorpio, produce infinidad de muertes interiores, de profundas búsquedas que acaban llevando a la serenidad del auténtico arquetipo de Tauro. Entonces Venus y Marte se comprenden, y equilibran.

La Misericordia y la verdad se encontraron; la Justicia y la Paz pudieron abrazarse”. (Salmo 85). Algo muy deseable en la época que nos toca vivir.

El sentido de identidad se llena de nobleza e ideales bajo el Signo de Leo. La búsqueda de lo que nos hace brillar, el encuentro con nuestra creatividad, las obras, los hijos, todo ello, una vez conseguido se desplaza hasta  Acuario, con el pleno y maravilloso sentido de la impersonalidad que ni siquiera en muchos casos, necesita proyectarse en los hijos, pudiendo fácilmente adoptar y cuidar a otras vidas, aún teniendo hijos biológicos. El sentido de líder, de importancia de grupo amplía la identidad de Leo. 



CRUZ CARDINAL

Cuando llegamos a encarnar bajo esta exigente Cruz, nos hemos comprometido a tomar bajo nuestros hombros, el peso de la responsabilidad, el poder de decisión y de dirigir en las asuntos de las sociedad.

En Cáncer, el sentido de patria, hogar, raíces, nutrición en todos los sentidos, llevará a la persona a la entrega de sus energías al compromiso que interiormente siente hacia esos estados o personas que dependan de su responsabilidad.

Esto lo proyectará en Capricornioen un compromiso con el entorno socio profesional, en su papel en la sociedad. Se ha estado preparando para ello durante eones, a través de las otras Cruces, para poder merecer el axioma espiritual de que “Dios escribe su sello en la faz de Capricornio”.

Las Leyes serán el marco en el que se moverá e intentará hacer cumplir a los demás. Grandes legisladores y jueces, están bajo este Signo en la Cruz Cardinal.

El Yo Soy de Aries capta la fuerza primigenia de los arquetipos creadores. Las semillas innovadoras crecen con fuerza bajo esta energía de Fuego creador y la identidad es el logro deseado a lo cual puede anteponer todo lo demás.

En Libra, toda esa fuerza que roza el egoísmo se vierte en la fusión y entrega de todo lo adquirido en lo que conforma el mundo de “sus otros”. Respeto a la pareja, a cualquier equipo con el que colabore y un sentido total de comprensión hacia las Leyes emanadas desde Capricornio. También bajo este Signo, abogados y personas relacionadas con la Ley tienen su particular entorno.

El Alma tiene que haber adquirido su mayordomía, su debida evolución.

Lógicamente todo lo expresado anteriormente, indica la energía primordial de cada Cruz. Dependerá de cómo se han vivido las experiencias, que lo aprendido en la Cruz Mutable, se convierta en terquedad insoportable en la Fija y en despotismo o sentido dictatorial en la Cardinal.


Desde el corazón,
Joanna

1.12.10

Sagitario

Por Joanna García


Saludos cordiales !!
Después de unas muy cargadas energías vividas durante los días de Escorpión, la presión transmutadora nos ha llevado a un viaje a veces forzoso, hacia nuestro interior. La búsqueda de nuevas verdades y la muerte simbólica de procesos mentales y emocionales, se hizo inevitable.
Todos esos procesos han aligerado posiblemente más de lo creemos nuestro equipaje, preparándonos para recibir el mensaje y la energía de unos de los Signos más bellos y libres del Zodíaco; Sagitario.
Júpiter vuelve a encontrarse en un terreno en el que se siente sereno, renovado después de la "movida” interior de Escorpio y ahora, se puede observar si algo en nuestro interior es detonado desde  Sagitario y su Signo complementario, Géminis.
Dos son los importantes significados que se mueven y aunque en diferente dimensión, ofrecen una misma oportunidad y responsabilidad.
La importancia y la calidad de la palabra, del lenguaje que empleamos al hablar y especialmente, al pensar, ya que es esa la forma en que íntimamente permitimos que el alma se comunique con nosotros.
El don de la mente es uno de los mayores regalos que tan sólo posee el reino Humano, siendo también una de sus mayores responsabilidades.
Desde los Trabajos de Hércules, se otorga una tremenda importancia al insoportable ruido con los que determinados pájaros atormentaban hasta la locura a la gente del poblado.
Ese mismo tormento es el que el pensamiento incontrolado, las dudas, críticas,  temores y emociones, se emiten desde la personalidad y alejan a nuestro auténtico Ser.
Júpiter representa todo el trasfondo humanístico y filosófico que hemos conseguido ciclo tras ciclo, expresándose  a través de la necesidad de la comunicación con otros seres.
La séptima Casa desde Sagitario es siempre Géminis, por lo cual nuestro centro laríngeo está más preparado que en otros momentos del año para la palabra, bendito don que nos diferencia de cualquier otro reino de la naturaleza.
Cualquier persona que comprenda la importancia de la comunicación, siente alegría cuando llega el mes de Sagitario.
Parvathi Kumar dice "Sagitario es el mejor día de todo el Año Solar para la iniciación".
Con mayor o menor tino, estamos todos en el camino de la búsqueda espiritual y es este un mes para no desaprovechar un solo día, “Júpiter está en su hogar".
Cada una de las Doces Casas tienen un especial interés en nuestra vida, todas ellas son partes esenciales de nuestro interior y de nuestras vivencias exteriores, pero quizás la Casa Nueve puede mostrarnos, la amplia avenida por donde discurren los mensajes del Alma.
Es la Casa del Alma; en ella encontramos nuestros deseos de autenticidad, de alegría de vivir tanto lo cotidiano, como lo que consideremos como especial.
Ese es uno de los motivos de que este mes sea tan especial. En todos nosotros está vibrante una Casa Nueve bajo el Signo que sea, pero con la energía subyacente de Sagitario. En el tema de todos, está situado Júpiter y desde la Casa en donde emite su fuerte energía, está hablando de Casa Nueve y de Sagitario.
Es un momento magnífico para observar si ese Planeta sobre cuya energía “Dios se apoya”, tal como dice el Maestro Tibetano, presenta por nacimiento algún conflicto. Meditando en él, intuiremos como equilibrarlo. Los tránsitos que desde el Firmamento afectan a los componentes mencionados, nos ayudan a lo que desde hace eones decidimos: alcanzar la perfección.
El Fuego de Sagitario y el Aire de Géminis, son un amable gesto para una mayor oportunidad de comunicación en todos los ámbitos de nuestra vida.
Lecturas, libros, editoriales, proyectos para plasmar en un libro, las inquietudes que el Alma emite…todo ello cobra un mayor poder en este mes.
Las Lunas en Sagitario, aún no siendo su Elemento idóneo, suelen tener una gran profundidad, un fuerte amor por la enseñanza y facilidad para traspasar lo que se siente en el interior.
Un abrazo cordial en este bello mes que comienza.
Desde el corazón,
Joana

22.11.10

Sagitario: vivir del propósito

Por Ricardo Georgini



El signo de Sagitario confiere 

sentido de propósito y dirección en la vida. 

Estimula el idealismo, el pensamiento reflexivo profundo, la visión global y la intuición. En el mes de Sagitario (este año entre el 22 de noviembre y el 21 de diciembre), somos animados a reflexionar sobre cuál es el propósito de la vida, cuál es nuestro propósito de vida y cuánto estamos viviendo por él.

La vida humana puede tener un sentido mayor, y de cierto modo, siempre lo tiene, aunque no lo percibamos. Pero muchas veces, la vida del ser humano es como una caminata sin rumbo. La persona vive sin saber adónde llegará, o hasta sin importarle. Simplemente sigue viviendo, procurando garantizar su subsistencia, respetando las convenciones sociales y buscando placer, de una u otra forma. Las circunstancias y los acontecimientos acaban determinando para dónde irá una persona o en qué se transformará su vida. Otras veces, incluso tenemos algún objetivo en la vida y hacemos esfuerzos en su dirección, pero nos dejamos distraer con otras cosas y dejamos pasar el tiempo, permaneciendo inertes. La influencia de Sagitario nos ayuda a mantener la visión de nuestra meta final, y ayuda también a ver cuál es el paso inmediato para un día llegar a ella, y ayuda incluso a dar este paso ahora.

Esto es posible porque Sagitario estimula poderosamente la mente humana. Ella nos permite establecer prioridades, y distinguir lo que es realmente necesario y lo que es indispensable, y distinguir también lo que podemos transformar y lo que debemos simplemente aceptar. Nos permite elaborar planes y conducirnos hacia su realización con flexibilidad, haciendo las necesarias adaptaciones. Nos permite organizar nuestro tiempo, organizar nuestro dinero, y todos los demás recursos a nuestra disposición.

Generalmente, la causa de nuestros fracasos es la distracción de nuestra atención y la dispersión de nuestras fuerzas. Sagitario promueve la capacidad de enfocarse. Cuando conseguimos seguir adelante en nuestro camino sin detenernos por las preocupaciones, incertidumbres y ansiedades; cuando conseguimos liberarnos de tantas pequeñas distracciones y mantener el enfoque, sin desvíos, en la meta; cuando conseguimos concentrar nuestras fuerzas, habilidades y recursos y aplicarlos a nuestro objetivo – entonces, podemos realizar casi cualquier cosa y alcanzar incluso lo que parecía imposible.

La mente humana puede dirigir su mirada hacia abajo o hacia lo alto. Al volverse hacia abajo, ve el cuerpo, con sus necesidades, instintos y apetitos; ve las relaciones sociales y las circunstancias del mundo. Un objetivo de vida que surja sólo de esta visión será, naturalmente, materialista y egoísta. Esto es ambición. Pero al orientarse hacia lo alto, la mente puede vislumbrar las ideas eternas y universales. Un objetivo de vida basado en esta visión será, naturalmente, espiritual y altruista. Esto es idealismo. Una vida sin cualquier ambición es una vida aparentemente sin sentido, pero una vida movida sólo por ambición es aún una vida con un sentido pobre y superficial. Una vida de idealismo incluye todo aquello que hace a una vida rica y plena. Entonces, vivir deja de ser sólo subsistir y reproducir las tradiciones heredadas; se vuelve una experiencia creativa y cultural.

La energía de Sagitario estimula especialmente las facultades superiores de la mente, que nos posibilitan buscar el bien, la verdad y la belleza; nos posibilitan producir cultura, filosofía, arte, religión, ciencia; nos posibilitan comprender el sentido mayor de la vida y vivir para manifestar este propósito mayor. 

Ricardo A. Georgini
ricardogeorgini@yahoo.com.br

18.11.10

Escorpio y la Cruz Fija


Por Joanna García


La Astrología no actúa nunca en forma unilateral. Cada uno de sus componentes cuando toma relevancia en el Firmamento, activa otros puntos que  se relacionan con su energía. Por ello cuando hablamos de la Cruz Fija, no podemos fijarnos solamente en el Signo de Escorpio, ya que Tauro, Leo y Acuarioresponden a su mensaje.

El efecto que desea producir esta Cruz es Luz.

  • En Tauro es la Luz de la Aspiración, el deseo de adquirir conocimiento

  • En Leo es la Luz del Alma, entendida desde la auto-conciencia

  • En Escorpión es la Luz de la experiencia y el desapego, la Liberación

  • En Acuario es la Luz que ilumina la oscuridad, el servicio, la Luz del Mundo

Los cuatro Señores de Signo,  hablan de Luz, pero fácilmente intuimos que el conflicto, la lucha, el perder a través de renuncias y aceptaciones y ganar esa Luz, provienen del Eje Tauro - Escorpio en cuya lucha se encuentra involucrada la Humanidad entera.

En Escorpio, la personalidad es totalmente humillada, lucha durante vidas con el alma, hasta su muerte total y posterior renacimiento para intentar que esas cicatrices marcadas en los diversos yoes dejados a través de tantos caminos, permitan llegar por fin a la mente razonadora  que libera del temor, odio, separatividad, fanatismo, crueldad, esclavitud al sexo y al poder y a tantas otras  barreras, permitiendo que esa personalidad que nos dirige con mano despótica deje ya de ser lo que consideramos como nuestra identidad, comprendiendo entonces que todo ello es una prisión sutil vivida en ese intenso Signo, desde el cual aprendemos las que posiblemente sean, las lecciones más difíciles de asimilar.

De las mismas se saldrá sin duda, como peligrosos manipuladores que con sus estrategias llevarán a quienes les interesen, hacia donde sus instintos decidan, o como guerreros de Luz, capacitados para trabajar a favor de la Humanidad.

Nada en Escorpio es superficial, ni para bien ni para mal.

Las mismas energías de Rayo lo indican, ya que la energía del Cuarto Rayo de Armonia y Belleza a través del Conflicto rige en este signo. La difícil escuela de las necesidades materiales, los deseos, las ambiciones, las relaciones humanas, es como una prueba, un yunque que trabaja sin cesar, a quienes tienen a este Señor de Rayo y Signo en su equipo astrológico.

Tampoco las energías de Sexto Rayo de Devoción e Ideal son claramente comprensibles. Fluyen a través de Marte y no es éste todavía, un planeta sagrado, por lo cual fácilmente, tal como lo hemos observado históricamente, puede llevar a la fanatización absoluta de una idea religiosa, unida a la crueldad absoluta.

Sin embargo, también estas energías dan forma al mártir que entregará su vida por los demás, o por no renunciar a sus creencias. Será capaz de dirigir batallas sin importarle la victoria o la derrota, sino tan solo por comprender que hay que defender lo que considera justo.

Se ha hecho parte suya el axioma de: 

“Guerrero soy y de la batalla surjo Triunfante”

Marte se sitúa en una octava inferior a Plutón, regente también de Marte liberando y destruyendo con su Primer Rayo cualquier forma que obstaculice el camino del Alma que ya ha despertado. Marte es pues una expresión más densa de una energía más elevada.

Plutón se relaciona con el Alma y en ella hay dos caminos o deseos arquetípicos, uno impulsa a separarse de la Fuente, a actuar y el otro a retornar al origen. Vivimos así la dualidad que nos mantiene en la búsqueda. 

Siendo Marte la octava inferior de Plutón, está pues conectado con nuestro consciente, con la personalidad, desde la cual actuaremos en forma instintiva, de acuerdo a los deseos que se originan a partir del Alma. Marte es el impulso que nos lleva a actuar, a desear, a conseguir, a movernos hacia delante. Esos deseos están motivados tanto por acciones pasadas como por las que nos motivan en el actual ciclo.

Desde Plutón nos llegarán deseos inconscientes. Una forma de estudiar o comprender nuestro karma de ciclos pasados, es observar si en nuestros temas natales hay aspectos entre Marte y Plutón, estudiando desde que  Casa y Signo actúan, así como el diálogo o aspectos que mantienen.

Marte personalizará nuestros deseos a través de esa Casa, deseos que son originados desde el Alma para la evolución y que tienen relación con Plutón. Por lo tanto, nos hablarán de la personalidad y del Alma.

Hay una vieja forma de entender esto. Si observamos el mar, podemos sentirnos totalmente realizados y plenos siendo una ola y nadie nos va a convencer de que hay nada más que esa magnífica ola que nos hace sentir el aire y la vida, pero en nosotros la fuerza paciente del Alma nos hará intuir que hay algo más y que sin dejar de ser ola, podemos convertirnos en Mar y Plutón nos lleva con su fuerte trabajo a ampliar nuestra consciencia aceptando que esa ola que tanto nos ha hecho sentir ser “alguien”, retorna al Origen, al Mar, al Todo.

Estamos viviendo todos tiempos de aceleración, de transformación y de aceptación y son sin duda las energías de Escorpio, las profundas aguas llenas de respuestas a las eternas preguntas de quienes anhelamos formar parte auténtica del nuevo parto de la Tierra, de todo ese nacimiento imparable de nuevas actitudes.

La atención ha de estar centrada más que nunca, en las pruebas emocionales, en las experiencias familiares o profesionales, ya que son el camino más fácil para desestabilizar el trabajo efectuado en nuestro equilibrio, en el deseo de mantenernos dentro de la luz.

Desde el corazón,

Joanna.


6.11.10

Escorpio: plantarse y luchar

Por Martín Dieser

La reflexión acerca del significado interno, sujetivo del signo de Escorpio puede verse iluminada si tenemos en cuenta el rol de los dos signos previos, que según la clave psicológica que hemos venido utilizando, ocuparían en el desarrollo de la conciencia un “momento” sutilmente previo.

En Virgo, el ser imbuido en la materia toma contacto con el alma, la luz interna que lo atrae magnéticamente e impulsa a la discriminación en busca de lo esencial, actividad típica del signo. Por su parte Libra estabiliza lo indagado y abre las puertas para la reversión del movimiento evolutivo, otorgando silencio y una base oculta, “sustancia”, “aire”, a todo esfuerzo ulterior.

En Escorpio todo eso es puesto a prueba; es la energía que hace conocer el “infierno”, la que pone a la luz del día todo lo obstaculizante y obliga a tomar una decisión, que no puede ser sino luchar y demostrar que el alma prevalece. Se lucha para afirmar la conciencia, lo que se percibe como superior, y en ese proceso el alma se revela crecientemente en el plano físico.

Este ensanchamiento del hilo de conciencia en el plano físico es de gran utilidad en la vida interna, porque el triunfo está enlazado no a la lucha, sino a la cercanía al alma. A través del esfuerzo en los tres mundos lo único que se logra es generar un vacío dinámico, una invocación para que el alma se haga presente e inunde con su Presencia el campo de batalla de la conciencia, trayendo por su misma elevación la cesación del conflicto.

En todo esto juega un rol activo MARTE, que es el regente esotérico del signo; como ya hemos dicho antes, la actual colocación de Plutón (planeta del 1 Rayo de Voluntad o Poder) como regente convencional puede responder a que el común de la humanidad ya es sensible a un grado de Voluntad Divina, algo nunca antes experimentado. Gracias a Plutón se barre con todo lo indeseable; es un planeta de muerte y destrucción, agente de la necesidad por parte del ser superior de logra una más plena expresión a nivel mental, emocional y físico.

Marte es un planeta del 6º Rayo de Devoción e Idealismo y está muy vinculado al plano emocional; por ser “no sagrado” su efecto se hace sentir en la materia y no en la conciencia. De tal manera, Marte enardece la naturaleza inferior, la pone bien a mano del ser, que podrá rehuir la batalla (siempre es una decisión propia), pero jamás la conciencia de lo que debe ser doblegado. Esto habla de una interesante oportunidad para el progreso interno y una mayor irradiación externa. Pero, ¿estamos dispuestos a pagar el precio, a luchar?

Eso nos lleva a la relación con Tauro, el opuesto complementario. Este signo está regido internamente por Vulcano, otro planeta de 1º Rayo, pero al ser sagrado su efecto tiene que ver con la extensión de la voluntad desde la Mónada hacia lo menos elevado del alma, desde donde se puede tomar contacto. No sólo con deseo se triunfa, sino también con Voluntad, y la voluntad demanda ante todo comprensión, apertura y visión, elementos brindados por Tauro.

Curiosamente, Escorpio se vincula con ello a través de las sucesivas “derrotas”; la superación rara vez es lineal, está signada por ciclos y frecuentes caídas, que obligan a empezar de nuevo, valiéndonos de la humildad aprendida en Virgo. Valgan aquí dos citas: en primer lugar, Vicente Beltrán Anglada solía decir que “el iniciado es un guerrero cubierto de cicatrices”, lo cual nos habla claramente del paso ineludible por el estado de conciencia de Escorpio, donde el alma misma nos coloca en una situación exigente a fin de que evoquemos lo más elevado y nos probemos a nosotros mismos la Inevitabilidad del triunfo del Plan.



Y por otro lado tenemos la frase de Napoleón Bonaparte, quien tenía a Escorpio como Ascendente (marcando el camino de su alma), y dijo: “lo importante no es vencer, sino nunca darse por vencido”. Esa conexión interna que garantiza la inmortalidad, el dinamismo, la perenne presencia del alma, la Vida misma, es la que mediante Escorpio se vierte a la conciencia diurna, dotando al discípulo de una muy importante herramienta para el avance espiritual. El recuerdo de la experiencia en Escorpio, o la vivencia directa si está en el Sol o el Ascendente, es el que potente o quedamente permite “inclinar la balanza” en momentos críticos con plena confianza en el éxito, con una autoridad muy peculiar que mana de la experiencia propia.

Es necesario lanzarse a la batalla con todas las armas que se tienen, toda la aspiración y toda la voluntad, sin olvidar que la clave está en el triunfo no de la personalidad sino del alma, que se revela a sí misma a través del amor y la comprensión subyacentes a todo esfuerzo.

De alguna manera podría decirse que todo lo que hagamos en un nivel no será sino un medio para despejar el campo y abrir un vórtice que permita la rauda irrupción del alma, poniendo súbitamente fin a la actividad en los tres mundos a través de la unión. Esto tiene una dimensión teórica pero fundamentalmente una práctica y psicológica: superar de la “lucha” nacida de la separatividad, la conciencia fragmentada, y ganarse el cielo por derecho propio, acercándose al centro mismo de sabiduría que amorosamente nuclea al tiempo en el presente.

Se trata de una reunión con lo más elevado de nosotros mismos, vía el esfuerzo en la materia; por eso el Tibetano dice que Marte rige los cinco sentidos; si se recuerda que es regente del signo, se comprenderá cómo a través de la actividad en los planos mundanos se irá llevando a su límite esa identificación, para luego tomar conciencia de que lo que se creía correcto es un obstáculo para una percepción más directa, y barrer con el 1º Rayo proveniente de Plutón y Vulcano. Allí se produce una transformación, proceso que, como se sabe en la astrología convencional, está regido por Escorpio.

En suma, es un signo que nos enseña no tanto a luchar sino a estar absolutamente dispuestos a hacerlo; es la verdadera Jihad islámica, la lucha interna contra lo inferior dentro de uno mismo. Estar dispuestos a pagar el precio, a renunciar a lo conocido, es el gran desafío que nos propone este período, y la recompensa por “surgir victorioso de la batalla” (tal el lema esotérico) es el sincero despliegue de una mayor energía de realización en todos las dimensiones de la conciencia, desde la más grosera a la más elevada.

23.10.10

Escorpio: el triunfo inevitable





"el guerrero"

Escorpio es un signo de desafíos y pruebas, de conflictos y luchas, y por encima de todo, de triunfo. La energía de Escorpio asegura y promueve la victoria del bien – dentro de cada ser humano. Tales energías estarán intensamente activas del 23 de octubre al 21 de noviembre de este año, animándonos a enfrentar las luchas y pruebas necesarias para que el bien triunfe en y a través de nosotros.

Uno de los principales dones de Escorpio es coraje. La palabra “coraje” deriva de “corazón”, y corazón significa centro. Generalmente, asociamos corazón con sentimientos, emociones, pasiones, sueños, aspiraciones; y efectivamente, lo más común es centrar todas nuestras vidas en eso. Pero el verdadero y más profundo centro de nuestro ser es otro. Está más allá de todas nuestras experiencias físicas, emocionales y mentales. Tiene que ver con valores y principios, o sea, con el amor, la sabiduría, la verdad, la belleza, la justicia, la alegría, etc. Tener coraje es ser capaz de permanecer en el propio centro para enfrentar los desafíos y las luchas de la vida; es apoyarse en valores y principios.

Acostumbramos dar un sentido excesivamente personal a los enfrentamientos de la vida. Vemos sólo las personalidades, y no aquello que ellas representan. Pensamos en términos de conflicto entre personas, entre grupos, clases sociales, naciones. Pero podríamos percibir que, por detrás de ese todo, hay simplemente un enfrentamiento de ideas, de valores y principios. Así, podríamos mantener los conflictos libres de toda la carga de nuestros afectos y aversiones, nuestras pasiones, ambiciones, miedos, ira, que sólo distorsionan y desvían nuestra atención de lo que realmente está en juego.

Todo conflicto es, en verdad, una oportunidad de interacción, de aprendizaje mutuo, transformación y búsqueda de un bien mayor. No se trata de competir, que unos venzan y otros pierdan. Se trata de que los valores y principios más amplios prevalezcan. Cuando esto sucede, todos ganan, incluso aquellos que representaban los valores y principios menores.

La victoria del bien siempre está garantizada, desde que se traba la verdadera batalla. Ello ocurre dentro de cada ser humano. La cuestión es permanecer en nuestro propio centro, identificados con el bien mayor, y no con los efímeros e ilusorios beneficios o perjuicios personales.

Escorpio nos invita a poner a prueba nuestras teorías, creencias e ideas. Nos incentiva a confrontar todo eso con la realidad y aprender de esa experiencia. Habitualmente, suponemos que ya sabemos qué es el bien mayor, que ya conocemos y vivimos de acuerdo a los valores y principios más elevados. Pero, ciertamente, aún tenemos mucho que aprender y aún podemos ampliar mucho nuestra visión. La experiencia nos conducirá a esto, pero serán precisos mucho coraje y humildad para abandonar aquello que no resulte útil.

Toda la humanidad es actualmente un gran campo de experimentaciones. Las ideologías están siendo puestas a prueba, las creencias (religiosas y científicas) están siendo puestas a prueba. Antiguas tradiciones, nuevos descubrimientos, teorías, experiencias, hábitos – todo está interactuando y transformándose mutuamente. Sólo podemos esperar un resultado: un ser humano y un mundo mejores. Ello vendrá inevitablemente, pero puede ser pronto o en un futuro distante, dependiendo de la medida de nuestro coraje.

Todo enfrentamiento siempre conduce al triunfo del bien. Si el bien no triunfó, entonces la batalla aún no ha terminado. 

Coraje !


Ricardo A. Georgini
ricardogeorgini@yahoo.com.br

8.10.10

Libra, la belleza de un signo

Por Joanna García



El sentido de la Luz es una constante cuando el Alma ha podido despertar a su reflejo que es la personalidad.
Desde ese momento el trabajar en ella y por ella se convierte en un fluir cada vez más necesario.

Posiblemente no nos apercibamos –lo hacen más los que nos rodean- de cómo nuestros hábitos van cambiando, prescindiendo cada vez más de costumbres y de necesidades. Se va produciendo en nosotros un nuevo sentido de valores y este proceso no dejará de evolucionar, por lo menos hasta que nuestra Luz sea ya tan potente que la misma sea observada por los señores de la Faz Oscura, y presenten ante una vida determinada, el espejismo disfrazado de oportunidad que más pueda contactar con nuestros ideales.

Durante las energías emanadas desde esta Constelación de Libra, se hace más patente que nunca el regalo de los Señores de la Llama a la humanidad; El Principio Mental.

A través de Libra como Signo, fluye el Tercer Rayo y su Regente Exotérico Venus, nos conecta con el Quinto Rayo. La Mente ofrece durante cada mes de Libra una oportunidad especial. Equilibrar –palabra siempre clave del Signo- la mente inferior y la superior.

El Tercer Rayo nos hace conscientes de lo que significa Inteligencia Activa, nos lleva a ser selectivos. Es el Rayo del buscador, del filósofo y activa nuestro potencial hacia la subjetividad, al mismo tiempo que lo concreto se vuelve más sutil. El Quinto Rayo hace vibrar nuestra Mente Superior.

Posiblemente bajo la influencia de Libra y en un determinado ciclo de vida, aparece la visión del Sendero y el proyecto hacia el cual nos sentimos afines. Para ello nuestro sistema de valores debe ser cada vez más revisado y trabajado. El Maestro Tibetano, lo define como “el estrecho sendero del filo de la navaja caminando entre dos fuerzas”.

3.10.10

Libra, la entrada al equilibrio

Por Martín Dieser



Libra
 
Inteligencia Practica, Equilibrio

La primera idea que viene a la mente cuando pensamos en Libra es equilibrio. En una etapa definida del Sendero, ese equilibrio concierne a la estabilización del yo en la esfera mental, a fin de no fluctuar tanto emocionalmente y ser capaz de tomar una decisión correcta. Es interesante apuntar que una decisión, como bien ha dicho antes Ricardo Georgini en nuestro blog, procede de la libertad, y ésta del contacto interno.

Ese contacto interno es cultivado durante el período regido por Virgo, y se revela como estabilidad durante Libra, como resultado de un proceso subjetivo muy emparentado con el silencio. Es que el silencio es el padre de esa luz que garantiza la libertad, y Libra tiene mucho que ver con su construcción y con la transmisión de la luz.

El silencio denota inactividad, un intervalo de transición e incluso de pasividad, desde la perspectiva del yo inferior. Pero visto desde otro ángulo, el silencio es la base viviente que demuestra con su presencia la existencia de un proceso interno latente, que necesita de la estabilidad para desplegarse.

El silencio puede ser entendido como un efecto, un estado de supremo equilibrio, de dinámico recogimiento y de apercibimiento de lo que se encuentra más allá de la mente. De allí que Libra sea un signo frecuentemente asociado al plano búdico o intuitivo; su energía lleva a las puertas del plano etérico cósmico, desde donde se filtran fragmentos de la Vida Una y se conoce la unidad fundante de lo manifestado.

22.9.10

Libra: escoger el bien


Por Ricardo Georgini


Libra

El signo de Libra, la Balanza, está relacionado con el equilibrio y con la elección. Es solamente en medio de condiciones equilibradas que cualquier elección es realmente posible. En el períoodo del 23 de septiembre al 22 de octubre de este año, las energías de Libra estarán ampliamente disponibles, estimulándonos a un mayor equilibrio y a ejercer más plenamente nuestra capacidad de escoger.

La elección presupone la libertad. Una elección hecha sin libertad ya no es una elección. ¿Pero cuán libres somos, dentro de nosotros mismos, para escoger? Naturalmente, debe existir también libertad externa, en nuestro ambiente, para poder manifestar nuestras elecciones. Sin embargo es principalmente la ausencia de libertad interna, psicológica, la que nos impide escoger. Normalmente, estamos condicionados internamente por una serie de apegos, creencias, hábitos, deseos, etc. Lo que pensaremos sobre cierto asunto, lo que haremos en una cierta situación, cómo viviremos nuestra vida – todo eso, aunque no nos demos cuenta, está grandemente determinado por nuestros condicionamientos internas, y deja poco espacio para una elección real.

Muchas veces, al experimentar un sentimiento o deseo, tendemos a identificarnos excesivamente con él. Esto significa que, en un extremo, hacemos como si aquel sentimiento fuese todo lo que somos, como si fuésemos sólo él y nada más. De tal manera quedamos limitados a apenas aquello, en una condición de desequilibrio. Pero el flujo natural de la vida siempre nos trae otros estímulos y demandas, y nos invita a abrirnos a otras posibilidades. La energía de Libra contribuye para esta alternancia y variabilidad, ya que promueve un equilibrio. Así, la mente y el corazón son refrescados, y los pensamientos y sentimientos se tornan más moderados y amenos. Y ya no estamos más atados a cierto sentimiento o deseo, pero podemos, sí, elegir.

Con frecuencia, también nos identificados en exceso con nuestras opiniones y nuestro propio lado en cualquier cuestión. Libra nos incentiva a abrirnos para el otro lado e intentar colocarnos en el lugar del otro para ver su perspectiva. Así, podemos descubrir que las opiniones divergentes son muchas veces complementarias, y cada una tiene algo con qué contribuir. Esta actitud equilibrada nos permite ampliar nuestro conocimiento y comprensión; sólo entonces podemos, verdaderamente, realizar una elección.

También tendemos a identificarnos excesivamente con nuestra propia persona, familia, grupo o nación, considerándonos completamente separados e independientes de los demás. Y dedicamos nuestra vida a atender estrictamente los intereses personales y los de los nuestros. Libra nos enseña que no existe el bien individual, particular. Éste es un mal disfrazado, una ilusión. Todos los seres están inexorablemente interconectados, y algo sólo será, de verdad, bueno para cualquier hombre, si también es bueno para todos. El bien es necesariamente algo compartido, y es siempre bien común. 

La influencia de Libra nos conduce a la moderación y el equilibrio en los sentimientos y pensamientos, para que no nos quedemos atadosa nada y podamos ampliar cada vez más nuestro conocimiento, de modo de realizar elecciones cada vez más conscientes. Y cuando un ser humano es verdaderamente consciente, sabe que es uno con los demás, y naturalmente escoge vivir por el bien común.

Ricardo A. Georgini
ricardogeorgini@yahoo.com.br

1.9.10

Virgo, la divina humildad

Por Martín Dieser
 

El período regido por las energías de Virgo tiene mucho que ver con la vida tal como la conocemos diariamente, porque este signo pertenece a la Cruz Mutable, ese conjunto de fuerzas que se expresan fundamentalmente a través del centro creador planetario, la humanidad. Virgo es un signo terrestre, de actividad en la materia, y nos viene a recordar el estrecho lazo que existe entre la conciencia y el soporte sobre que ella se asienta y desenvuelve a medida que se avanza en el Sendero.

Es que en Virgo el alma y la materia se dan un abrazo de amor creativo; detrás de ese simbolismo están los rayos implicados, que son el 2º de Amor – Sabiduría, símbolo del alma comprensiva, y el 6º de Devoción e Idealismo, que (siendo un rayo de atributo) viene a representar la aspiración de la materia a ser como el alma, la receptividad a lo divino y la esperanza de gloria. Todo esto se da en la materia misma, que gracias a la energía de Virgo florece y revela la divinidad interior; es por eso que el 3º rayo de Actividad Inteligente es también expresión del signo, porque el amor del alma y la devoción de la materia producen una actividad que es la revelación creciente de la luz: el proceso evolutivo.

Tal como solemos decir, cada uno de los signos del Zodíaco forma parte de nuestro ser, son energías que atraviesan nuestra conciencia en tanto formamos parte de la Vida Una, que las utiliza para desarrollar el Plan inteligente, y nosotros en nuestra pequeña escala las usamos también para honrar el compromiso asumido con nuestra alma como discípulos. Eso quiere decir que en alguna dimensión de nuestro presente se hará sentir la energía de Virgo, eso puede ser más objetivo si el Sol o el Ascendente se hallan en Virgo, pero en otro caso resultar más subjetivo e igualmente potente, o incluso pertenecer al aura de naciones o continentes de los que seamos parte.

Virgo es como ningún otro el signo de la ceguera, pero esto tiene un matiz en el caso de las personas espirituales: a través de su influencia se experimenta el sumergimiento en la materia, pero como el signo previo es Leo, el de la autoconciencia, la experiencia de Virgo no es totalmente ciega; el ser ha sido atraído hacia lo inferior pero guarda el recuerdo de la luz vista en Leo y allí reside la esperanza de gloria. Es gracias a esa luz que aún sin conocer plenamente la meta del alma se sabe casi instintivamente lo que se debe hacer: se trabaja, se separa, se purifica y se experimenta, hasta que la forma esté preparada para revelar un poco más de la luz del ser interior.

Al comienzo esa actividad no es para nada fácil; el esfuerzo ocasiona “choques” con la materia mental hasta que somos capaces de equilibrarnos en el alma y dejar penetrar la luz. Mercurio, como regente exotérico del signo, distribuye la energía necesaria para atravesar dicho proceso y alcanzar tal culminación. Pero el trabajo continúa.

Dado que la Luna es el regente esotérico, toda labor de construcción se ve favorecida, y tenemos así un buen período para comenzar a construir el antakarana o mejorar sus bases según el caso.

En toda dimensión de la vida somos plenamente conscientes a un nivel y ciegos en otro; Virgo actúa en esta última, elevando la vibración de lo inferior para que pueda revelar lo superior. Por eso Virgo es un signo muy importante para evitar el espejismo y la ilusión; ambos fenómenos son esotéricamente el efecto de una materia demasiado burda para la energía del alma, que “fricciona” y produce nubes de distorsión tanto emocionales como mentales.

La realidad espiritual requiere invariablemente períodos en los que se “mire hacia arriba”, pero el contacto sólo es posible y duradero (y esto en muchos grados distintos de profundidad) cuando hemos purificado debidamente nuestros vehículos de respuesta, lo cual requiere inevitablemente enfocarnos en los tres mundos, en asuntos que no parecen tan elevados pero suponen nuestro compromiso inmediato para seguir adelante. Es por eso que el Maestro Tibetano afirma que “Virgo involucra el servicio de lo inmediatamente presente”, porque no es sino comenzando con sencillez y dedicación con lo que tenemos más cerca de nuestra conciencia que vamos acrecentando la expresión de la luz interior.

Virgo, siendo un signo terrestre, ancla la conciencia en el deber presente, en el karma que hay que cumplir y los aspectos sobre los que hay que trabajar antes de buscar cualquier elevación. No es un período de avances espectaculares sino de fino y silencioso trabajo interior, de perfeccionamiento del instrumento para ser así un mejor intérprete de la Voz del Silencio que emana del Ser Superior. La purificación de los cuerpos mental, emocional y físico entran en ese trabajo, siendo en este período una línea de menor resistencia.

Una vez que el ser consciente se sumergió en la materia, en los contornos de su conciencia, allí donde se une al no yo dormido, es que se entiende mejor otro de los dones que es más fácil cultivar durante este signo, y es la humildad. La humildad se basa en la comprensión del lugar que se ocupa en el espacio, en la debida proporción, en el respeto por toda forma viviente como expresión de Dios. La humildad mana del corazón que le hace lugar al presente.

El trabajo bajo Virgo requiere una gran humildad, y así una viva compasión, porque lo inferior está siempre presente en nuestra vida, sea como defectos, otras personas de menor evolución espiritual, circunstancias criticables, responsabilidad por mascotas, etc. A menudo la frialdad del corazón nos hace pasar por alto nuestra responsabilidad para con lo inferior, cuando en realidad la comprensión más profunda de lo que nos rodea es la llave para conocernos cada vez más como el Uno. 

Amar desapegadamente todo lo que pasa por la conciencia, buscando la comprensión y no la imposición, la cooperación y no el conflicto, son la clave para la elevación del mundo, e incidentalmente de nosotros mismos, y para eso Virgo nos provee su energía, atándonos a la materia hasta que nuestro corazón es capaz de trascender la separatividad de la forma y podemos afirmar conscientemente el lema esotérico del signo, que refleja la meta espiritual a alcanzar y reza: “Soy la Madre y el Niño. Yo, Dios, soy la Materia”.

Virgo nos ofrece entonces la oportunidad de acercarnos humildemente y con amor al presente, de consagrarnos al servicio del no yo y de conocer la oscuridad de la materia, para abrazarla y en esa fusión revelar la luz que todos portamos en nuestro interior y es la expresión de la conciencia Una.