Los tres niveles del horóscopo

23.10.10

Escorpio: el triunfo inevitable





"el guerrero"

Escorpio es un signo de desafíos y pruebas, de conflictos y luchas, y por encima de todo, de triunfo. La energía de Escorpio asegura y promueve la victoria del bien – dentro de cada ser humano. Tales energías estarán intensamente activas del 23 de octubre al 21 de noviembre de este año, animándonos a enfrentar las luchas y pruebas necesarias para que el bien triunfe en y a través de nosotros.

Uno de los principales dones de Escorpio es coraje. La palabra “coraje” deriva de “corazón”, y corazón significa centro. Generalmente, asociamos corazón con sentimientos, emociones, pasiones, sueños, aspiraciones; y efectivamente, lo más común es centrar todas nuestras vidas en eso. Pero el verdadero y más profundo centro de nuestro ser es otro. Está más allá de todas nuestras experiencias físicas, emocionales y mentales. Tiene que ver con valores y principios, o sea, con el amor, la sabiduría, la verdad, la belleza, la justicia, la alegría, etc. Tener coraje es ser capaz de permanecer en el propio centro para enfrentar los desafíos y las luchas de la vida; es apoyarse en valores y principios.

Acostumbramos dar un sentido excesivamente personal a los enfrentamientos de la vida. Vemos sólo las personalidades, y no aquello que ellas representan. Pensamos en términos de conflicto entre personas, entre grupos, clases sociales, naciones. Pero podríamos percibir que, por detrás de ese todo, hay simplemente un enfrentamiento de ideas, de valores y principios. Así, podríamos mantener los conflictos libres de toda la carga de nuestros afectos y aversiones, nuestras pasiones, ambiciones, miedos, ira, que sólo distorsionan y desvían nuestra atención de lo que realmente está en juego.

Todo conflicto es, en verdad, una oportunidad de interacción, de aprendizaje mutuo, transformación y búsqueda de un bien mayor. No se trata de competir, que unos venzan y otros pierdan. Se trata de que los valores y principios más amplios prevalezcan. Cuando esto sucede, todos ganan, incluso aquellos que representaban los valores y principios menores.

La victoria del bien siempre está garantizada, desde que se traba la verdadera batalla. Ello ocurre dentro de cada ser humano. La cuestión es permanecer en nuestro propio centro, identificados con el bien mayor, y no con los efímeros e ilusorios beneficios o perjuicios personales.

Escorpio nos invita a poner a prueba nuestras teorías, creencias e ideas. Nos incentiva a confrontar todo eso con la realidad y aprender de esa experiencia. Habitualmente, suponemos que ya sabemos qué es el bien mayor, que ya conocemos y vivimos de acuerdo a los valores y principios más elevados. Pero, ciertamente, aún tenemos mucho que aprender y aún podemos ampliar mucho nuestra visión. La experiencia nos conducirá a esto, pero serán precisos mucho coraje y humildad para abandonar aquello que no resulte útil.

Toda la humanidad es actualmente un gran campo de experimentaciones. Las ideologías están siendo puestas a prueba, las creencias (religiosas y científicas) están siendo puestas a prueba. Antiguas tradiciones, nuevos descubrimientos, teorías, experiencias, hábitos – todo está interactuando y transformándose mutuamente. Sólo podemos esperar un resultado: un ser humano y un mundo mejores. Ello vendrá inevitablemente, pero puede ser pronto o en un futuro distante, dependiendo de la medida de nuestro coraje.

Todo enfrentamiento siempre conduce al triunfo del bien. Si el bien no triunfó, entonces la batalla aún no ha terminado. 

Coraje !


Ricardo A. Georgini
ricardogeorgini@yahoo.com.br

8.10.10

Libra, la belleza de un signo

Por Joanna García



El sentido de la Luz es una constante cuando el Alma ha podido despertar a su reflejo que es la personalidad.
Desde ese momento el trabajar en ella y por ella se convierte en un fluir cada vez más necesario.

Posiblemente no nos apercibamos –lo hacen más los que nos rodean- de cómo nuestros hábitos van cambiando, prescindiendo cada vez más de costumbres y de necesidades. Se va produciendo en nosotros un nuevo sentido de valores y este proceso no dejará de evolucionar, por lo menos hasta que nuestra Luz sea ya tan potente que la misma sea observada por los señores de la Faz Oscura, y presenten ante una vida determinada, el espejismo disfrazado de oportunidad que más pueda contactar con nuestros ideales.

Durante las energías emanadas desde esta Constelación de Libra, se hace más patente que nunca el regalo de los Señores de la Llama a la humanidad; El Principio Mental.

A través de Libra como Signo, fluye el Tercer Rayo y su Regente Exotérico Venus, nos conecta con el Quinto Rayo. La Mente ofrece durante cada mes de Libra una oportunidad especial. Equilibrar –palabra siempre clave del Signo- la mente inferior y la superior.

El Tercer Rayo nos hace conscientes de lo que significa Inteligencia Activa, nos lleva a ser selectivos. Es el Rayo del buscador, del filósofo y activa nuestro potencial hacia la subjetividad, al mismo tiempo que lo concreto se vuelve más sutil. El Quinto Rayo hace vibrar nuestra Mente Superior.

Posiblemente bajo la influencia de Libra y en un determinado ciclo de vida, aparece la visión del Sendero y el proyecto hacia el cual nos sentimos afines. Para ello nuestro sistema de valores debe ser cada vez más revisado y trabajado. El Maestro Tibetano, lo define como “el estrecho sendero del filo de la navaja caminando entre dos fuerzas”.

3.10.10

Libra, la entrada al equilibrio

Por Martín Dieser



Libra
 
Inteligencia Practica, Equilibrio

La primera idea que viene a la mente cuando pensamos en Libra es equilibrio. En una etapa definida del Sendero, ese equilibrio concierne a la estabilización del yo en la esfera mental, a fin de no fluctuar tanto emocionalmente y ser capaz de tomar una decisión correcta. Es interesante apuntar que una decisión, como bien ha dicho antes Ricardo Georgini en nuestro blog, procede de la libertad, y ésta del contacto interno.

Ese contacto interno es cultivado durante el período regido por Virgo, y se revela como estabilidad durante Libra, como resultado de un proceso subjetivo muy emparentado con el silencio. Es que el silencio es el padre de esa luz que garantiza la libertad, y Libra tiene mucho que ver con su construcción y con la transmisión de la luz.

El silencio denota inactividad, un intervalo de transición e incluso de pasividad, desde la perspectiva del yo inferior. Pero visto desde otro ángulo, el silencio es la base viviente que demuestra con su presencia la existencia de un proceso interno latente, que necesita de la estabilidad para desplegarse.

El silencio puede ser entendido como un efecto, un estado de supremo equilibrio, de dinámico recogimiento y de apercibimiento de lo que se encuentra más allá de la mente. De allí que Libra sea un signo frecuentemente asociado al plano búdico o intuitivo; su energía lleva a las puertas del plano etérico cósmico, desde donde se filtran fragmentos de la Vida Una y se conoce la unidad fundante de lo manifestado.

22.9.10

Libra: escoger el bien


Por Ricardo Georgini


Libra

El signo de Libra, la Balanza, está relacionado con el equilibrio y con la elección. Es solamente en medio de condiciones equilibradas que cualquier elección es realmente posible. En el períoodo del 23 de septiembre al 22 de octubre de este año, las energías de Libra estarán ampliamente disponibles, estimulándonos a un mayor equilibrio y a ejercer más plenamente nuestra capacidad de escoger.

La elección presupone la libertad. Una elección hecha sin libertad ya no es una elección. ¿Pero cuán libres somos, dentro de nosotros mismos, para escoger? Naturalmente, debe existir también libertad externa, en nuestro ambiente, para poder manifestar nuestras elecciones. Sin embargo es principalmente la ausencia de libertad interna, psicológica, la que nos impide escoger. Normalmente, estamos condicionados internamente por una serie de apegos, creencias, hábitos, deseos, etc. Lo que pensaremos sobre cierto asunto, lo que haremos en una cierta situación, cómo viviremos nuestra vida – todo eso, aunque no nos demos cuenta, está grandemente determinado por nuestros condicionamientos internas, y deja poco espacio para una elección real.

Muchas veces, al experimentar un sentimiento o deseo, tendemos a identificarnos excesivamente con él. Esto significa que, en un extremo, hacemos como si aquel sentimiento fuese todo lo que somos, como si fuésemos sólo él y nada más. De tal manera quedamos limitados a apenas aquello, en una condición de desequilibrio. Pero el flujo natural de la vida siempre nos trae otros estímulos y demandas, y nos invita a abrirnos a otras posibilidades. La energía de Libra contribuye para esta alternancia y variabilidad, ya que promueve un equilibrio. Así, la mente y el corazón son refrescados, y los pensamientos y sentimientos se tornan más moderados y amenos. Y ya no estamos más atados a cierto sentimiento o deseo, pero podemos, sí, elegir.

Con frecuencia, también nos identificados en exceso con nuestras opiniones y nuestro propio lado en cualquier cuestión. Libra nos incentiva a abrirnos para el otro lado e intentar colocarnos en el lugar del otro para ver su perspectiva. Así, podemos descubrir que las opiniones divergentes son muchas veces complementarias, y cada una tiene algo con qué contribuir. Esta actitud equilibrada nos permite ampliar nuestro conocimiento y comprensión; sólo entonces podemos, verdaderamente, realizar una elección.

También tendemos a identificarnos excesivamente con nuestra propia persona, familia, grupo o nación, considerándonos completamente separados e independientes de los demás. Y dedicamos nuestra vida a atender estrictamente los intereses personales y los de los nuestros. Libra nos enseña que no existe el bien individual, particular. Éste es un mal disfrazado, una ilusión. Todos los seres están inexorablemente interconectados, y algo sólo será, de verdad, bueno para cualquier hombre, si también es bueno para todos. El bien es necesariamente algo compartido, y es siempre bien común. 

La influencia de Libra nos conduce a la moderación y el equilibrio en los sentimientos y pensamientos, para que no nos quedemos atadosa nada y podamos ampliar cada vez más nuestro conocimiento, de modo de realizar elecciones cada vez más conscientes. Y cuando un ser humano es verdaderamente consciente, sabe que es uno con los demás, y naturalmente escoge vivir por el bien común.

Ricardo A. Georgini
ricardogeorgini@yahoo.com.br

1.9.10

Virgo, la divina humildad

Por Martín Dieser
 

El período regido por las energías de Virgo tiene mucho que ver con la vida tal como la conocemos diariamente, porque este signo pertenece a la Cruz Mutable, ese conjunto de fuerzas que se expresan fundamentalmente a través del centro creador planetario, la humanidad. Virgo es un signo terrestre, de actividad en la materia, y nos viene a recordar el estrecho lazo que existe entre la conciencia y el soporte sobre que ella se asienta y desenvuelve a medida que se avanza en el Sendero.

Es que en Virgo el alma y la materia se dan un abrazo de amor creativo; detrás de ese simbolismo están los rayos implicados, que son el 2º de Amor – Sabiduría, símbolo del alma comprensiva, y el 6º de Devoción e Idealismo, que (siendo un rayo de atributo) viene a representar la aspiración de la materia a ser como el alma, la receptividad a lo divino y la esperanza de gloria. Todo esto se da en la materia misma, que gracias a la energía de Virgo florece y revela la divinidad interior; es por eso que el 3º rayo de Actividad Inteligente es también expresión del signo, porque el amor del alma y la devoción de la materia producen una actividad que es la revelación creciente de la luz: el proceso evolutivo.

Tal como solemos decir, cada uno de los signos del Zodíaco forma parte de nuestro ser, son energías que atraviesan nuestra conciencia en tanto formamos parte de la Vida Una, que las utiliza para desarrollar el Plan inteligente, y nosotros en nuestra pequeña escala las usamos también para honrar el compromiso asumido con nuestra alma como discípulos. Eso quiere decir que en alguna dimensión de nuestro presente se hará sentir la energía de Virgo, eso puede ser más objetivo si el Sol o el Ascendente se hallan en Virgo, pero en otro caso resultar más subjetivo e igualmente potente, o incluso pertenecer al aura de naciones o continentes de los que seamos parte.

Virgo es como ningún otro el signo de la ceguera, pero esto tiene un matiz en el caso de las personas espirituales: a través de su influencia se experimenta el sumergimiento en la materia, pero como el signo previo es Leo, el de la autoconciencia, la experiencia de Virgo no es totalmente ciega; el ser ha sido atraído hacia lo inferior pero guarda el recuerdo de la luz vista en Leo y allí reside la esperanza de gloria. Es gracias a esa luz que aún sin conocer plenamente la meta del alma se sabe casi instintivamente lo que se debe hacer: se trabaja, se separa, se purifica y se experimenta, hasta que la forma esté preparada para revelar un poco más de la luz del ser interior.

Al comienzo esa actividad no es para nada fácil; el esfuerzo ocasiona “choques” con la materia mental hasta que somos capaces de equilibrarnos en el alma y dejar penetrar la luz. Mercurio, como regente exotérico del signo, distribuye la energía necesaria para atravesar dicho proceso y alcanzar tal culminación. Pero el trabajo continúa.

Dado que la Luna es el regente esotérico, toda labor de construcción se ve favorecida, y tenemos así un buen período para comenzar a construir el antakarana o mejorar sus bases según el caso.

En toda dimensión de la vida somos plenamente conscientes a un nivel y ciegos en otro; Virgo actúa en esta última, elevando la vibración de lo inferior para que pueda revelar lo superior. Por eso Virgo es un signo muy importante para evitar el espejismo y la ilusión; ambos fenómenos son esotéricamente el efecto de una materia demasiado burda para la energía del alma, que “fricciona” y produce nubes de distorsión tanto emocionales como mentales.

La realidad espiritual requiere invariablemente períodos en los que se “mire hacia arriba”, pero el contacto sólo es posible y duradero (y esto en muchos grados distintos de profundidad) cuando hemos purificado debidamente nuestros vehículos de respuesta, lo cual requiere inevitablemente enfocarnos en los tres mundos, en asuntos que no parecen tan elevados pero suponen nuestro compromiso inmediato para seguir adelante. Es por eso que el Maestro Tibetano afirma que “Virgo involucra el servicio de lo inmediatamente presente”, porque no es sino comenzando con sencillez y dedicación con lo que tenemos más cerca de nuestra conciencia que vamos acrecentando la expresión de la luz interior.

Virgo, siendo un signo terrestre, ancla la conciencia en el deber presente, en el karma que hay que cumplir y los aspectos sobre los que hay que trabajar antes de buscar cualquier elevación. No es un período de avances espectaculares sino de fino y silencioso trabajo interior, de perfeccionamiento del instrumento para ser así un mejor intérprete de la Voz del Silencio que emana del Ser Superior. La purificación de los cuerpos mental, emocional y físico entran en ese trabajo, siendo en este período una línea de menor resistencia.

Una vez que el ser consciente se sumergió en la materia, en los contornos de su conciencia, allí donde se une al no yo dormido, es que se entiende mejor otro de los dones que es más fácil cultivar durante este signo, y es la humildad. La humildad se basa en la comprensión del lugar que se ocupa en el espacio, en la debida proporción, en el respeto por toda forma viviente como expresión de Dios. La humildad mana del corazón que le hace lugar al presente.

El trabajo bajo Virgo requiere una gran humildad, y así una viva compasión, porque lo inferior está siempre presente en nuestra vida, sea como defectos, otras personas de menor evolución espiritual, circunstancias criticables, responsabilidad por mascotas, etc. A menudo la frialdad del corazón nos hace pasar por alto nuestra responsabilidad para con lo inferior, cuando en realidad la comprensión más profunda de lo que nos rodea es la llave para conocernos cada vez más como el Uno. 

Amar desapegadamente todo lo que pasa por la conciencia, buscando la comprensión y no la imposición, la cooperación y no el conflicto, son la clave para la elevación del mundo, e incidentalmente de nosotros mismos, y para eso Virgo nos provee su energía, atándonos a la materia hasta que nuestro corazón es capaz de trascender la separatividad de la forma y podemos afirmar conscientemente el lema esotérico del signo, que refleja la meta espiritual a alcanzar y reza: “Soy la Madre y el Niño. Yo, Dios, soy la Materia”.

Virgo nos ofrece entonces la oportunidad de acercarnos humildemente y con amor al presente, de consagrarnos al servicio del no yo y de conocer la oscuridad de la materia, para abrazarla y en esa fusión revelar la luz que todos portamos en nuestro interior y es la expresión de la conciencia Una.

23.8.10

Luna Llena en Virgo


Por Joanna García


La virgen, el hijo a través de la Materia y la Voluntad divina

Realmente esta Lunación es importante y como la lógica indica, es coherente con los tiempos intensos que están sucediendo en el planeta y en la consciencia de la humanidad.

El Ascendente en el signo de Acuario, incide con fuerza en la apertura y el equilibrio de los derechos humanos, en el “sentir y vibrar” con el sentido grupal, con la ampliación de la consciencia.

Plutón al igual que Neptuno y Urano actúan a nivel de reforma y despertar de esa consciencia, por tanto el aspecto mencionado se une a todos los movimientos que en diversos niveles está causando Plutón en Capricornio. Estructuras financieras, políticas, religiosas….todas ellas están siendo sacudidas por una de las fuerzas más profundas y subterráneas de nuestro Sistema Solar. Es algo  que estamos viendo en el día a día, en diarios, noticias y TV.

Plutón aparentemente no es un Planeta sagrado y sin embargo su trabajo está directamente relacionado con la evolución del Alma, ya que al afectar a esa consciencia grupal, por efecto vibracional inevitablemente cada ser humano se ve afectado, reacciona y decide.

Por tanto toda acción individual debería ser mínima aún cuando es posible, que personas que tengan varios planetas en Capricornio o en Cáncer si se vean afectados por la retirada o desaparición de efectos o afectos a los que están tan aferrados, que dificultan su evolución.

Observemos los aspectos de Plutón.

Cuadratura a Urano = Rebeldía ante lo que limita los derechos humanos. Entrega de energías para conseguir la paz y la apertura de una nueva cultura.

Cuadratura a Saturno = Energía dedica a una Ley justa y al derribo de todo lo que coarta y usa el Poder como herramienta para debilitar y abusar de los más débiles. El sentido de justicia de Saturno unido a Plutón.


Ambos son denominados los Señores del Karma y su energía coincide y ayuda a los aspectos que fluyen ahora en el Firmamento.

Cuadratura a Júpiter  =     Forzosa revisión de otro tipo de Ley. La Ley que protege, que pone al descubierto todo lo que está impidiendo el sentido de justicia que está por encima de la humana. Desarraigo y caída de todo lo que impide que fluya en la relación del desarrollo del Alma, como la imposición de religiones dogmáticas que atentan a través del temor o la crueldad a la humanada. Júpiter actúa cuando Saturno indica que la problemática ya ha sido comprendida.

Plutón forma un aspecto armonioso con la Luna y un magnífico Trígono con el Sol. Esto último es muy importante, ya que podemos hacer una comparación sencilla. Los aspectos negativos entre Planetas son como una bofetada entre hermanos, se acaba disculpando y el efecto pasa. Un aspecto conflictivo con el Sol, es atacar al Padre. Por lo tanto ese aspecto es de gran ayuda.

Sería conveniente que individualmente, comprendiésemos a qué nos estamos aferrando. Pueden ser relaciones agónicas, empleos que nos hacen sentir humillados pero a los que cedemos por temor a lo que será el futuro, apego a una posición determinada etc.

La Casa en la cual se sitúa la lunación, nos orienta para observar con la mayor sencillez posible cuál de esas situaciones u otras nos afectan.

Plutón no es delicado, no es su misión. Él arranca tan sólo lo que no nos es necesario, pero el problema que solemos tener, es cómo nos aferramos a afectos y situaciones que creemos que son nuestra propiedad o que forman parte de nuestro personal sentido de identidad.

Virgo y Piscis tocan un eje intensamente importante esté en donde esté en nuestro tema natal. Es nuestra capacidad de discernimiento, de vocación, el cuidado del templo que significa nuestro cuerpo, la capacidad mental de servir y de proteger y Piscis es la fusión total de todo lo que nos pertenece entregándolo a los demás. Perder para ganarlo todo. Continuar en una octava superior lo que Virgo, representa entre otras muchas cosas.

Que nuestro sentido de grupalidad y la pequeña cuota que cada uno tenemos como servicio, se alimente e ilumine con la Luz de este Plenilunio.

Desde el corazón.


Joanna




Virgo: la humanidad está encinta

Por Ricardo Georgini

VIRGO 

El signo de Virgo representa el desenvolvimiento de la conciencia espiritual a través de la experiencia material. Simbólicamente, el espíritu es el padre universal y la materia, la madre universal. En su relación mutua nace el hijo, que es la conciencia. Éste es el sublime mensaje de Virgo: la conciencia, la sabiduría y el amor están en gestación en el útero de la materia, del espacio y del tiempo. 

Espíritu y materia son como los dos lados de la misma moneda: son opuestos, pero no oponentes. En verdad, uno no puede existir sin el otro. Las características de ambos es que son polos recíprocos: ella es concreta, él abstracto; ella es restringida, él ilimitado; ella es efímera, él eterno. Mas no se repelen ni compiten entre sí. Por el contrario, se atraen, se completan y se precisan uno al otro.

Existe un proceso evolutivo que se desarrolla en nuestro universo, y en él espíritu y materia tienen cada uno un rol que desempeñar. El espíritu es causa de toda vida y conciencia; la materia proporciona el campo donde tal vida y conciencia pueden surgir y desenvolverse. La materia es la vela y el espíritu es la llama; la luz resultante es la conciencia.

La materia es la mentora de la conciencia. Durante la gestación, la madre oculta al hijo en su vientre, protegiendo y nutriéndolo. Del mismo modo, la materia encubre la conciencia espiritual en sus formas, proporcionándole aquello que necesita para su gradual crecimiento. Así, lenta pero incesablemente, la conciencia se va expandiendo y tornándose cada vez más amplia e inclusiva, más amorosa y sabia. Es a través de la existencia material que se desenvuelve la conciencia espiritual. Es a través del contacto con el alma que florece el amor. Es a través de las experiencias que es forjada la sabiduría. Mientras tanto, en los estadios iniciales de la gestación, la conciencia permanece latente y sólo se ve la forma material. El amor y la sabiduría aún no se han demostrado, y a su ausencia la llamamos miedo, egoísmo, separatividad e ignorancia.

La influencia de Virgo nos estimula a estar atentos al lado espiritual de todas las cosas, todos los acontecimientos y todas las personas. Todo ser tiene en sí una esencia espiritual, potencialmente amorosa y sabia. Cuando comprendemos esto, podemos ir más allá del desagrado superficial por las imperfecciones del otro y cooperar con su esencia espiritual. Podemos nutrir, con nuestra actitud, esta esencia inmanente, ayudándolo a volverse todo lo que puede llegar a ser.

Todo acontecimiento, individual o colectivo, también tiene un sentido espiritual, una lección a ser aprendida, y es parte de un propósito mayor. Al observar la actual situación mundial, podrá parecer que la humanidad está enferma. En realidad, la humanidad está encinta, más las evidencias de ese embarazo pueden ser confundidas con síntomas de alguna enfermedad. Vivimos tiempos de gran tumulto mundial, porque estamos pasando por transformaciones sociales, políticas, económicas y culturales mucho más profundas. A través de todo eso se está gestando una nueva conciencia, una nueva cultura y civilización: más responsable, justa, igualitaria y fraterna.

Del 23 de agosto al 22 de septiembre de este año, las energías virginianas estarán abundantemente disponibles para proteger, nutrir y fortalecer toda forma de conciencia espiritual. Es un mes oportuno percibir el amor y la sabiduría que se encuentran por detrás de todas las cosas, y así colaborar para que ellas finalmente puedan venir a la luz.

21.8.10

Alma - Personalidad


David C. M.



Alma y Personalidad

En los textos ocultistas, esotéricos y también en los poemas de clara tendencia mística se puede leer que la primera obligación de todo buen "discípulo en el sendero" es lograr la integración entre el Alma y la Personalidad, sin este primer paso no puede haber un segundo.

La personalidad es una fuerza que consta de tres fuerzas menores, la llamada tríada básica inferior físico/etericas, emocional y mente concreta,  todas ellas unidas crean un personalidad fuerte, una personalidad con un cuerpo emocional y mental expresándose con "poder" (exito) en el plano físico/eterico.

Es evidente que en el mundo no todas las personalidades son así, sino que en su gran mayoría los desajustes y aspectos separativos son mas que evidentes y muchas adolecen de la “debilidad” o el “exceso” de alguna de sus partes. Por ejemplo, se puede dar el caso de una personalidad emocional y sensiblemente muy fuerte pero de mente débil y que por tanto muchas veces mal interpretará sus capacidades de “sentir”, llegando incluso a padecer en su cuerpo vital (físico/etérico) el erróneo resultado de este “mal pensar”; esta persona tendrá la mente excesivamente supeditada a la presión de su poderoso cuerpo emocional. O por otro lado se podrá dar el caso de un cuerpo mental poderoso que por reflejo tendrá la sensibilidad excesivamente controlada o inhibida portando con ello, todo y poseer una gran inteligencia, tristeza o/i frialdad emotiva para consigo mismo y su entorno material. Entre los dos ejemplos y debido a las tendencias del grado evolutivo del la conciencia en cuestión + su karma, existen infinidad de matices.

15.8.10

Despidiendo a Leo

Por Joanna García
Por diversos motivos esa intensidad forma parte de todas las vidas que decidimos colaborar naciendo con un nuevo ciclo de vida, en el último siglo.
Hechos importante suceden y éstos, no pueden ser comprendidos si la mirada no se eleva, si el ser interior no acepta como algo tan real como el respirar, que existe un Plan. Ya de por si, en la última parte de todo siglo, al igual que si la vida hiciese un balance, suceden acontecimientos bruscos y  dolorosos; se consiguen descubrimientos o somos receptivos a nuevas verdades. Todo ello, conforma una etapa de crisis, de tensión, que lleva al despertar del ser humano, y consigue que ese estado, se traspase genéticamente como herencia necesaria, a las almas que posteriormente toman forma física a través nuestro.
En este pasado siglo y en forma lenta,  la Energía de Piscis ha terminado como Era, aún cuando seguirán naciendo almas con un fuerte sentido de ese Signo. Al mismo tiempo y en la forma de un Zodíaco mayor cuya duración es de 25.000 años también en el signo de Piscis concluye, dejando una intensa impregnación que llevó en su última fase al fanatismo y distorsión del principio Amor y Servicio que son las connotaciones de dicho Signo.
La entrada de la Era de Acuario con un arquetipo tan aparentemente diferente, tensiona más las energías que estamos recibiendo y precisamente viviendo el Signo de Leo nos podemos aproximar un poco más a la comprensión de todo ello.
Cáncer consiguió que la conciencia masiva, creara el necesario sentido de protección; esa conciencia de masa da paso en Leo al principio de la determinación del pequeño yo, de su personalidad, para ser consciente después de una totalidad mayor, al mismo tiempo que lo sigue siendo  de si mismo.
Con la mayor elevación posible, intentemos comprender la importancia que el arquetipo de Leo tiene por su sentido de purificación, transmutación, comunicación y propio dominio. Los nativos de Leo o con Ascendente en dicho Signo, poseen la oportunidad de fomentar en bien de todos, el espíritu de universalidad y de intercambio y quienes no tengamos en nuestro equipo esas energías, podemos trabajar profundamente en ellas, ya que la importancia intrínseca, más allá del signo en particular, es que la Era de Acuario forma en el Universo, “en el cual vivimos, respiramos y tenemos nuestro ser”  una oposición con Leo.
Es más necesario que nunca, para poder vivir con serenidad los acontecimientos que se sucederán en nuestro mundo, comprender e integrar ambos conceptos, el Yo seguro de si mismo con sentido total de Amor que ayuda y contribuye a que el sector de humanidad que está en su entorno, adquiera esa seguridad, ya que así vamos a respetar el todo y no tendremos que hundir o humillar a otros, porque no necesitamos actuar  de esa manera para sentirnos fuertes, llevándolo después a la integración del sentido de Universalidad de Acuario.
El Fuego Solar a través de Leo ayuda intensamente según el nivel conseguido por cada uno de nosotros, ya sea a alejar los espejismos e ilusiones mundanas que nos distraen del propósito o a los obstáculos en el luchar de la vida diaria que se convierten en experiencias que nos desaniman. De todo ello se encarga el Morador del Umbral siempre alimentado por los múltiples temores que como humanidad sentimos.
Leo  -  Acuario  forma ahora un eje que no fue nunca tan importante. Fuego = Espiritualidad.  Aire = Comunicación. Creatividad, espiritualidad y comunicación, son los grandes dones que tenemos, que han sido puestos a nuestro alcance. Cada cual sabemos cómo llevar a cabo ese propósito Acuariano.
Esta semana tuve el regalo de acudir a la exposición de Carme Solé, precisamente del Signo de Leo y vi una forma impresionante de comunicar y de alertar; miradas infinitas llenas de preguntas, no de reproches; dignidad en miradas de niños carentes de casi todo. Diminutos aviones en grupos colocados sobre el techo te hacen ser conscientes de las causas. Objetos que se relacionan con la educación o la nota tierna de una figura de oso que acuna entre sus brazos a un infante, sugiriendo la esperanza. Esta es por ejemplo, una combinación de la universalidad del Signo de Leo, unido al sentimiento intenso de servicio y amor de Virgo en el Ascendente.
El sol, el agua, alimentos ligeros, todo ello hace una labor magnífica en nuestro átomo astral ligado al signo de Leo y motiva la voluntad. Ese proceso, nos lleva hacia Virgo con unos procesos mentales llenos de intuición y devoción.
Desde el corazón,
Joanna

10.8.10

Leo: la conciencia y el Todo




LEO

La energía de Leo es la de la identidad espiritual, la del punto en un centro que abarca a todos los puntos. Es el fuego solar, el fuego del corazón, que otorga un apoyo “en el tiempo” para que el ser despliegue el Plan que lo inspira.

Ya hemos dicho en otra ocasión que el Sol rige a Leo, y que esto no sería así para otros reinos de la naturaleza; conciencia para el hombre es sensibilidad “despierta” al no yo, al menos en las primeras etapas, y es correcto que sea así: a fin de que el alma se desenvuelva en todo su potencial, es necesario un receptáculo conscientemente refinado y adaptado a su energía; el trabajo en la forma debe acompañar al del yo superior, y trabajo bajo Cáncer simboliza esa preparación previa.

En todo caso, la energía de Leo es la que permite ese maravilloso estado que es el de la percepción de sí mismo. Como dicen los libros, “todos los seres son, pero sólo el hombre sabe que es”. Para generar esta percepción individual es imprescindible la separación, que el ser tenga la capacidad para diferenciarse del resto, y esa energía viene aportada por el Quinto Rayo de Conocimiento Concreto (llamado en el Tratado de los Siete Rayos “La Espada Divisora”), que por esa razón se expresa mediante Leo. Esto puede o no manifestarse en los rayos de la persona; si no lo hace la energía puede que esté cumpliendo una función más interna, mas no por ello estará ausente.

A su vez, íntimamente vinculada a la separación está la afirmación del ser, que así como se percibe diferente se conoce como una potencia, como un ente generador de causas, como el amo de su propia vida. Esta es la energía del Primer Rayo de Voluntad o Poder, que también se expresa por medio de Leo. Es por ello que en cierto sentido la energía de Leo rige a los gobernantes del mundo, porque su actividad tiene mucho que ver con el ejercicio de la autoridad, que (dicho sea de paso) de acuerdo a los planteos más aceptados requiere el consentimiento del pueblo.

Valga una reflexión sobre la democracia y la representación: puede verse cómo la igualdad y la fraternidad, la comprensión y el respeto simbolizados por la democracia constituyen la base sobre la cual se erige un verdadero gobierno, que en cierto sentido es la cabeza de la sociedad y está constantemente recibiendo demandas de aquélla. Se aprecia aquí un juego de rayos: el 2º de Amor – Sabiduría está simbolizado por la democracia y sus cualidades de bondad y búsqueda horizontal de decisiones; siempre el 2º es la base del 1º, que sintetiza esa energía atraída hasta convertirla en un punto con sólo lo esencial. 

En este caso, el gobierno es la síntesis de las deliberaciones del pueblo, y así como la autoridad espiritual se sustenta en el amor y la comprensión, así la democracia es la base espiritual de los cargos representativos de gobierno. Es por eso que El Tibetano, en El Destino de las Naciones, dice que la energía de la Jerarquía de Maestros se encuentra detrás de la democracia, y la de Shamballa, que es su síntesis, está detrás de las figuras del rey o el dictador.




En todo caso, el período influenciado por Leo es muy propicio para indagar interiormente acerca de los orígenes de la autoridad, de la convicción que mana de la verdad interior, del conocimiento de sí mismo. Otro factor ligado a esa condición la identidad espiritual: todo ser humano tiene un centro de conciencia, un punto a partir del cual se integra al mundo e interactúa con él. Al comienzo, ese centro es el Sol físico, desplegando energía de 2º rayo, y el ser cree que es el centro del universo, que todo depende y gira en torno a él.

A medida que avanza la evolución, se va tomando gradualmente conciencia de la interrelación con el mundo, pero aún se mantiene ese estado que en Astrología Esotérica se describe como “aquel que permanece solo”, es decir, la percepción del yo propio y el ajeno en las cuestiones diarias.

Lo interesante de esto es que lo anterior no sería el último peldaño en la evolución de la conciencia. A medida que el alma gana en control y revela su poder, se va pasando a la motivación espiritual, a la sensación del yo separado pero a la vez a la colaboración y entrega para los demás, lo cual pone en acción una energía opuesta. La identidad espiritual se mantiene, al tiempo que la fortaleza del yo aparece como el paso previo imprescindible para ulteriores expansiones de conciencia. Esto ocupa largo tiempo.

Sobreviene luego una condición en la que realmente se pueden entender las palabras 

“Yo soy ése y ése soy yo”,
 (lema esotérico del signo). 

El sentido del yo de la personalidad vinculada al alma es muy particular: el discípulo no ve individuos, ve energía y Plan, ve la conciencia una y no las partes, la unidad que subyace en la diversidad de la forma; no cree ser uno, ES uno, respira unidad y así se expresa en los tres mundos, siendo por eso tan potentes y duraderos los efectos que produce; es la energía del Amor de Dios en acción. El creer que la unificación llegará por medio de una anulación del yo, o que se producirá una misteriosa fusión con las acciones de otros, es una deformación (y un peligro) en el sentido opuesto al que mencionaba.

En realidad, y como bien sabe quien ha recorrido el Sendero con sinceridad y dedicación a los demás, la conciencia no tiene una forma tan cerrada como la que conocemos. El sentido del yo se mantiene, a la vez que la energía que expresa se comparte, confluye activamente con la Gran Energía que es el Plan de Dios. Es la conciencia del Todo devenido punto; como dice Vicente Beltrán Anglada, “no es la gota en el mar, sino el mar en la gota”.

La creencia de que la conciencia ocupa un lugar es de por sí una ilusión de la mente humana, pero mucho mayor es la ilusión de creer que cada conciencia ocupa un lugar separado a la otra. Podría entenderse mejor lo dicho si se hace una analogía con la figura de un círculo concéntrico: a medida que se llega al centro, muchas vidas pasan a compartir un “espacio” común. Ese espacio común, ese vacío creador en el que se vive y sobre el cual se pasa a afirmar la conciencia es un conjunto de energías cuya forma mental es el Ashrama, y en el centro se encuentra el Sol Central Espiritual, simbolizado por el Maestro. En una escala menor, cada uno de nosotros es parte de esa conciencia grupal, y ello es la base oculta de la telepatía, si bien no tiene por qué funcionar tan explícitamente y suele manifestarse como inspiración, recepción de ideas, etc.

Esa conciencia común es la base espiritual del principio de fraternidad, que sólo puede entenderse si se lo considera desde el alma y no desde la materia, donde somos tan diferentes. Ello es también la razón por la cual el trabajo espiritual puede ser realizado en grupo, porque coincide la fuente de inspiración y es la misma energía la que nos atraviesa a todos; por la misma razón un discípulo puede llevar a cabo una parte del Plan y otro continuarla en el plano físico, por ejemplo; cada uno desde su estado de conciencia, y todos necesarios.

Otra reflexión que se extrae acerca de la regencia del Sol es sobre la unión con la conciencia ajena: a menudo se busca el acercamiento a través de la palabra, el convencimiento, el énfasis, etc. Aquí resulta útil observar al Sol, que por su gravedad, su concentración o su atención logra atraer a lo que le circunda. En tal sentido, podría decirse que una buena manera de acercarse a la conciencia de otro es profundizando en ese nivel antes que haciendo esfuerzos del yo; la atención basada en el amor, sobre uno mismo y sobre los demás, pero siempre teniendo en cuenta el destino común que es el de la unidad de la vida, es la manera más sencilla y profunda de llegar al otro.

Leo nos proporciona entonces un ciclo donde es más fácil llevar hacia adentro la conciencia, otorgarle más profundidad y reforzar la identidad, para así ofrecer al alma un yo firme y valioso para prestar servicio; es además, como se señalaba, un ciclo para comprender en toda su profundidad el significado y las potencialidades de la fraternidad espiritual.

Martin Dieser

25.7.10

Leo - Luna Llena



Por Joanna García


Auto-Conciencia

La importancia del Signo de Leo destaca especialmente en los tiempos que como humanidad, estamos sintiendo, respirando, viviendo.

El sentido de quiénes somos, de qué queremos ser como identidad interior es totalmente necesario para poder ofrecer una colaboración auténtica a ese gran Todo del que formamos parte.

Desde Aries con su ráfaga fuerte y vital que despertó ese  sentido de identidad hasta llegar al Signo de Cáncer, el trabajo ha sido fuerte para los millones de seres despiertos a las Almas y al anhelo de escuchar su voz cada vez con más fuerza, ya que desde el Yo primero al sentido de fusión y entrega de Cáncer, han sido innumerables las experiencias vividas y las identidades que como pieles no necesarias han quedado por el camino.

Si como ser individual la seguridad está cada vez más en nuestro camino, es inevitable sentirnos Grupo,  porque al igual que cuando un vaso se desborda y el líquido se vierte en el exterior, quienes ya no piensan más en si mismos, la Humanidad que conforma ese Grupo se torna el único camino que realmente nos hace sentir  la fuerza de la Luz el Amor y el Poder.

Se dice que “la sangre de los Maestros fluye a través del Signo de Leo”  y es Leo el Signo que simboliza el Corazón del Sol el cual revela la naturaleza del Alma y del Amor.

De cualquier forma que miremos a este Signo, su regencia es siempre el Sol y esto no puede por menos de causar impacto en el interior de nuestros corazones.

El Sol es el símbolo del Logos Solar, de Sanat Kumara, de la Fuente de Vida.

Una vez más, la grandeza de la Astrología lleva al respeto, al silencio profundo ante los Arquetipos divinos de energías del Firmamento.

La voluntad de autorrealización en Leo, iluminada por la fuerza del Sol lleva a la humanidad consciente a Acuario, guía el Propósito de nuestras pequeñas voluntades hacia la entrega espiritual y nos hace perceptivos a la forma de servicio que decidimos en un ciclo de vida determinado y al cual debemos entregar nuestras energías.

Escuchando desde el profundo silencio interior, el Alma susurra la naturaleza de ese servicio, el compromiso adquirido que vida tras vida se va llenando de más Luz.

Desde Aries, estamos en contacto con esa Luz cada vez mayor, viviendo unos meses de máxima importancia que van a determinar la cualidad y calidad de los meses posteriores.

La bendición del Sol en estos días, depura el cuerpo físico que desea alimentos ligeros y ayuda a que las emociones busquen equilibrio, facilitando que la mente filtre toda información, absorbiendo de inmediato todo lo que motiva hacia la paz interior.

La fuerza ígnea del Primer Rayo nos magnetiza y conduce hacia la voluntad que unida al Segundo Rayo da vida a la inteligencia amorosa y llena de sensibilidad.

Todo ello unido y actuando desde hace más de cien años bajo la influencia de Leo, va  consiguiendo que la humanidad esté cada vez más perceptiva al Plan sobre la Tierra.

Cada Luna Llena nos acerca más hacia la parte siempre importante que jugamos en ese bendito Plan y en esta ocasión y bajo la luz del Signo de Leo, unimos lo más bello de cada individualidad para el mejor logro del Grupo.

Que así sea y podamos unidos actuar avanzando en el Sendero.
Desde el corazón, siempre.

Joanna

21.7.10

Leo: la llama de la autoconciencia




Por Ricardo Georgini


Leo es un signo íntimamente relacionado con la humanidad. La energía de este quinto signo del Zodíaco estimula la autoconciencia – la gran característica que hace de nosotros seres humanos. Del 22 de julio al 22 de agosto de este año, el Sol estará alineado con Leo, avivando la sagrada llama de la autonconciencia en toda la humanidad.

La autoconciencia es lo que distingue al humano del animal. El animal es consciente de lo que se encuentra a su alrededor, pero el ser humano puede, además de esto, ser consciente también de sí mismo, el sujeto conciente. De tal manera, el animal simplemente ve, oye y siente, en tanto que el ser humano no sólo ve, sino que sabe que ve; no sólo siente y piensa, sino que sabe que siente y piensa; y no sólo sabe, sino que sabe que sabe.

En la mayoría de nosotros, la autoconciencia permanece en un estado tenue, y aún resta mucho para desenvolverla plenamente. Gran parte del perfeccionamiento humano tiene que ver, especialmente, con este mayor desenvolvimiento de la autoconciencia. La influencia de Leo contribuye a esto, en tanto “sopla” la brasa de la autoconciencia, a fin de que ella se intensifique y creza – quemando y transformando, aumentanto tanto en tamaño como en calor, iluminando y esclareciendo.

Es parte de nuestro potencial, como seres autoconscientes, percibir no sólo lo que pasa alrededor, sino también lo que pasa dentro de nosotros mismos. Empero, habitualmente nuestra atención se halla volcada únicamente para las cosas externas, y tenemos una percepción apenas vaga de nuestro cuerpo y de los sentimientos y pensamientos. Sin embargo, todo el tiempo son nuestros pensamientos, emociones y cuerpo los que determinan nuetras experiencias en la vida, y no tanto las circunstancias externas. Por eso, cultivar y ejercitar la habilidad de auto-observación es un requisito fundamental para permanecer más conscientes en la vida, comprendiendo apropiadamente nuestras experiencias y pudiendo escoger cómo manejarnos.

El desenvolvimiento de la autoconciencia nos lleva a descubirnos como un sujeto de nuestra propia vida e historia. El animal es regido automáticamente por los impulsos externos, sin reflexión o elección. El ser humano puede ponderar, puede valerse de su experiencia, puede contenerse o avanzar y así escoger cómo responder a las circunstancias. Por lo tanto, el animal es siempre aquello que el ambiente hace de el, mientras que el ser humano puede llegar a ser lo que él mismo quiera de sí. En la medida en que comprendemos eso, desarrollamos un correcto sentido de responsabilidad y nos apropiamos más plenamente de todo nuestro potencial.

La autoconciencia nos lleva también al sentido de individualidad. Fortalece internamente al individuo, de modo de poder apoyarse en sí mismo, sin depender indebidamente de los demás. Permite al sujeto conocerse a sí mismo y saber aquello que él tiene de propio y único, aquello que es su contribución específica y original al conjunto. Cada individuo es único, y su valor, por lo tanto, es inestimable. Si apenas un ser no existiese, el Universo no sería lo mismo. Cada invidividuo hace la difernecia. La autoconciencia le permite hacer esa diferencia conscientemente, y por ende, más potentemente.

En el es de Leo, anualmente, tenemos una oportunidad especial de fortalecer en nuestro interior la llama de la autoconciencia, y así tornarnos cada vez más plenamente Humanos.


Ricardo A. Georgini
ricardogeorgini@yahoo.com.br

17.7.10

El reflejo del Sol en la Luna Llena


Por David C. M.



Según Alice Bailey, en toda forma Lunar se halla oculto el secreto de toda experiencia pasada a través de la cual tenemos que llegar a la debida expresión.

Siguiendo la línea de esta reflexión, se puede pensar que toda luna llena es una oportunidad para poder aplicar la sabiduría de   la luz solar a  nuestro cuerpo de expresión, y con ello adquirir armonía y novedad.

Así pues, la intención de este artículo es saber dar con lo implica una relación de este tipo. Es decir la Luz ilumina la Forma, y ésta debería saber reflejar desde su posición la sabiduría que recibe.

Por tanto un signo, el solar, es el que da pura energía, y el otro, el lunar, la recibe, y desde su lugar, debe saber “reflejar” lo recibido con fuerza constructiva y expresiva.
Esta relación se da en su plenitud en la Luna llena, porque ahí todo está iluminado, y todos los secretos pueden ser aireados.




Relación

Sol en Aries – Luna en Libra (plena de Aries) 
La fuerza y capacidad de voluntad de Aries nos da la oportunidad de saber armonizar y equilibrar nuestro cuerpo de expresión, Libra. En todo Camino medio, se esconde la voluntad de seguirlo.

Sol en Tauro – Luna en Escorpión (plena de Tauro)
La nobleza, sabiduría y sensualidad - fuerza del Toro, nos enseñan a encontrar el deseo correcto, en medio de las intensas y perturbadoras corrientes de  deseo “indebido” de Escorpión. En esta intensa relación el deseo se convierte en necesidad, y ésta nos lleva a vivir la vida con útil intensidad.

Sol en Géminis – Luna en Sagitario (plena de Géminis) 
La franqueza y agilidad comunicativa de Géminis nos lleva a descubrir en nuestra forma de expresión, la devoción y meta que más nos convienen, Sagitario. La comunicación y sincera curiosidad anula (anulan) todo tipo de fanatismo.

Sol en Cáncer – Luna en Capricornio (plena de Cáncer)
La sensibilidad intuitiva de Cáncer, es la gran oportunidad para saber revestir nuestro cuerpo de expresión, en una realidad concreta que no sea excesivamente fría, Capricornio. 
El iniciado debe anteponer el Amor a la realización del Plan.

Sol en Leo – Luna en Acuario (plena de Leo)
La generosa Luz de la auto-conciencia, Leo, nos ofrece la capacidad de mostrar servicio social efectivo, Acuario, sin perder nuestra identidad. Como dijo Jesús: “de que nos sirve ganar al mundo si con ello perdemos nuestra Alma”.
En el Amor del Corazón se halla el principio de un verdadero servicio.

Sol en Virgo – Luna en Piscis(plena de Virgo)
En la capacidad de cuidarnos y nutrirnos a nosotros mismos, Virgo, está la oportunidad de expresar Amor hacia los demás, Piscis. 
No es el otro el que mejor nos conoce, sino nuestra “Madre” y la pureza de la intención honesta.

Sol en Libra – Luna en Aries (plena de Libra)
En el saber estar en armonía, Libra, se halla la oportunidad de encontrar la inspiración y la fuerza, Aries, que nos hará avanzar. 
Saturno está exaltado en Libra, porque es en este signo, donde el Alma decide “parar”, de aquí no me moveré, no pienso repetirme mas, solo (sólo) avanzare (avanzaré) cuando esté seguro de lo “inspirado”. 
Presencia activa, es el don de esta relación.

Sol en Escorpión – Luna en Tauro (plena de Escorpión)
En la intensidad y sinceridad de un “deseo”, Escorpión, se asienta la realidad de la naturaleza, Tauro. En la Luz de Escorpión reflejada, tenemos la oportunidad de expresar a través de la naturaleza, nuestra realidad mas profunda: el porqué de una reencarnación.

Sol en Sagitario – Luna en Géminis (plena de Sagitario)
En la poderosa energía de aquel que conoce hacia donde se dirige, Sagitario, tenemos la oportunidad de ser amorosos y comunicativos, Géminis, como servicio. 
La profunda capacidad de Géminis para relacionarse, necesita un anclaje interno, que lo sujete y le dé dirección.

Sol en Capricornio – Luna en Cáncer (plena de Capricornio)
La concreta y real captación de la realidad, Capricornio, puede mostrar al sensible Cáncer, que la susceptibilidad y excesiva sensibilidad son espejismos del cuerpo astral. 
Lo subjetivo debe siempre mostrar su objetividad, sino es “imaginación indebida” o malsana.

Sol en Acuario – Luna en Leo (plena de Acuario)
La intuición y capacidad sintética de Acuario, muestra al León el camino para que su Luz no este auto-concentrada en sí misma. Expresar generosamente nuestros talentos es algo que necesariamente va ligado a la capacidad de comprender al otro en su justa medida, agua de vida.

Sol en Piscis – Luna en Virgo (plena de Piscis)
La empática imaginación creadora, Piscis, nos ofrece la oportunidad de mostrar nuestro interior tan bien “cuidado”, Virgo. No es el miedo a perder la pureza lo que nos mantiene en el camino correcto, sino saber verla en los demás. Ser sensible al otro es la expresión de nuestra realidad interna

En la dualidad de conceptos y energías está el secreto del equilibrio, hoy puedes pensar una cosa, quizás mañana otra bien distinta; ¿cual es la correcta?, nos preguntaremos...la relación de la dos en una.

Luz


28.6.10

Cáncer, la encarnación de la intuición


Por Martín Dieser



Pensar en el aporte que el signo de Cáncer hace a la humanidad, en el lugar que ocupa en nuestra conciencia, inmediatamente nos conduce a una palabra: construcción, muy afín por cierto al lema esotérico de este signo, que es:

“construyo una casa iluminada y moro en ella”

Conviene sin embargo no tomar superficialmente al término, y más bien reflexionar acerca de qué se entiende por construcción. Desde la perspectiva corriente, nos indica una actividad de “hacer”, sea física, emocional (“manejar” emociones) o mental (lo mismo con los pensamientos). Pero aquí la teoría esotérica nos recuerda que el plano mental, donde nosotros intentamos afianzarnos, es apenas el subplano gaseoso del plano físico cósmico, y por lo tanto no es un principio, como recurrentemente dice El Tibetano. Eso significa que la verdadera actividad y el impulso más puro no emana de nuestro plano mental (el gaseoso cósmico), sino de los subplanos etéricos cósmicos, de cual el búdico es el primero.

Y nos recuerda asimismo que el alma es una gran constructora, pero que a diferencia de la personalidad “construye sin tocar”; la actividad, la intención y el esfuerzo del yo es necesario, pero el alma inspira, no hace; ésta es una gran clave para la creación espiritual, y una palabra afín que suele ayudar a mantener a raya la personalidad es “naturalidad” en la acción que se quiere resulte espiritual.

Hablar entonces de construcción desde una perspectiva más profunda nos lleva directamente al plano búdico, al reino de la intuición y la razón pura, del cual el plano mental es un reflejo condicionado. Es allí donde se generan las causas que oportunamente movilizarán a constructores de los planos inferiores y, desde un punto de vista oculto, los esfuerzos realizados en estos niveles son parte de la Gran Ilusión, y si bien son válidos hasta tanto se comience a vivir en la intuición, oportunamente se develarán como insuficientes, oscuros y aprisionantes. Es interesante ver que Cáncer rige también la construcción en los tres planos inferiores, y la Luna es su regente; también suele hacerse referencia al mal empleo de las energías cancerianas, que terminan atrapando al yo en la oscuridad de su propio karma.

Al mismo tiempo, la evolución lleva a que esos niveles de conciencia se revelen como una prisión para el ser, que ahí toma conciencia de su situación e intenta acercarse más a lo que ahora percibe como la verdadera luz. Se aprecia aquí otro triángulo: Cáncer (prisión) – Leo (conciencia) – Capricornio (luz, salida) que tiene un rol definido en esta fase del progreso interno, esté o no visible en la carta natal.





Sentada la idea de que Cáncer puede también interpretarse desde el plano búdico, será bueno profundizar en la medida de lo posible. Poco se conoce en verdad de este nivel de conciencia: la literatura esotérica nos habla profusamente del movimiento en el plano mental, el estudio, la iluminación, la concentración, etc., todo tipo de miradas desde esta perspectiva. Al contrario, casi no se conocen las leyes del plano búdico, cómo se entra en contacto con él, cómo se lo domina, cómo se puede prestar servicio desde allí. Más aún: en la percepción de quienes lo han experimentado se habla de la intuición como algo amorfo y demasiado elevado como para distinguirlo de otra cosa, como si no tuviera un sentido en sí misma, y como si no estuviera sometida a una Ley superior, sino que fuese una especie de fin.

Como base teórica para comprender más prácticamente lo expuesto, es importante que consciente e inteligentemente nos conozcamos como la Mónada (Espíritu), como partes de la Vida Solar, en contacto con la materia de los seis mundos que constituyen los seis subplanos del plano físico cósmico (monádico, átmico, búdico, mental, astral y físico) a través de distintos vehículos. El contacto más fuerte es con los planos mental inferior o concreto, astral y físico, los cuales deben ser dominados por el uso de la voluntad, el amor y la luz, para revelar la realidad velada tras estos estados de conciencia. En la actualidad, la humanidad en su conjunto tiene por delante conocer y dominar el plano mental, y solamente en la medida en que las Eras pasen ocurrirá lo mismo con el búdico, al cual sólo es posible acceder a través de la mente iluminada, y que hoy, comparativamente hablando, es la meta de unos pocos.

Cáncer rige lo que El Tibetano denomina “las aguas” y no es casual que represente a este elemento. La conciencia masiva, que lógicamente tiene aplicación directa en ese estado indiferenciado que es la conciencia instintiva, también tiene una dimensión intuitiva. En efecto, si se invita al corazón a acompañar a la mente y luego se afina la atención, se apreciará que la percepción sintética no tiene un límite definido, como sucede con la mental, sino que resulta más bien difusa y omniabarcante, a la vez que profundamente clara. La energía que llega se vierte a través de Neptuno, que así demuestra por qué rige esotéricamente al signo.

A la vez, si aún la sensibilidad permite “dar una vuelta alrededor”, se notará que existe algún grado de abstracción o de dominio sobre ese plano, y ese estado posiblemente tenga que ver con la frase del Tibetano de “el Espíritu sobre las aguas”. Allí comienza la construcción subjetiva de Cáncer, desde el centro del corazón, paseando la conciencia a través del plano etérico cósmico, lo cual pone al ser en contacto con distintos tipos de energía, porque el plano etérico es siempre el plano de la energía, de los rayos enfocados a través de las estrellas, las constelaciones, los signos y sus planetas regentes, que según la afinidad con el rayo del propio ser se van a expresar a través de los distintos chakras, humanos y planetarios según la evolución.

Lo interesante es que en ese proceso de búsqueda el estado de la conciencia no es personal o individual, sino sutilmente grupal, porque es claro que se entra en contacto con energías que están más allá del yo, y para ello, aunque sea inconscientemente, es necesario conectarse con otros que no son el yo, pero que tienen una afinidad vibratoria que permite una invocación de energía como la que se alcanza. No por nada en Los Rayos y las Iniciaciones se habla del progreso grupal y se dan reglas muy profundas conectadas con el plano búdico.

Y siguiendo con la idea del contacto con energías elevadas, se puede ver que se trata de un estado creativo, de un Idealismo creativo, y ello explica por qué el 6º rayo de Devoción (expresada por Marte) e Idealismo se manifiesta a través de Neptuno. E incluso en un determinado momento cesa ese divino idealismo, y se “encuentran los límites de la creación”, que no es sino la Voluntad de los Seres que dan vida a las energías con las que se entró en contacto. Eso hace que conscientemente se obedezca Su intención, una Ley interna más elevada que las que conocemos, y ello “cierra” la creación y precipita la forma al plano mental, produciendo la encarnación.

Surge de lo anterior que la encarnación es un proceso grupal, nunca individual, porque siempre es el resultado de la Intención de una Vida Divina, a la que el ocultismo divide en estrellas, un sistema solar, un planeta, un reino de la naturaleza y demás, cada uno cualificado por un rayo determinado, que le da un “color” especial a la manifestación, y en términos concretos un matiz a la forma mental que se quiera expresar en el mundo. Dicho en otras palabras, el Plan (y sus analogías superiores) es el que produce la encarnación, y el resultado del contacto del alma con ese Plan es el que la precipita al mundo, junto a la oleada de energía que se ha liberado al planeta en ese momento.

De ahí que las interpretaciones individuales sobre el tema de las vidas pasadas tenga poca claridad, porque opera en los tres planos inferiores, el físico, el astral y el mental, y en gran medida se halla supedita a lo que ocurra a nivel grupal, donde sí algún día podrá encontrarse la verdadera clave y no sólo retazos de la verdad.

El período presidido por Cáncer es, por lo tanto, un momento propicio para aprovechar la conexión interna alcanzada gracias a Géminis, elevarse al reino de la intuición y ser parte silenciosa del verdadero proceso de creación, del cual lo acontecido en los planos físico, astral y mental no es sino un reflejo, así como el subplano etérico es el principio y los subplanos sólido, líquido y gaseoso se hallan bajo su regencia.

Es también un buen período para vivenciar la masividad especial del plano búdico, abrir el ser a nuevas energías, un plano que es grupal e indistinto en forma muy diferente a lo que ocurre en el plano astral, que no por nada es su analogía inferior y tiene aguas mucho más densas (y oscuras) que el primero. Y en todo caso se impone aquí tener en mente el triángulo Cáncer – Leo – Capricornio señalado, y hacer primar la conciencia y la luz, la humildad y la razón, antes que el espejismo.

Por último, destaquemos que la influencia de Cáncer y el servicio bastante desconocido que se realiza a través del plano búdico también tienen que ver con la construcción de una morada iluminada, aquella esplendente forma mental donde podrá habitar segura y evolutivamente la humanidad durante la Era de Acuario y durante otros ciclos tan misteriosos que por ahora sólo podemos imaginar.

21.6.10

Cáncer: Construir con Luz

Por Ricardo Georgini

 

De todos los signos del Zodíaco, Cáncer o el Cangrejo es el que está más asociado a lo material y lo concreto. Y nuestra experiencia en el mundo material siempre involucra la construcción y la utilización de formas. ¿Qué formas hemos construido y cómo las estamos empleando? ¿Qué formas queremos construir y cómo queremos utilizarlas? Cuestiones como estas, de un modo u otro, son traídas a nuestra atención en el mes de Cáncer, que este año va del 21 de junio al 22 de julio.

La primera forma que construimos para manifestarnos en este mundo es nuestro propio cuerpo. El mismo es construido a lo largo de la vida y reconstruido diariamente, a través de nuestros hábitos de alimentación, de respiración, de higiene, de sueño y de ejercicio físico. Y construido también de acuerdo a nuestros hábitos emocionales y mentales, que influencian la constitución del cuerpo más de lo que generalmente suponemos. Es importante atender a todos esos factores, pues el cuerpo es, necesariamente, nuestro primer y principal instrumento en el mundo; todas nuestras experiencias materiales se realizan a través de él.

La segunda forma que construimos es la casa. Es nuestro puerto seguro en medio del mundo, y nuestro lugar de refugio, recogimiento y restauración. Otra forma fundamental es la familia, sea la biológica o aquella que escogemos a lo largo de la vida. Ella es nuestro primer núcleo de relaciones humanas, de apoyo mutuo, acogimiento e incentivo.

Cuerpo, casa, familia – a partir de estas formas básicas, todas las demás son construidas: grupos, instituciones, Estados. Y así construimos colectivamente aquella gran forma que llamamos sociedad. Pero si, por un lado, la sociedad es un producto de los individuos y las familias, por el otro es en el seno de la sociedad donde ellos nacen y crecen, amparados por toda la estructura y las facilidades que la sociedad provee. Cuerpo, casa, familia y sociedad – tales las formas básicas que tornan posible, segura y fructífera toda la existencia humana en este mundo.

La influencia de Cáncer contribuye para que nos mantengamos siempre debidamente anclados al cuerpo y para que jamás nos apartemos del mundo, da la sociedad y de la vida humana común. Nos impulsa a no cambiar las experiencias concretas y mundanas, sino más bien utilizarlas apropiadamente, para que finalmente alcancemos un estado de conciencia capaz de incluir lo interno y lo externo, el espíritu y la materia, el ideal posible y la realidad actual. Así, el estímulo de Cáncer nos ayuda a no hacer de la espiritualidad una vía de escape sino un verdadero camino de realización integral.

Cáncer nos alienta a que manifestemos en la vida humana diaria todas nuestras visiones, ideas y sueños elevados. Y la herramienta más poderosa de que disponemos para construir en nuestras vidas aquello que queremos es la imaginación. Es en la imaginación donde comienzan todas las construcciones. Imaginar es construir con energía mental y emocional, y las formas así construidas subjetivamente siempre terminan concretizándose. A través de la imaginación, con enfoque y claridad, podemos reconstruir enteramente nuestras vidas y volverlas la expresión de todas nuestras aspiraciones superiores.

La vida en el mundo material puede ser una experiencia de limitación, oscuridad y aislamiento, pero también puede ser una experiencia de libertad, luminosidad y compartir. Las formas que vamos construyendo pueden terminar convirtiendo nuestra vida en una prisión que nos confine y separe de los demás. O podemos construir formas que, finalmente, conviertan nuestra vida en una estación de luz, en la que todo lo que tenemos sea libremente compartido con los demás. En el mes de Cáncer, somos llevados a reflexionar sobre esta cuestión: ¿Qué tipo de vida estamos construyendo?